sábado, 6 de mayo de 2017

Mía Gallegos


LA MADRE





Yo soy la anciana primera
de la tierra.
Vine de un tiempo derramado,
de una sílaba irrepetible y perfecta
que aún persiste.
El tiempo es una mujer
que fundó la primera arcilla,
la gran balada para ser habitada,
la tierra de los eternos anillos
de los golpes de espada,
de la luna infinita.
Fundé un cosmos en mi peregrinar
y de mis lágrimas brotaron
animales callados, perfectos,
altos tigres,
luminosos jaguares
y águilas que desafiaron la luz.
Mas, conservo de mi una lágrima oculta
del mismo color de la brisa,
con la sonora trepidación de los mares,
un alto vuelo como el vuelo del águila
Es la gota para habitar
una vida después de la tierra,
después de la nube,
después del espacio.
Me iré con mi lágrima
a depositar el misterio en un río de ríos,
en todos los ríos.
Un día como todas las madres
fundaré de nuevo la gota de la vida.

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