miércoles, 15 de marzo de 2017

Antonio Capilla Loma



LA SOMBRA DE CAÍN

Puedes tú indiferente
vivir en la caverna
y sumido en las sombras
creer en las quimeras.

Puedes tú no mirar
en campos de miseria
los ojos que el espanto
a la esperanza ciega.

Tú puedes soterrar
salpicado de arena
el cadáver de un ángel
que ensombrece la tierra.

Y si quieres tú puedes
levantar mil barreras
aislarte siempre más
esquivar la marea.

Con la gente que acude
y llama a nuestras puertas
a canto y cal cerradas
tú puedes ser de piedra.

Mudo y sordo apartar
tormentas y galernas
la arena del desierto
el mar de la tragedia.

Porque tú solo puedes
si así tú lo deseas
ser sombra de Caín
y de su crimen huella.

Pero Abel en los guetos
golpea tu conciencia
que no puede ocultar
la sangre de la afrenta.

No hay mar que trague el crimen
ni el clamor que se eleva
por más que pongas muros
y en tus oídos cera.

Sin embargo tú puedes
si así tú lo deseas
levantarte del barro
salir de la caverna…

Y afrontando la vida
ser luz en las tinieblas
de esta noche tan larga

de enorme indiferencia.

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