domingo, 31 de octubre de 2021

José Luis Tobalina Cuerda

 






Poema


A Pilar L.



Esta es la noticia:

Tu oscura piel se alejó de mi contacto.

(Miradas tenaces,

furtivos, anhelados besos

-       noche cómplice y confidente -

intentos de serte, siempre, único.

Cuerpo oculto, misterioso...)

Mi respuesta es:

el aire que respiro vacío se quedó sin tu aliento.

(Madrugadas solitarias.

Mares y olas y espuma y distancia,

-     constante y fatal simbología –

llanto en las sombras entre llantos

ocultos. Recuerdos...)


Brenda Lopez Soler



...... Fontana di Trevi.


De todo tus ojos.
Y esta extraña forma de tenernos.
... No se si sabes que sé.
Que me traes, que me tienes.
Y me terminas.
En este erótico juego de catástrofes.
Como un creador de ritmos y frecuencias.
Para una y otra vez regresarme.
No se si sabes que sé.
Que te olvido en otros cuerpos.
Y te traigo y te tengo.
Y te termino.
En esta incendiada fidelidad.
Que tengo por tus labios.
Para una y otra vez regresarte.
De todo tus ojos.
Y esta muerte tan de árboles.

Uberto Stabile



Dice Gillespie


Dice Gillespie que la muerte no es lo peor
que no es el dolor la mejor escuela
ni el hambre nos convierte en héroes.
Dice Gillespie
que nos son más fuertes quienes más pueden
que lo son quienes más resisten
quienes de la derrota levantan victorias.
Dice Gillespie
que lo más peligroso no es el peligro
que lo más peligroso es la seguridad
con la que eludimos diariamente el peligro.
Dice Gillespie
que no es un hombre acabado
que es un hombre que está acabando
que nunca el final sustituye al fin,
porque en realidad,
dice Gillespie
que le dijo Parker
que le contó Cortazar
que en lugar de hacer el amor
ya va siendo hora
de que el amor nos haga.

Asunción Caballero.






Luna y Sol
Otra vez se desgarró la luna.
El vértice de las cejas
se ha caído por el acantilado
de unos ojos que se niegan a ver.
Mañana saldrá el sol
o eso dicen.
Se esconderán las brumas
en los rincones,
y el polvo se posará de nuevo
sobre las cicatrices de las tripas.
Sin embargo hoy
las sombras oscurecieron la melodía
y los pájaros madrugadores
abandonaron su trinar en los nidos.
Los gatos callejeros,
maullaron en mis neuronas
y el sol,
durmió durante horas
para no pensar en ti.

viernes, 29 de octubre de 2021

Malika el Bouzidi



MIS MANOS


Extendidas mis manos cada mañana
con la esperanza acompañada.
Con la desdichas busco el consuelo
entre mares de colores,
no hay dolor sin lágrimas,
ni sollozos sin estrellas
suspiros ahogados y, corazones rotos.
Quizá una esperanza,
un suspiro,
un te quiero.
Mientras aprieta el dolor
siempre arropada
con la bondad de dios
y el suplico de rrodillas.
¡Oh dios!
Te suplico por la buena fe
dame el consuelo
ayúdame a encontrar el camino
en la luz del ocaso perdido.
En el cielo te busco
cada instante, cada amanecer,
deseo cura a mi corazón dolido
¡Oh dios! ¡Eres grande!
Por tu bondad sigo adelante
en el camino radiantde,
con optimismo ilusionante.

jueves, 28 de octubre de 2021

Carmen Maroto



Dejemos de cerrar puertas
de bajar persianas
de conjurar a dioses ausentes.
Es la vida
con sus armas implacables
aleatorias
salvajes
dispararnos de uno en uno
hasta resucitarnos.

Juan Risueño Lorente



MANOS DE HIERBA


Con las manos desnudas
en el cielo profundo
paseamos sin ruido
por las calles que se quiebran.
Apenas en la boca el NO expreso
que balancea tu alma inquieta
bajo verdes que labran
caricias de seda.
De mi mano a tu mano
el corazón ampara
al adentro que abisma,
a la soledad que ruge
entrelazando al fin
los sueños a tientas.
Abrazo tu boca, tus ojos, tus manos de hierba,
y detrás de mis huesos rotos, de quemaduras ciegas,
me nace la extraña blandura
de amarte la inocencia,
amarte cada arrullo
desprendido de la piedra.

miércoles, 27 de octubre de 2021

Ana García Briones




Las puestas
de sol,
las caricias
y las risas incontroladas
son
oasis
reservados
a
los
afortunados
del
universo.



De : Partos de luz

Teresa Torres.



Necesito cierta brisa que sostenga lo mortal
y que aun así
no deje de caminar por mi espalda
como un milagro.

Ramón Llanes Domínguez



No me esperes
Nunca me esperes,
puedes gritarlo desde la inercia de tu verdad
y soltarlo como agua agónica en el gemido de la fuente.
Nuestros padres se esperaron tanto,
se volcaron tanto, perdieron tanto,
la culpa se ha ceñido a nuestro miedo.
No me esperes, mira hacia adelante,
comprende al maquinista,
hazle sol a las ansias
y deja caer una lágrima de ironía en la pozanca oscura de la noche
y prepárate
para continuar escarbando la tierra.




Ramón Llanes. MINERALOGÍA DEL ALMA.

martes, 26 de octubre de 2021

Pablo Neruda,





DESNUDA




Desnuda eres tan simple como una de tus manos:
lisa, terrestre, mínima, redonda, transparente.
Tienes líneas de luna, caminos de manzana.
Desnuda eres azul como la noche en Cuba:
tienes enredaderas y estrellas en el pelo.
Desnuda eres redonda y amarilla
como el verano en una iglesia de oro.
Desnuda eres pequeña como una de tus uñas:
curva, sutil, rosada hasta que nace el día
y te metes en el subterráneo del mundo
como en un largo túnel de trajes y trabajos:
tu claridad se apaga, se viste, se deshoja
y otra vez vuelve a ser una mano desnuda.

Alejandra Pizarnik





Tu voz
Emboscado en mi escritura
cantas en mi poema.
Rehén de tu dulce voz
petrificada en mi memoria.
Pájaro asido a su fuga.
Aire tatuado por un ausente.
Reloj que late conmigo
para que nunca despierte.

Poema de Francisco José Reyes


En ciertos momentos,
cuando la soledad está tan cerca
que parece mi sombra,
se estremece mi cuerpo
y escriben poemas mis manos.
Porque entonces,
no tiene prisa el mundo
y el reloj encarcelado en mi pecho
es el único tambor
que rige el universo.
Y es en esos instantes fúnebres
cuando presiento la impotencia
y mis ojos crean cauces de lágrimas
hasta el delta de mis labios.
Y yo desearía ser menos humano,
para sólo temblar
cuando tuviese frío.


 del libro " DE LA VIDA Y LAS LÁGRIMAS.

José Luis Tobalina Cuerda



Transparente ausencia eres cuando te haces lejana.
Te recuerdo en la última despedida sonriendo melodías de adioses.
"Me voy al mundo”, dices con los ojos,
y ensanchas mis horas hasta convertirlas en nostalgia que duele.
Tal vez no lo entiendas. Yo tampoco.
La vida es abandonarse a un instante para ganar todas las certezas.
Por eso cuando regresas de cosechar emociones,
te miro cansado de llorar ausencias
y resucito para seguir atado a ti en las horas futuras.

Aída Acosta

 



Luna de abril en mi regazo
y en la almohada
todas las dudas
todas las lágrimas.
Uno cae al agua
como un susto espiral
y dibuja peces de tiza
para el recuerdo.
Tienen que ser estos zapatos de nieve
o el susurro verde del árbol
que descifra mi cuerpo
en filamentos de luz.
Tiene que ser este encuentro
un baño de azúcar
que disuelva el dolor
de no tenerte.
Ya aprendí a remendar
las heridas
pero no tengo hilo
y seguro
que esta luna de abril
es un beso sin nombre
y caeré al agua
y dibujaré peces de tiza
y calzaré zapatos de nieve
y abrazaré el susurro verde del árbol
y seré una luz abierta
que deja lunas de té en la taza
y duerme sola.
©® de "Amor sin Levadura"

domingo, 24 de octubre de 2021

María José Collado




Más allá
Miras al mar de dudas,
comprendes los enredos
de algas en los remos,
la trabazón de redes.
Más allá del naufragio
hay un collar de islas,
de enfundadas estrellas
propicias a la calma.
Un susurro de brisa
bajo los cocoteros,
torres sin artificio
de cercanas palmeras.
Brotan a pie de selva
retoños de anhelos,
hierbas de empatía,
vaho de mansas fieras
reconducen la fuerza.
Bajo ancianas conchas
de tortugas, ocultas,
las llaves del tesoro,
anillos de paciencia,
sabiduría del oro.
Un sendero de hojas
reescribe la historia,
hay un duelo consciente.
Más allá del fracaso,
más cerca de tu pulso,
el telar de la sangre,
los sueños por cumplirse.

Natalia Belleq.



¿Por qué será que me tocas y me convierto en fuego?
¿Por qué soy agua cuando susurras?
¿Por qué cuando me amas,
me transformo en viento?
¿Por qué soy la tierra de tus huellas
en el firmamento?
¿Por qué somos raíces
en un paraíso desierto?
Y es que siempre dibujas paraguas en mis tormentas,
Y nos perdemos juntos en el camino de vuelta,
Y no hay montañas
que no podamos escalar,
Y si no puedo,
siempre me ayudas a trepar,
Y jugamos a la calma contra la tempestad.
Ahora que sabemos...
Lo que es el amor de verdad.

viernes, 22 de octubre de 2021

Inés Díaz Rengel



CUANDO LA ROSA SE MARCHITA,
VALORAMOS SU BELLEZA



Fue al dejarme cuando sentí la influencia
que había tenido en mi vida.
Siempre he sabido cómo fue ella,
pero no me detenía a pensar
que ese aroma, esa humildad,
esa luz, esa sonrisa…
iban calando en mí como llovizna,
y todavía intento ser permeable,
no hay lluvia mejor
que la que una madre irradia,
no sé si yo lo he conseguido.
Su filantropía era lo que me atraía de ella,
de lo que daba con su derecha
no se enteraba su izquierda.
Si me atrevo a decir
que he bebido de su fuente
es porque era una enamorada de su obra,
sus hijos,
y decía siempre:
“El tiempo que pasé con ellos
fue lo que me hizo importante”.
Yo sigo aquí inmortalizándola,
varada a la orilla de mis evocaciones.
Aunque su memoria se cubrió de cenizas,
su recuerdo resurge siempre
como un sol recién estrenado.

miércoles, 20 de octubre de 2021

Federico García Lorca



ALBA


Mi corazón oprimido
siente junto a la alborada
el dolor de sus amores
y el sueño de las distancias.
La luz de la aurora lleva
semillero de nostalgias
y la tristeza sin ojos
de la médula del alma.
La gran tumba de la noche
su negro velo levanta
para ocultar con el día
la inmensa cumbre estrellada.
¡Qué haré yo sobre estos campos
cogiendo nidos y ramas,
rodeado de la aurora
y llena de noche el alma!
¡Qué haré si tienes tus ojos
muertos a las luces claras
y no ha de sentir mi carne
el calor de tus miradas!
¿Por qué te perdí por siempre
en aquella tarde clara?
Hoy mi pecho está reseco
como una estrella apagada.

-Luis Cernuda-



La libertad del amor
la única libertad que me exalta
la única libertad por que muero.
Tú justificas mi existencia:
si no te conozco, no he vivido;
si muero sin conocerte, no muero, porque no he vivido.

Tomás Soler Borja.




Con la cabeza
apoyada en el vaivén de tu pecho
y mis cabellos
enredados entre tus dedos
contemplo el hemisferio sur,
el centro del mundo.
Una vez más
ya es primavera en las antípodas
y el camino promete.
Será que tú
eres mi lugar sin tiempo
el único donde no habita el frío
y de ti
no quiero marchar.

Irene Sánchez Carrón



Al final
"Los ojos ven, el corazón presiente."
Octavio Paz


Que pocas cosas duelen. Digamos, por ejemplo,
que se puede no amar de repente y no duele.
Duele el amor si pasa
hirviendo por las venas.
Duele la soledad,
latigazo de hielo.
El desamor no duele. Es visita esperada.
No duele el desencanto. Es tan sólo algo incómodo.
Somos así, mortales
irremediablemente,
sin duda acostumbrados
a que todo termine.

José Antonio Fernández García



AUSENCIA


Extender los brazos entre las sábanas
mientras las luces opacas de una cartelera se vende en las esquinas,
con la sed agónica de una rosa a mediodía,
a lomos de un corcel blanquísimo ajeno a la luna
y caer herido
en la frivolidad de la sed,
en el crepúsculo invernal de ese lado hueco de la propia alcoba.
Extender los brazos entre las sábanas
con una esmeralda tapizada en la boca
mientras tu nombre sobrevuela el aire
pestilente de las almohadas
como un suspiro envuelto entre rejas,
para reventar el tacto en el marco de una puerta sellada,
en la gota de una lágrima silenciosa y desapercibida.
Extender los brazos entre las sábanas
y replegar el corazón en la noche: abrir de par en par
las ventanas
para estallar en plena luz artificial de un cartel
a precio de prostíbulo
y destrozar el alma, al fin, con un beso sin azucarillo
que nazca desde el espejo del recibidor, sucio y frío.

martes, 19 de octubre de 2021

Mario Benedetti,



EL MIEDO:


No se juega con el miedo porque el miedo puede ser un arma de defensa propia, una forma inocente o culpable del coraje. El miedo nos abre los ojos y nos cierra los puños y nos mete en el riesgo desaprensivamente. Andamos por el mundo con el miedo a cuestas como si fuera un pudor obligatorio o en su defecto una variable del fracaso. Tal vez sea el mandamiento, o tal vez el mandamiento de alguna desconocida ley, de un dios cualquiera. Por las dudas, una buena fórmula contra el miedo puede ser la que dejó escrita el bueno de Pessoa: "espera lo mejor y prepárate para lo peor".



Del libro Vivir adrede

Aurelio González Ovies.



USTED seguro que ha sentido vergüenza alguna vez
al decir que en su cuarto caía una gotera
o que su pobre madre le hacía el bocadillo
siempre de natas con azúcar
-son cosas de la vida-.
Confieso que en mi casa el olor a humedad
era casi entrañable
y todos los domingos se comían garbanzos,
salvo en alguna fecha señalada.
Que lloré muchas veces por no querer llevar
los jerseys con coderas
o no tener un lápiz con enanito arriba.
Confieso que la ropa nos la daban los primos
que ahora son albañiles
y que nuestra familia se rompió por la herencia
de unos metros cuadrados de baldosas con taras
-son cosas de la vida-.
Que, a escondidas de todos y hasta los siete años,
tuve el chupete debajo de la almohada.
Confieso que los míos son personas sencillas:
usted sospecha que hablo de un padre que no sabe
lavarse bien los dientes,
de una mujer que escribe con mala ortografía,
de unos hermanos fieles como la misma sangre
y una casa que huele, cada vez que entro en ella,
a las húmedas manos de la melancolía.
Confieso que he nacido donde hubiera elegido
por encima de todo
cada vez que naciera.


(De La hora de las gaviotas)

Mariví Verdú.





Al principio tú, cielo.
Y mi tierra desierta
vacía de tus ojos
rebosa tinieblas.
Y hubo luz al mirarme,
hubo tarde y mañana
y en los mares del llanto
crecieron las acacias.
Tras tus soles morenos
mis álamos de plata.
Sobre el deseo gira
la locura del alba.
...Y emigraron las aves
delante de nosotros,
y comimos cerezas
y lúpulos de oro.
Vino el hombre a besarme
en tu boca de agua
y se hicieron los besos
mordidos de manzana.
No tuvimos serpientes
anidando en el pecho.
Hicimos el amor
y el amor quedó hecho.

sábado, 16 de octubre de 2021

Roberto Juarroz.




Una red de mirada

mantiene unido al mundo,
no lo deja caerse.
Y aunque yo no sepa qué pasa con los ciegos,
mis ojos van a apoyarse en una espalda
que puede ser de dios.
Sin embargo,
ellos buscan otra red, otro hilo,
que anda cerrando ojos con un traje prestado
y descuelga una lluvia ya sin suelo ni cielo.
Mis ojos buscan eso
que nos hace sacarnos los zapatos
para ver si hay algo más sosteniéndonos debajo
o inventar un pájaro
para averiguar si existe el aire
o crear un mundo
para saber si hay dios
o ponernos el sombrero
para comprobar que existimos.

Carmen Castejón Cabeceira @



No es fácil olvidar
hay que persistir mucho anulando los recuerdos.
mis pulmones respiran de tu nombre
mi memoria te sabe y no me dan las cuentas
de números de atrás.
En cambio mi pasado antes de ti está en blanco.
No quisiera mentirte ni mentirme
pero creo que no seré capaz
de abandonar tu tiempo.
Porque tal vez
sea el único tiempo que no quise morirme.

viernes, 15 de octubre de 2021

Alicia Millán



zurcir
pellizco un trozo de piel
introduzco
no la aguja, la palabra
la palabra alivio pasando diciendo
-no es tu culpa-
mírala caída por todos lados
casi, mendigando ser recogida
la ilusión
-no la visceral-
la ilusión mental de oasis
y ya
no huele a ti
algún día podrá oler a otro
a
otro sí
vuelvo
empujada a la orilla
como por un extraño al bajar del tren
-no creas
que tropiezo-
son muchos trompicones
mucho
tartamudeo de alma
antes
de caer a la boca
-se me olvida-
yo iba a zurcir no a desgarrar
(unir)
los pedazos
como si encontrara colmillos
de gatos bebés por el suelo
antes
de que les salieran
pedazos de futuro -morder-
para sobrevivir
-no- amar
yo sigo amamantada
A.M.Z.
(A partir del blanco)

Leopoldo María Panero



Dedicatoria


Más allá de donde
aún se esconde la vida, queda
un reino, queda cultivar
como un rey su agonía,
hacer florecer como un reino
la sucia flor de la agonía:
yo que todo lo prostituí, aún puedo
prostituir mi muerte y hacer
de mi cadáver el último poema.


De "Last River Together" 1980

María José Leblic.



Yo se que algún día, no muy lejano, asomará
tu voluntad de mostrarme la lírica, y padecerá mi
alma la locura, rodeada de puestas de sol, de
vuelos enamorados, de luces de otoño, cubriendo
el desasosiego.
Yo se que algún día, no muy lejano, volverá el claro
gesto de tu mirada.
No hay kilómetros en el pensamiento, solo desconsuelo
que acobarda y se desvía hacia la realidad.
Aprieta tu ardor y regala una guirnalda de sudor,
que queme lo que siento, para así apresurar la aurora, y
mi llanto para siempre.

miércoles, 13 de octubre de 2021

Juan María Jiménez López





Solía de niño
confundir muchas cosas:
unas de niños y otras no.
Creía, por ejemplo, ser siempre mayor
a la edad con que me trataban y mientras tanto
ellos envejecían y envilecían ante mis ojos como el caracol
de un cuento infinito.
Arreció pronto la barba para mis adentros,
siglos antes que en mis mejillas de ángel y no apreciaban
la solidez del hombre que era. Puede
que ellos y yo
hablásemos lenguajes diferentes o mirásemos
hacia otro lado, cada cual
a su ventura.
Conocí el arte antes que el sexo
y hube de callarlo por años y años. Los demás
acariciaron el pubis de las rosas antes de la primavera,
yo hube de esperar al verano de los primeros verbos. Pero fui feliz
porque conocí a un poeta ebrio
que versificaba con sus manos la divinidad de la tierra
y glorificaba con sus pupilas y su lengua
la rotundidad de la carne y sus contornos.
Quise desde entonces crecer conspirando versos
mientras los otros decapitaban pájaros o mariposas,
y reconocí por primera vez la distancia
entre la vida y la muerte
o el designio de los dedos.
Pero fue suficiente para amar por amar
y sentir por sentir
en las mañanas hirientes de sol y anhelos
y temer por temer
y llorar por llorar
en los días grises de soledad y hastío.
Luego, alguien añadió que era pronto
para desconsiderar lo cierto y abrazar los sueños,
que llegaría el tiempo de las luces con el ocaso
y me negué y renegué de su agorero encargo.
Jamás falté desde ese instante
a la libertad como dogma, como un dios apacible
contiguo y certero
que nunca falta de mi bolsillo.

Josefa Virella Trinidad



Las manos.
Miro tus manos, pienso
qué queda después
de este infinito gesto de renuncia.


De : Cruceta de feroces.

Antonio Orihuela




Cómo se puede pensar en comer bien
si todo está en manos de los transgénicos,
en un vaso de agua si no es de botella,
un pájaro si no es viviendo en una jaula,
un perfume que no venga en un frasco.
Cómo se puede pensar en hablar
si todas las palabras son de la publicidad.
Cómo se puede pensar en mirar las flores
si están todas debajo del asfalto.
Cómo se puede pensar en viajar
si vivimos dentro de un atasco.
Cómo se puede confiar en los sueños
si los sueños hace tiempo que dejaron de pertenecernos.
Cómo se puede pensar en guiarnos por las señales
si las señales son del poder.
Cómo se puede pensar en términos de apoyo mutuo
si todo exhibe un precio.
Cómo se puede pensar en ser uno mismo
si nadie sabe quién se aloja debajo de cada máscara.
Cómo se puede pensar en ir cuando nos llevan,
en elegir cuando nos imponen,
en hacer cuando nos mandan.
Cómo se puede pensar en el futuro si es de los bancos,
en el presente si es de los políticos,
en el pasado si es de los criminales.
Cómo se puede pensar en la justicia
si la balanza está cargada del lado del Imperio.
Cómo se puede pensar en disfrutar de paz
cuando caen tres cada segundo.
Cómo se puede siquiera pensar en Arte
si faltan brazos para enterrar a los muertos.
Cómo se puede pensar en admirar las estrellas
si la contaminación lumínica no nos las deja ver.
Cómo se puede pensar en filosofar
si se trabaja once horas al día.
Cómo se puede pensar en meditar
si no hay orilla limpia ni sombra de pino
que nos cobije.
Cómo se puede pensar en apagar la luz
si hay televisión las veinticuatro horas del día.
Cómo se puede pensar en ropa vieja
si es la semana fantástica.
Cómo se puede pensar en ser feliz cuando el Capital trabaja, incesante,
para provocar deseos insatisfechos.
Cómo puede uno pensar en autocontención,
sobriedad y austeridad,
cuando todo es despilfarro.
Cómo se puede pensar en madurar
si el estruendo de los motores lo impide.
Cómo se puede pensar en la meta
si avanzamos por un callejón sin salida.
Cómo se puede pensar en pensar
si no tenemos tiempo para pensar.
Cómo puede uno regresar a sí mismo
cuando el sí mismo
es un cuarto vacío de una pensión abandonada.
Cómo se puede pensar en algo si somos nada.