martes, 25 de marzo de 2025

Elsa López

 









Te morirás primero, ya lo sé.
No creas que me importa.
Me vestiré de gala,
con los tacones altos miraré las estrellas
y andaré por las plazas como si fuera fiesta.
Ya verás,
cuando te mueras
irán nuestros amigos al entierro.

Habrá ramos, ofrendas,
un latido de pájaro golpeará las ventanas
y el altar se hará añicos durante el ofertorio.
Yo me pondré las gafas de no querer mirarte,
las de mirar el mar y verlo a mi manera.
Escucharé tus versos,
aquellos que escribiste antes de yo leerlos,
seguiré las estatuas
y me vendrá tu llanto y el amor que no tuve.

¿Te imaginas, amor?,

tú allí, muerto, tan solemne y tan quieto,
y yo un bullir de rosas en los bancos del fondo.
Yo, de rojo vestida, trenzas negras mi pelo
y las manos muy blancas acariciando espejos
por donde te has mirado.
Sin una sola lágrima.
Oculta por la pena que siempre fuera mía.

Pensando en tus caricias
y el júbilo perfecto de una siesta de sol
que nunca llegaría.
¿Te imaginas, amor?
Tus nietos, tus parientes,
y en el último asiento una hermosa muchacha
iluminado el arco de sus blancas axilas
por la luz de tus ojos.

Vendrán los oradores y hablarán de tu ingenio,
de tus muecas feroces,
de las horas amables en que ocupabas sitios,
lugares acordados.
Hablarán de tus gestos, de tu bufanda oscura,
del inconstante deleite de tu boca,
del mar que te ocupaba los momentos felices.
Llorarán los acólitos, las vírgenes de plomo,
los ángeles de cera.
Y nunca sabrá nadie que me he muerto contigo.
Fotografía de Lucas MacGregor


Lucila sesma

 





Mañana limpia de agosto
que me lava la cara
con agua clara del manantial
y llega como un torbellino
irremediablemente a mi ventana
día a día, día tras día,
hasta el final de los días.


Eladio Orta,






mercedes tiene las piernas suaves como el coral
cuando le hago cosquillas en el manillar
se le humedece el piñón


mercedes es mi vida
con ella voy a todas partes

menos a cama -desgraciadamente-
pero que conste: más de una vez
nos hemos duchado juntos
y hemos insultado al conductor
que nos ha encharcado de agua hasta el cuello

cuando mercedes se ausenta
por un simple resfriado
o por un insignificante dolor de cabeza
o por un imprevisto pinchazo
la echo tanto de menos
que le escribo poemas
como a mis amores platónicos


mercedes lo es todo en mi existencia
igual me lleva de paseo
como me insiste
para que no llegue tarde
a una reunión
y hasta cuando llueve
me advierte
que no debo salir de casa


mercedes es un sol
me gustaría vivir con ella eternamente
espero que la columna no me lo impida
o que el ojo izquierdo no termine
con un parche pirata
y me retiren el carnet de ciclista




mercedes te quiero
no abandones a este postperdedor

viernes, 21 de marzo de 2025

Leonardo Valladares

 





EN EL DIA DE LA POESIA, UN CANTO POR LA PAZ.


AL CORAZON DEL SOLDADO.


A tí soldado te lo digo,
Que los cañones dejen de vomitar muertes,
que se llenen de palabras las trincheras,
que los niños rían en las plazas,
que el pan y el trigo
hagan unir las fronteras.
A tí soldado te lo digo,
que se apolillen los fusiles,
que se haga el abrazo en la contienda,
ninguna fué guerra vuestra,
que al horror le siga la enmienda.
Obligados fuisteis a ella
por alimañas del dinero
dejando atrás desvelos,
abuelos mujeres y niños
abandonados y solos ante el miedo.
A tí soldado te lo digo,
no veas frente a tí, enemigo,
sino alguien como tú,
que quisiera cambiar fusil por trigo.
Paz para el terruño
con niños llenando escuelas,
jugando y haciendo amigos
que la libertad siempre fue mocita,
viejos los sinsentido.
A tí soldado te lo digo,
el de la bandera al pecho,
? que es una simple bandera
si no hondean tus derechos?
A tí soldado te lo digo
no existe frente a tí, ememigo
sino alguien como tú, con familia,
temerosa del disparo canalla,
quizá abandonada y sin abrigo.
Que se fundan todos los tanques,
las máquinas de ruina y pena,
que se cambien todas las armas,
por el trompo y la cuerda,
del niño que juega.


















sábado, 8 de marzo de 2025

Mar Marchante Ortega.





Las mujeres somos flores

 
Las mujeres somos flores de asfalto.
Podemos seguir creciendo a la sombra 
y alumbrar hijos,
perfumar hogares nauseabundos.

Podemos trabajar
sin descanso,
sin dormir,
sin quejarnos .

Las mujeres somos flores de invierno 
Podemos sobrevivir al frío 
y al miedo de dudar 
de nuestro propio esfuerzo. 

Las mujeres somos flores de colores 
en la rutina monótona 
del peso de las obligaciones aceptadas o impuestas 
con amor y sacrificio. 

Las mujeres somos flores...

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miércoles, 26 de febrero de 2025

Patricia Liliana Boero

 



AURORA CONSURGENS I





El uno cambia su aliento
sobre el vaso de estrellas
pasa por el cedazo el alfabeto
remite toda nada hacia su gesto táctil

talladura del ojo,
de la boca, del hambre de tocar
mesa tendida
copas, que no se alzan.

El otro, aterida la mano
que penetró en lo hondo
y abrió un pozo en el pecho
la extiende hacia el vacío.

La sangre se coagula,
y esboza un corazón
de alas batientes.

Hijo de todas las rozaduras de la espina
se exilia de raíz,
puertas afuera.

La casa es su abertura
y hasta el final del escalón
hacen los vientos remolino.

¿No es acaso el desierto
canto de mares que no se han retenido?

También lo hueco
vibra
con lo que fue arrancado.


Patricia Liliana Boero