lunes, 31 de agosto de 2020

Lucia Dominguez Lopez


Mordiendo la tarde,
tumbada en el sofá,
pensando en ti,
leyendo poemas
subrayando algún verso
que se desprende
y moja el suelo de silencios,
así pasamos
la tarde
yo,
mi locura,
y el desasosiego de lo inevitable...


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® Laura Gutiérrez Cortés

 

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SÍ a la libertad de expresión,

NO a la censura.
SÍ al pensamiento libre y creativo,
NO a la sumisión.
Cuando el rebaño se una, los leones
dormirán con el estómago vacío.

domingo, 30 de agosto de 2020

Juana Castro


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Sentir el peso cálido...
Sentir el peso cálido.
Girar
previsora la vista, y saber
que no hay nadie.
Agacharse. Enrollar
el vestido, dejar en las rodillas
la mínima blancura
de la tela, su felpa
y el fruncido que abraza
la cintura y las ingles.
Mojar
con el chorro dorado,
tibio y dulce la tierra
tan reseca de agosto, el desamparo
sutil de las hormigas en la hollada
palidez de los henos.
Mezclar
su fragancia espumosa con el verde
vapor denso de mayo, sus alados
murmullos, la espantada
carrera de los grillos.
Y en invierno, elevar
un aliento de nube
caldeada, aspirando el helor
de hoja fría del aire.
Orinar
era un rito pequeño
de dulzura
en el campo.


(De Fisterra, Libertarias, Madrid 1992)

Ángel Guinda



Papeles

Un papel certifica mi llegada a este mundo.
Mi identidad la corrobora otro papel.
Uno más califica nuestra vida en pareja:
de derecho, de hecho, de desecho.
Otro papel registrará mi muerte.
¿Cuál será mi papel verdadero en la vida?
Abro el buzón: rebosa de papeles.
Salgo a la calle: me surten de papeles.
Voy al Banco: cumplimento papeles.
Doy una conferencia: para cobrar, papeles.
Un papel me da acceso al estadio de fútbol,
a un concierto, al cine, al teatro.
Tráfico me echa el alto: los papeles
- los busco, los escrutan, me empapelan.
Necesito una subvención
- me dicen: hay que hacer papeles.
Me pongo de los nervios en unos almacenes
- me amonestan: no pierda los papeles.
Me entregan un regalo:
sufro ansiedad al desempapelarlo.
Mi papeleta electoral traga derrota.
Me manifiesto por los sin papeles.
Traspapelé la luz, busco tus ojos.
Cada semana reciclo dos bolsas de papeles.
Vivir: papeles y papeles y papeles.
La vida, para muchos, es todo un papelón.


(de Poemas para los demás)

sábado, 29 de agosto de 2020

Mario Benedetti.

 









"Te aseguro que la amo con mis cuatro sentidos
y no me hace falta el quinto.
En todo caso, nuestro quinto sentido
es el buen humor.
¿Qué más queremos?
Después de todo, mis manos no son ciegas.
La conocen bien."

viernes, 28 de agosto de 2020

William Butler Yeats


"El vino entra en la boca
Y el amor entra en los ojos;
Esto es todo lo que en verdad conocemos
Antes de envejecer y morir.
Así llevo el vaso a mi boca,
Y te miro y suspiro"
.

jueves, 27 de agosto de 2020

Rosa Pazos

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Quédate aquí,.
debajo de la sombra
del árbol de la vida
en este rincón donde amanece.
Quédate aquí,
y que nos cante el sol.
Estoy aquí contigo
donde el olvido huyó,
donde abril ya pasó,
y la esperanza nació atardecida.
Quédate, el mañana
no es radiante,
es imprevisto,
y no te dirá dónde me hallo
si te pierdes...
Quédate aquí conmigo.
Tú con tu desesperanza
y yo creyendo que existe
todavía la felicidad.

Federico García Lorca

 







Poema Al Oído De Una Muchacha de Federico García Lorca


No quise.
No quise decirte nada.

Vi en tus ojos
dos arbolitos locos.
De brisa, de risa y de oro.
Se meneaban.
No quise.
No quise decirte nada.

Pablo Neruda

 












Arte de Pájaros


Pablo Neruda


Pajarintos



"Arte de Pájaros" es un libro de gran formato y edición limitada, con ilustraciones únicas de pintores amigos de Pablo Neruda, que contribuyeron a enriquecer la obra. En él se presentan dos secciones de poemas: Pajarintos, que hace referencia a aves reales y Pajarantes, aves ficticias, fruto de la imaginación del poeta.




Albatros errante




En alta mar navega el viento


dirigido por el albatros:


esta es la nave del albatros:


cruza, desciende, danza, sube,


se suspende en la luz oscura,


toca las torres de la ola,


anida en la hirviente argamasa


del desordenado elemento


mientras la sal lo condecora


y silba la espuma frenética,


resbala volando el albatros


con sus grandes alas de música


dejando sobre la tormenta


un libro que sigue volando:


es el estatuto del viento.

Ángel Guinda

 







Tal vez vosotros sabéis


No sé, escucho himnos dentro de las lágrimas.
Tuve una casa con ventanas en el techo:
veía tiburones, cordilleras, trenes volar.
Tal vez vosotros sabéis, yo sólo canto.
No sé bien qué es la paz:
llegué tarde a la guerra.
La tempestad está tras la montaña,
sobrellevo el estruendo de su luz.
Tal vez vosotros sabéis, yo sólo canto.
Tiemblan mis pies
cuando retumba el eco del silencio,
no sé si las palabras tienen sangre.
Tal vez vosotros sabéis, yo sólo canto.
No sé por qué se tambalea el vértigo
cuando miro las cúpulas,
pero noto en mi pecho borboteos de petróleo.
Tal vez vosotros sabéis, yo sólo canto.
Mi país es un rompecabezas,
al más mínimo golpe se desvertebrará:
ya no tendré país.
Tal vez vosotros sabéis, yo sólo canto.
Desde el avión veía sobre el mar
manadas de elefantes petrificados,
dromedarios tendidos, sombras de cocodrilos:
me dijeron que eran islas griegas.
Tal vez vosotros sabéis, yo sólo canto.
Huyo, siempre huyo: acaso tras las puertas
que arrancan sus bisagras, sus cerrajas
y, a lomos de las llamas, corren irrefrenables
para aclamar a los ladridos del mar.
Tal vez vosotros sabéis, yo sólo canto.
La poesía debe ser extrema,
estampido de mundos, abrazo de la pólvora,
escardar las tinieblas con antorchas,
trepanación de asombro y ebriedad.
Tal vez vosotros sabéis, yo sólo canto.
Yo no sé qué preguntan al sol los limoneros.
Ignoro los secretos de las algas y de las medusas.
Tampoco sé si esto es un poema
o una pequeña galería de hormigas.
Tal vez vosotros sabéis, yo sólo canto.


(de Caja de lava)

lunes, 24 de agosto de 2020

Javier Solé

 






Dos extranjeros
en la habitación de un hotel
en una ciudad portuaria del Mediterráneo
no hablan el mismo idioma
pero sus cuerpos delatan
con el movimiento armónico
de sus caderas
que tan solo precisan
el deseo
para encontrarse.



Ilustración de Raymond Leech

Karmelo Iribarren

 




Te veía
llegar,
cruzar la puerta,
darme un besazo en el morro,
mirarme a los ojos
de esa manera única,
como solo tú miras
a los ojos: rompiendo el calendario.

Te veía
hacer esas cosas sencillas
que tú haces
para que el mundo
entre en razón;

y no sabía
a quién
darle las gracias.

domingo, 23 de agosto de 2020

Paqui Valenzuela Garcia

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No te pido la luna,
la tengo cada vez que miro tus ojos.
Tan solo te pido
ese minúsculo trocito
de polvo de estrella que ha caído
en una de las comisuras de tus labios.
Ese puntito que brilla
cuando te sonríes...
¡Como ahora, amor!
Solo quiero eso.
Si me lo das,
habré conseguido todo el universo.

sábado, 22 de agosto de 2020

Rossana Hasson Arellano

 10-Ilusión - Isabel Miralles


ILUSIÓN



Yo llevo una ilusión
que es casi un mito
y rompe los zapatos
de las ocultas sombras
cuando la sangre sueña
a pleno viento
en una rosa blanca
y crece por la noche,
entrando al corazón,
mientras te duermes.

Pablo Neruda

 


LAS VIDAS

EL MONTE Y EL RIO

EN mi patria hay un monte.
En mi patria hay un rio.

Ven conmigo.

La noche al monte sube.
El hambre baja al río.

Ven conmigo.

Quiénes son los que sufren?
No sé, pero son míos.

Ven conmigo.

No sé, pero me llaman
y me dicen  "Sufrimos".

Ven conmigo.

Y me dicen: "Tu pueblo,
tu pueblo desdichado,
entre el monte y el río,

con hambre y con dolores,
no quiere luchar solo,
te está esperando, amigo".

Oh tú, la que yo amo,
pequeña, grano rojo
de trigo,
será dura la lucha,
la vida será dura,
pero vendrás conmigo.

Begoña Abad •


Un día te hiciste mayor.
Lo supe porque dejaste de venir
a acurrucarte a mi lado
los domingos por la mañana.
Dejaste de buscar el calor
de mi costado
y mi mano distraída
haciéndote dibujos en el pelo.
Dejaste de pedir que te contara
cómo eras de pequeño
y cómo era yo y cómo tu abuelo
y apareciste, sabio ya.
Todo lo sabías en esa mañana triste.
Me costó acostumbrarme
a verte aparecer en la cocina
con el ceño fruncido, silencioso.
Tuve que aprender a quererte de nuevo,
también así, distante y gris.
Aprender que sólo era un baile de disfraces
en el que me tocaba adivinar
de qué ibas vestido,
pero sabiendo que siempre
detrás estabas tú,
igual que tú esperabas
que yo estuviera siempre
esperando, sin disfraz.

Del libro : Silencios encontrados.
Colección: Poesía en la distancia

viernes, 21 de agosto de 2020

Patricia Liliana Boero

 



AURORA CONSURGENS I





El uno cambia su aliento
sobre el vaso de estrellas
pasa por el cedazo el alfabeto
remite toda nada hacia su gesto táctil

talladura del ojo,
de la boca, del hambre de tocar
mesa tendida
copas, que no se alzan.

El otro, aterida la mano
que penetró en lo hondo
y abrió un pozo en el pecho
la extiende hacia el vacío.

La sangre se coagula,
y esboza un corazón
de alas batientes.

Hijo de todas las rozaduras de la espina
se exilia de raíz,
puertas afuera.

La casa es su abertura
y hasta el final del escalón
hacen los vientos remolino.

¿No es acaso el desierto
canto de mares que no se han retenido?

También lo hueco
vibra
con lo que fue arrancado.


Patricia Liliana Boero

miércoles, 19 de agosto de 2020

Isidoro Irroca


Todo me lleva a ti

No hay límites ni distancias, me digo,
cuando en el cielo el mismo sol nos cubre
por eternos senderos y caminos
que se abran en la tierra y en su orbe
todos van a ti, hasta los perdidos.

Tampoco hay voluntad que no se quiebre
cuando levantas del rostro esos ojos
cuando miras se caen los poderes
que sustentan el empeño y su antojo
y me entrego sin tregua a tus amores.

No hay realidad que impida la esperanza
si tu mano busca por encontrarme
ni la muerte, al final de mis días,
calmará nunca mi sed de buscarte
aunque sea en inciertas lejanías.

No son ya suficientes las palabras
que cruzan los crepúsculos del aire
se alargan en los márgenes del alba
se hunden en la caída de la tarde
y se alzan en los silencios del alma.

Todo me lleva a ti, hasta la muerte,
que deshace mis días y mis manos
en la tierra marchita de mi suerte
se abre el camino estéril de mis pasos
donde la soledad desgarra y muerde.

Mis ojos llevan tu íntimo secreto
allí donde el destino no se cumple
donde se pierde el espacio y el tiempo
más allá del límite de las nubes
próximo a los confines del ensueño.

Todo me empuja a ti, inexorable,
con una fuerza de aires desbocados
te busco allí donde no encuentro a nadie,
donde siempre habitan los olvidados
que viven la soledad de las calles.

Todo me lleva a ti, hasta el sosiego,
que ronda en los jardines del anhelo
explorando en los ojos del misterio
te busco en las fronteras del deseo
te encuentro en el laberinto del verso.


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Alicia Correa Castelo


Eran tus dedos
los que dibujaban círculos en mi piel ,
los que trazaban líneas por miedo a perderse
Eran tus dedos
los que pintaban sonrisas en mi boca
y hacía temblar mis labios
Eran tus dedos ,
los que despertaban el deseo
al acariciar mis senos
Eran tus dedos
los que se adentraban dentro de mi
e inundaban mis entrañas
de placer
Eran tus dedos
tus manos
tu piel
tu risa
tu voz
los que me hacían perder la cordura
despertando un huracán de pasiones


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martes, 18 de agosto de 2020

Li Qingzhao


BODHITTSAVA BÁRBARO
(Pu Sa Man)

a la altura de mi sien
sobre mi pelo
se cierne un gorrión de oro

la sombra de sus alas verdes
abiertas
se proyecta sobre mi ceño fruncido

ligera bruma de primavera

en el pabellón perfumado
ya se han cerrado los lotos

y en el biombo pintado
hay montañas y montañas superpuestas

el frescor de la ventana
precipita el amanecer

nuestros corazones unidos
son igual que dos llamas

y mis lágrimas caen
dejando un surco rosado
en mi vestido de seda

amor mío
¿cuándo regresarás?


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lunes, 17 de agosto de 2020

Pablo Neruda

 




¿Quien muere?

Muere lentamente
quien se transforma en esclavo del hábito,
repitiendo todos los días los mismos trayectos,
quien no cambia de marca.
No arriesga vestir un color nuevo y no le habla a quien no conoce.

Muere lentamente
quien hace de la televisión su gurú.

Muere lentamente
quien evita una pasión,
quien prefiere el negro sobre blanco
y los puntos sobre las "íes" a un remolino de emociones,
justamente las que rescatan el brillo de los ojos,
sonrisas de los bostezos,
corazones a los tropiezos y sentimientos.

Muere lentamente
quien no voltea la mesa cuando está infeliz en el trabajo,
quien no arriesga lo cierto por lo incierto para ir detrás de un sueño,
quien no se permite por lo menos una vez en la vida,
huir de los consejos sensatos.

Muere lentamente
quien no viaja,
quien no lee,
quien no oye música,
quien no encuentra gracia en si mismo.

Muere lentamente
quien destruye su amor propio,
quien no se deja ayudar.

Muere lentamente,
quien pasa los días quejándose de su mala suerte
o de la lluvia incesante.

Muere lentamente,
quien abandona un proyecto antes de iniciarlo,
no preguntando de un asunto que desconoce o
no respondiendo cuando le indagan sobre algo que sabe.

Evitemos la muerte en suaves cuotas,
recordando siempre que estar vivo exige un esfuerzo mucho mayor
que el simple hecho de respirar.
Solamente la ardiente paciencia hará que conquistemos
una espléndida felicidad.


domingo, 16 de agosto de 2020

Loli González Vázquez


Soledad del alma

Eres, como hoja seca que tiembla aferrada a su tallo.
Caminas por un laberinto de emociones
que no te lleva a ningún sitio.
Te giras y volteas una y otra vez
por esta interminable noria de arenas movedizas.

No te acongojes ni te sientas hundida.
Avanza con el aliento fresco por este asfalto de fuego
y clava bien los pies.
Pisa fuerte con tus zapatos viejos hasta que se rompan,
porque ésta,
es una vereda por la que navegamos todos alguna vez.
No olvides que después de la niebla
siempre sale el sol.

Eleva tu copa hasta lo mas alto y brinda por la vida
y tus sueños e ilusiones,
volverán a inundar tus entrañas... y tu alma.


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Luis Cernuda


No decía palabras,

acercaba tan sólo un cuerpo interrogante,

porque ignoraba que el deseo es una pregunta

cuya respuesta no existe,

una hoja cuya rama no existe,

un mundo cuyo cielo no existe.

La angustia se abre paso entre los huesos,

remonta por las venas

hasta abrirse en la piel,

surtidores de sueño

hechos carne en interrogación vuelta a las nubes.

Un roce al paso,

una mirada fugaz entre las sombras,

bastan para que el cuerpo se abra en dos,

ávido de recibir en sí mismo

otro cuerpo que sueñe;

mitad y mitad, sueño y sueño, carne y carne,

iguales en figura, iguales en amor, iguales en deseo.

Auque sólo sea una esperanza

porque el deseo

es pregunta cuya respuesta nadie sabe.


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sábado, 15 de agosto de 2020

Emilio Marin

 


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UN BES0

Breve como un beso
profundo como su sabor.
Suave como tus labios
en la noche de agosto.
Así eres tu, Princesa,
que con tus brazos seducen
al marinero intrépido
que arrojado a tus orillas
cae sin freno, ante la voluptuosidad,
de tu cuerpo firme y deseado.


Es posible llegar al orgasmo con un beso? — Mejor con Salud


Rafael Guillén





De nuevo te esperé en el desconsuelo...


De nuevo te esperé en el desconsuelo
de la esquina. Por el bullicio oscuro
iban, venían rojos autobuses,
acharolados táxis que, ocupados,
se detenían un segundo antes
del desencanto. La farola daba
entintado de cómic a la espera.

Los táxis están hechos con materia
de soledad, de presurosos besos,
de palabras sin terminar, de rápidos
adioses, de cabezas que se vuelven
como pidiendo auxilio. Cada táxi
va tejiendo y tejiendo su capullo
de seda por las calles, va encerrando
su mariposa entre los hilos tensos
de la ciudad que gime y que lo envuelve.

¿Por qué querer es esperar?. La lluvia
tenaz parpadeaba en el cambiante
neón de Piccadilly y los neumáticos
por el asfalto húmedo sonaban
como el desuello de una piel inmensa.

Todo el desecho de la prisa iba
acumulado en los asientos turbios
de los táxis. Su tántalo destino
era llegar para volver de nuevo.

Los táxis se alimentan de colillas,
de tersos portafolios, de monturas
de gafas, de coronas funerarias,
de perfumados guantes, de pañuelos
inmundos, de paraguas olvidados.
El horizonte de los táxis nace
a espaldas de la luz, está poblado
de sanatorios y consultas, linda
con discos y semáforos, discurre
por negocios y apremios y legajos.

¿A dónde va el amor cuando no acude
a nuestra cita?. Una lenta hilera
de gotas resbalaban por el borde
de la farola anochecida. Un golpe
de tos quebrada restalló muy cerca
de mi bufanda. El viento me azuzaba
los mastines del frío. Y otros táxis
pasaban sin parar, como otras noches,
como todas las noches de mi vida.

Cuando al amanecer se quedan solos
los táxis, se acarician la gastada
tapicería, que conserva algunas
viejas huellas de semen o de lágrimas.


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Jesús Zomeño

 


 



  










Un camino
que atraviese el mundo por el centro

A Conchi





No digas
si me quieres
Dibuja una línea
que divida en dos
el mundo
y al andar sobre ella
te verás en lo cierto
Guarda la tiza
si tienes miedo
a perderte
Pero no digas
si me quieres,
que los mapas tatuados
son cosa de piratas.