domingo, 31 de diciembre de 2017

José Puerto Cuenca






PAN CON ESTRELLAS

Amor, hace tiempo que quiero proponerte
una dieta de aderezamiento…
Desayunaremos un té marca Buen Día
endulzado  con esperanzina
y un bollo de afán integral auténtico
con un buen chorreón de afecto virgen extra.
A media mañana como tentempié
mordisquearemos con fruición
dos manzanas reinetas del árbol de la paciencia.
El almuerzo lo empezaremos con un aperitivo
de perlas verdes sin martirio, cultivadas
en el olivar sabio sin resabio de los abuelos,
ensalada de sentimiento verde y aros de centella
con cariz dulce, humor fresco y desenvidias,
alma de almendras o nueces de parsimonia…
A media tarde una taza de fe alta y rica
endulzada de meloja y melodía
y un trozo de pastel esponjado de ojos claros
espolvoreado de sonrisa cande.
Para cenar probaremos cada noche
una fruta distinta, una pulpa nueva,
una caricia absolvente y desusada,
nos haremos veganos de carne de otros seres,
la tuya y la mía, amor, ya nos alimentan
con creces el ansia animal antigua…
Y de postre, amor, de postre…
Los racimos de besos con uvas que tú quieras…
Amor… ¡Contigo pan con estrellas!





Ana García Briones








A bordo de un verso,
en ese territorio subterráneo
por donde circulan las heridas,
canalizo  recuerdos.
Aquellos que no se cierran,
que tal vez  acompañan
nuestro viaje
mientras respiramos,
sentimos,
amamos.



Anida en mi ser 

 

sábado, 30 de diciembre de 2017

Natalia Belleq.




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Voy a guardar silencio,
a fingir que no te quiero
a suplicar un inmortal momento.

Voy a ponerme la coraza,
la de acero,
esa que se escapa
cuando se muere el alma
y resucita el cuerpo

Voy a tener que buscar
a ver si lo encuentro
un trozo de corazón
que te llevas cuando estás lejos,
una huella, una razón,
un oscuro sentimiento.

Y es que no es cuando no te veo
ni siquiera cuando no te siento,
es ésta puta enfermedad,
de tener que echarte de menos.

Voy a guardar silencio
a fingir que no te quiero
a suplicar un inmortal momento....






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Margaret Atwood


POEMA NOCTURNO

No hay nada que temer,

es sólo el viento
que ahora sopla hacia el este, es sólo
tu padre..........el trueno
tu madre..........la lluvia
En este país de agua
con su luna ocre y húmeda como un champiñón,

sus muñones ahogados y sus pájaros largos
que nadan, donde crece el musgo
por todo el tronco de los árboles
y tu sombra no es tu sombra
sino un reflejo,
tus padres verdaderos desaparecen
al bajar la cortina
y quedamos los otros,
los sumergidos del lago
con nuestras cabezas de
oscuridad
de pie ahora y en silencio junto a tu cama...
Venimos a arroparte
con lana roja,
con nuestras lágrimas y susurros distantes.
Te meces en los brazos de la lluvia,
el arca fría de tu sueño,
mientras aguardamos, tu padre
y madre nocturnos,
con las manos heladas y una linterna muerta,
sabiendo que somos solamente
las sombras vacilantes que proyecta
una vela, en este eco
que oirás veinte años más tarde.

Foto de Annedore schreiber

Nicolás Corraliza






VITAE 3.0



No estamos solos.

El mundo no pude estar gobernado
por esta mediocre sucesión
de turbias primaveras.

Está cansado Dios
y
la maldad

campa a sus anchas
descansadas.

Somos nosotros
volviendo del mañana
de la razón,

cuando nadie
imaginaba que despertaríamos.




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viernes, 29 de diciembre de 2017

Victor Manuel Guzmán Villena






Coloreando las sombras

Quiero pintar con los lápices del arco iris



mi felicidad de los recuerdos


en descubrir tu tierra prometida


que me condujo a conocerte


seducirte y amarte.


Desde tu pasión y acción dirigías


la ceremonia del deseo carnal


en el paraíso tangible de los pensamientos y la piel


donde el amarte es la mayor complacencia


y la muerte la mayor abstinencia.

Gloria Fuertes










NO PERDAMOS EL TIEMPO


Si el mar es infinito y tiene redes,

si su música sale de la ola,

si el alba es roja y el ocaso verde,

si la selva es lujuria y la luna caricia,

si la rosa se abre y perfuma la casa,

si la niña se ríe y perfuma la vida,

si el amor va y me besa y me deja temblando

¿Qué importancia tiene todo eso,

mientras haya en mi barrio una mesa sin patas,

un niño sin zapatos o un contable tosiendo,

un banquete de cáscaras,

un concierto de perros,

una ópera de sarna?

Debemos inquietarnos por curar las simientes,

por vendar corazones y escribir el poema

que a todos nos contagie.

Y crear esa frase que abrace todo el mundo;

los poetas debiéramos arrancar las espadas,

inventar más colores y escribir padrenuestros.

Ir dejando las risas en la boca del túnel

y no decir lo íntimo, sino cantar al corro;

no cantar a la luna, no cantar a la novia,

no escribir unas décimas, no fabricar sonetos.

Debemos, pues sabemos, gritar al poderoso,

gritar eso que digo, que hay bastantes viviendo

debajo de las latas con lo puesto y aullando

y madres que a sus hijos no peinan a diario,

y padres que madrugan y no van al teatro.

Adornar al humilde poniéndole en el hombro nuestro verso;

cantar al que no canta y ayudarle es lo sano.

Asediar usureros y con rara paciencia convencerles sin asco.

Trillar en la labranza, bajar a alguna mina;

ser buzo una semana, visitar los asilos,

las cárceles, las ruinas; jugar con los párvulos,

danzar en las leproserías.


Poetas, no perdamos el tiempo, trabajemos,

que al corazón le llega poca sangre.


de Antología y poemas del suburbio, 1954

jueves, 28 de diciembre de 2017

Julia Gutiérrez




Yo no sirvo para poner floreros
en la mesa ni coser dobladillos
porque ciertas reglas lo dicten,
no sé cocinar ni recordar
que a las dos cierra la panadería,
no sé estar atenta en una conversación
sobre lo que ha subido el agua,
tampoco hacer planes para echarle migas
a los patos del estanque los domingos.

Yo me fumo los días y escribo poemas,
no quiero relojes ajenos que me recuerden
que llego tarde a mi propia vida,
voy manteniendo el equilibrio
entre el arranque de ira y la paciencia
en el atasco que conduce al hastío
de ser adulta camino del trabajo.

A mí no me gusta madrugar
me gustan las madrugadas,
me dejo los paraguas en los bares,
me apunto al penúltimo whisky de la noche
mientras dejo fluir mis emociones
y a veces me quedo en punto muerto
en el momento más crítico.

Yo sé estar sola pero también
echar de menos que me recuerden
que se me olvidan las llaves.
No sé mantener la esperanza
ante la certeza de una puerta cerrada
ni sé retener a nadie a mi lado:
los rehenes no me gustan
ni los rompecorazones.

Algunos días mi cabeza es un globo de helio
enganchado en una nube
pero todos los días silbo canciones en el coche
manteniendo el tipo ante las imposturas
consciente del precio de la vida
siendo fundamentalmente mía
dentro de mi desastre.



Imagen: Johan Fournier 





MARIA PAZ MARTINEZ GAMBOA

Al despertar






Las madrugadas tienen un hálito de misterio,
poco se de ellas
quizás
conozcan cada respiro
de este tejido humano que se contrae
ante la luz de ajenos intereses.

La conciencia que me llega de sus albores
me deja en el espíritu
el enorme vacío de una década
forjado a golpes
sucesivo mazo de los desencantos
que desgajan la entraña
arrojando nostalgia
a la mirada.

Pero la aurora ha de intimar con los sueños,
es madeja y aguja del sentimiento
y la palabra
el hilo de luz
que zurce las heridas,
advirtiendo el color de los labios
fruncidos de brisas
conjeturas
de la soledad del alma.

Oír recitar el verso matutino
en cada  trama de la carne viva,
inscribe el drama que bulle en la memoria
y señala las huellas   
de ese dogma que cae para siempre. 

Ramón Llanes









 AMIGO MUNDO





Amigo mundo

te cambio tu fusil por estos versos,

te cambio tu almanaque de terror

por la ternura de cualquiera de mis besos,

te cambio tu metralla y tu valor

por una tarde de lluvia en la ventana de mi pueblo,

te cambio el malestar de tu misión

por la paz que se cuida en mi respeto.

Amigo mundo,

te cambio tus bombas de combate, tu camión,

tu uniforme, tu trinchera, tu bastón,

por la concordia cálida de mis credos,

te cambio todo el hambre de tu sinrazón

por un rato de música, por un silencio,

por una melodía en do menor

que cantamos todos aquí al estar contentos,

te cambio tu himno por mi canción

o tu escopeta de matar por mi cuaderno

donde escribo de mi y de los nuestros,

te cambio tu odio y tu aspecto de invasor

por la mejor historia de los hombres buenos,

te cambio tu discordia por mi pasión

y tus guerras te cambio por mi afecto,

te cambio las desigualdades, te cambio tu decisión

de proteger menos a los más honestos,

de descuidar tanto al corazón,

de fomentar la miseria, de desterrar lo cierto,

de consentir a capricho que el error

sea la bandera más insultante de este tiempo.

Amigo mundo,

te invito a un minuto de Paz y otro de amor

y si me aceptas, mi alma entera te la entrego

para que con ella cambies siempre de opinión

y contigo todas las esperanzas alcancemos

y  esta utopía posible tendrá el color

del sentido más humano de todo nuestro universo.


miércoles, 27 de diciembre de 2017

Isabel Rezmo




Hoy no te paraste.
Hoy seguiste calle abajo sin el resorte de volverte.
Seguiste como el cuerpo que se orienta en el vacío, que
poco a poco muere entre las pisadas. Como una sombra
de mimbre, como los cuerpos desnudos, como el
descaro del argumento malsano.
Dejaste que una parte de mi rompiera, presionara mi
carne, mi piel, mansamente.
Me quedé anclada en el resorte de tu mirada perdida.




Ángel González




Bosque

Cruzas por el crepúsculo. 
El aire 
tienes que separarlo casi con las manos 
de tan denso, de tan impenetrable. 
Andas. No dejan huellas 
tus pies. Cientos de árboles 
contienen el aliento sobre tu 
cabeza. Un pájaro no sabe 
que estás allí, y lanza su silbido 
largo al otro lado del paisaje. 
El mundo cambia de color: es como el eco 
del mundo. Eco distante 
que tú estremeces, traspasando 
las últimas fronteras de la tarde.




María José Gutiérrez Sánchez



Y SIGO AQUI



Y sigo aquí
asomada a la ventana de la espera,
de este inmóvil presente de dudas estancadas,
anhelando la llegada de otra nueva tierra.
En mi cabeza,
invento aires de ínfulas promesas
cuyo martilleante estribillo mecánico
tararea incesante un canon llamado “vida nueva”.


Por horizonte,
una barrera invisible infranqueable
de cielos azules infinitos
donde a veces las nubes juegan “su juego de las formas”
retando a mi lejana imaginación de niño
a perder el tiempo en cosas importantes.


Por frontera,
enanos cerros me acorralan,
como grandes K2 que me impidieran
escapar de este valle herido de muerte
por tres largas cuchilladas donde escapa el agua clara inteligente,
hasta un océano de verdes suertes residuales.


Mi paisaje,
un ejercito de altivas garzas de amarillo acero,
obedientes frios girasoles,
desviando sus cabezas al mismo cardinal punto.
Los días que el viento sopla de poniente,
bailan para mi un fragmento del lago de los cisnes.


Más allá,
grises moles absurdas de cemento,
alineadas en filas ordinarias
que la naturaleza jamás hubiera consentido;
pequeñas cajitas de cerillas
donde se clasifican las vidas de la gente
y se acumulan las vanidades de la opulencia de los hombres.



En el abismo que forma mi paisaje,
pequeños seres diminutos,
cabezas con patas obsesionadas
en recorrer mi calle en un tiempo preciso;
extraños animales que dejaron en su estupidez,
de guiarse por sabios instintos.


Y en esta cárcel,
construida con supuestos nobles materiales,
estoy sitiada por la inercia y la costumbre,
vencida por la seguridad de lo seguro,
cegada por la luz del compromiso.
Solo el olor que sube a tierra húmeda,
cuando algun chaparrón desluce el paraiso;
ese olor a libertad ansiada,
me hace soñar con otras lejanas tardes
que antes yo ya habia vivido.
Tardes eternas con infinitos dulces mares
e inmensas playas donde morir contigo.


Al atardecer,
negros pájaros vienen a posarse





en el alféizar que saben que domino;
curiosos se entretienen contemplándome
y en sus atentos ojos descubro su intención
de lanzarme migitas despacito.

martes, 26 de diciembre de 2017

Blanca Langa Hernández




ESCRIBO PORQUE SÉ que mis palabras
volarán una tarde hasta tus ojos
como palomas de humo,
herirán
con sus alas calientes tu mirada.
Escribo porque sé que alguna tarde
en el hueco de lluvia de tus manos
caerán las palabras que hoy anudo
Y que enhebro pensando sólo en ti.
Escribo porque sé que a tu mirada
volarán las palomas de mis versos
y anclarán en la arena de tus manos.
El latido del mar hasta la playa
de tus ojos marinos y distantes
acercará mi voz y las palabras
que hoy escribo pensando sólo en ti.



(Tal vez sea la luz)







José Manuel Acosta




BESOS LATENTES
*************************
Se me ocurrió mientras me quedaba sin tinta
que podríamos buscarnos
cuando las agujas del reloj se amen
y el tiempo nos divida.
Que si te miro con insistencia
venga un intermedio
con más impaciencia que nosotros,
y alguna casualidad
nos equivoque el destino.
Puestos a pensar,
imagínate que metemos las heridas
en un libro porque en él
se hacen invisibles.
Imagínate
que somos dos poetas
dominando el mundo
porque cada uno escribe
la historia a su manera.
No creas que a los labios se les engañan,
a su juventud le faltan
los años que los besos tienen.


viernes, 22 de diciembre de 2017

Pedro Javier Martín Pedrós







No me gusta sentir
mis manos vacías.
Me agrada acariciarlas delicadas,
llenas de amor.
No me gusta la gente que no transporte
en su miradas copitos
llenos de imán.
Necesito, me agrada,
la atracción mutua.
Dos gotas de agua si
las acercas mucho, se funden.
Así,
pude crear algunos versos
con olor a humanidad.
No me gustan los días grises,
los azules
siempre fueron fieles compañeros
en mis viajes a ninguna parte.
A tientas,
las metáforas me
salvan del precipicio de tus labios.



.
De Poemas para la vida



Elízabeth Carranza




Y QUIEN?


Y quién me canta
en las horas
más grises?
Cuando llega
la ansiedad de no ser
la que amaste
alguna vez.
Quién me canta
cuando has dejado
de verme
desde un pedacito
de tu alma,
y ya no te soy más
luna ni sol
ni frío ni noche.
Cuando
el te quiero
presente en tus labios
se abraza de todos los silencios
y no estás
y no estoy
y no te espero
porque nos era
imprescindible
marcharnos.

Elizabeth

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