jueves, 30 de enero de 2020

Elsa López






Cuando tu lengua escarba mi cuerpo lacerado
que fue tan sólo tuyo durante un tiempo espeso,
inmortal y perfecto.

Entonces tú terminas y yo comienzo a amarte.

Cuando he rugido cóncava debajo de tus piernas,
y has dejado un reguero de sal y hierbabuena
sobre mi piel reseca.

Entonces tú terminas y yo comienzo a amarte.

Cuando la luz se apaga y tu cuerpo se queda
tendido y olvidado entre blandas semillas.

Entonces tú terminas y yo comienzo a amarte.


De: "Del amor imperfecto"1987:

Ángel Crespo.







Ignorancia de otoño



Para ignorar, hay que vivir.
Las manos ya se niegan
al testimonio de los días
y las noches paradas.

Maduras
pero todavía no asoman,
amargos, los gajos abiertos
que oculta tu temor.
Aún no ignoras bastante.
Temes el vuelo de ese pájaro
obstinado.
¿Transcurren, pues, las estaciones
o eres tú, tan absorto, el tiempo?

Sabes ya que la lluvia
no importa, que nada vale el plazo
de la espera.
Lo sabes
e ignorar es el alimento
del hombre -el de esta brisa
que no se sabe aire.


miércoles, 29 de enero de 2020

Paola Klung

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Decía mi abuela que cuando una mujer se sintiera triste lo mejor que podía hacer era trenzarse el cabello; de esta manera el dolor quedaría atrapado entre los cabellos y no podría llegar hasta el resto del cuerpo.
Había que tener cuidado de que la tristeza no se metiera en los ojos pues los haría llover, tampoco era bueno dejarla entrar en nuestros labios pues los obligaría a decir cosas que no eran ciertas, que no se meta entre tus manos- me decía- porque puedes tostar de más el café o dejar cruda la masa; y es que a la tristeza le gusta el sabor amargo.
Cuando te sientas triste niña, trénzate el cabello; atrapa el dolor en la madeja y déjalo escapar cuando el viento del norte pegue con fuerza.
Nuestro cabello es una red capaz de atraparlo todo, es fuerte como las raíces de un ciprés y suave como la espuma de un atole.
Que no te sorprenda desprevenida la melancolía mi niña, aunque tengas el corazón hecho trizas o los huesos fríos por alguna ausencia. No dejes que la tristeza entre en ti con el cabello suelto, porque fluirá en cascada por los canales que la luna trazó en tu cuerpo. Trenza tu tristeza, decía, siempre trenza tu tristeza…
Y por la mañana, cuando despiertes con el canto del gorrión, encontrarás a la tristeza pálida y desvanecida entre la trenza de tus cabellos...

Fotografía: Candelaria Rivera

Agustín Calvo Galán

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Säynätsalo


Edificio del Ayuntamiento de Säynätsalo, diseñado por Alvar Aalto en 1949.
(Foto © Maija Holma / AAM)



ALVAR AALTO EN SÄYNÄTSALO

Allí, en Säynätsalo,
nadie enseña ya la permanencia del dórico, el jónico y el corintio,

como nos lo enseñaron a nosotros
                           cósmicamente
                                                     cómicamente
y era una cancioncilla que se repetía
como la tabla de multiplicar.

Y esos órdenes que nos enseñaban no existen, nunca existieron, lo supe entonces:
allí, tan lejos de Agrigento, de Atenas y de Vicenza,
                                                       en medio de un claustro rojo
                                                       por entre sus esquinas y una escalera
                                                       por la que subían y se colaban
                                                       estudiantes japoneses, mientras yo los envidiaba
                                                       porque sus órdenes nada tienen que ver
                                                       con nuestros clásicos arbitrios
                                                       caucásicos.

Agustín Calvo Galán 
Poeta y prosista español, nacido en Barcelona en 1968.  

(Fuente: A. Calvo Galán, Y habré vivido. Editorial La Garúa, Santa Coloma de Gramenet, 2018.)

El arquitecto y diseñador finlandés Alvar Aalto (1898-1976), reconocido internacionalmente como uno de los más importantes del siglo XX, fue pionero en el diseño y la arquitectura moderna a partir de formas orgánicas y materiales naturales.



martes, 28 de enero de 2020

Carmen Ciria

 

la foto del perfil de Carmen Ciria Santos, La imagen puede contener: 1 persona, sonriendo


Río Odiel





ODIEL ATARDECIDO

Aquí la quemadura bermellón.
la salina incendiada,
Odiel atardecido.

Aljaraque ensueña vuelo blanco...

Sobre el barro y el limo
de aluvión derrotado
y de bruces
: un dios en la marisma
se desangra.


Ida Vitale











Una lluvia de un día puede no acabar nunca,
puede en gotas,
en hojas de amarilla tristeza
irnos cambiando el cielo todo, el aire,
en torva inundación la luz,
triste, en silencio y negra,
como un mirlo mojado.
Deshecha piel, deshecho cuerpo de agua
destrozándose en torre y pararrayos,
me sobreviene, se me viene sobre
mi altura tantas veces,
mojándome, mugiendo, compartiendo
mi ropa y mis zapatos,
también mi sola lágrima tan salida de madre.
Miro la tarde de hora en hora,
miro de buscarle la cara
con tierna proposición de acento,
miro de perderle pavor,
pero me da la espalda puesta ya a anochecer.
Miro todo tan malo, tan acérrimo y hosco.
¡Qué fácil desalmarse,
ser con muy buenos modos de piedra,
quedar sola, gritando como un árbol,
por cada rama temporal,
muriéndome de agosto!




lunes, 27 de enero de 2020

Vicente Aleixandre


Estancia soleada:
¿Adónde vas, mirada?
A estas paredes blancas,
clausura de esperanza.
Paredes, techo, suelo:
gajo prieto de tiempo.
Cerrado en él, mi cuerpo.
Mi cuerpo, vida, esbelto.
Se le caerán un día
límites. ¡Qué divina
desnudez! Peregrina
luz. ¡Alegría, alegría!
Pero estarán cerrados
los ojos. Derribados
paredones. Al raso,
luceros clausurados.


Ella Wheeler Wilcox

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«Ángel o demonio»: Ella Wheeler Wilcox; poema y análisis



«Ángel o demonio»: Ella Wheeler Wilcox; poema y análisis.




Ángel o demonio (Angel or Demon) es un poema de amor de la escritora norteamericana Ella Wheeler Wilcox (1850-1919), publicado en la antología de 1883: Poemas de pasión (Poems of Passion).

Ella Wheeler Wilcox parece preguntarse si la esencia del ser puede definirse mediante esa secuencia ordenada sonidos y pausas que llamamos lenguaje. Y de ser posible ¿qué palabras utilizaríamos para reflejar el torbellino de voluntades que son propios de cada alma?

Afirmar que somos algo también es una declaración de muchas otras cosas que no nos definen, o al menos eso creemos. El bien y el mal, la luz y la oscuridad, no se excluyen; por el contrario, a menudo conviven simultáneamente.

Todos somos ángeles y demonios, y en cada aspecto de nuestra vida esos dos extremos se manifiestan independientemente. El balance, el equilibrio entre estos principios es el que define al ser en relación con los demás. Nadie puede habitar eternamente en uno de ellos. Hasta los demonios tienen un pasado de bondad, e incluso los ángeles más perfectos de vez en cuando anhelan el mal como forma de libertad.

Ella Wheeler Wilcox nos habla de esto en Ángel o demonio, probablemente uno de sus mejores poemas.

Si todos somos ángeles y demonios, entonces el amor reduce nuestra parte oscura a su mínima expresión, silenciando al demonio que nos habita. De la misma forma, cuando el odio y el miedo se apoderan del ser, sólo nos queda el recuerdo incierto de nuestras alas blancas.


Ángel o demonio.
Angel or Demon, Ella Wheeler Wilcox (1850-1919)

Usted me llama Ángel de Amor y luz,
un ser de bondad y eterno fuego,
enviado desde el Cielo para guiar vuestros pasos
por senderos donde los espíritus ansían caminar.
Dices que brillo como un astro en el firmamento;
como un rayo en el crepúsculo, una chispa de la Fuente.

Ahora escucha mi respuesta, y deja que el mundo la oiga:
Hablo sin temor sobre lo que conozco;
El puro, el fervoroso Amor es el espíritu creador
que hace de las mujeres ángeles.
Yo vivo, existo sólo por usted, sólo en usted.
Nuestras almas juntas yacen atadas
por las antiguas leyes sagradas,
y si yo soy un Ángel, usted es la causa.

Mientras mi bote agitaba las espumas del mar,
observé en calma desde la proa:
Encantador el Amor brillaba,
el pulso firme sobre el timón;
iluminado en sus bellas formas.
¿Maldeciré entonces la barca que en la noche fue naufragio,
pues el infame navegante abandonó su puesto
envuelto en radiantes sombras?
Mi propio bote no es ajeno,
pues él también se ha perdido.
¿Ha desertado el marinero
o se ha dormido en su puesto?

He dejado los tesoros de mi alma a vuestros pies,
(sé que algunas damas lo hacen cada día).
No hay criatura que camine por esta calle
que posea el negro corazón que yo anhelo.
Usted ha despreciado todos los tesoros,
así como muchos caballeros con el corazón de hielo.

Esta llama del altar de Dios,
este fuego sagrado del Amor,
que arde como dulce incienso sólo para usted,
hoy será el estigma de mi vergüenza.
Ha torturado mi espíritu con su falsedad,
ignominia que todo lo pervierte;
los Ángeles y los Demonios nacen del mismo vientre
hasta que la Pasión los guía hacia abajo,
o por el camino ascendente.

Yo les advierto, a todas las mujeres
que habitan bajo la máscara de esposas,
y a las dulces y tiernas madres,
que el destino nunca es justo.
Son las damas las que abandonan sus vidas
por la locura que brota de la desesperación.
Como la brasa que en la chimenea consume su calor,
el desdén derriba todos las murallas.

El mundo es cruel al juzgar estas cosas,
un gran mal y un gran bien
se alimentan del mismo seno.
El Amor nos convoca y nos desgarra,
cubriendo nuestros hombros con sus alas;
Y lo mejor bien puede ser lo peor,
y lo odioso ser lo deseable.
Usted debería agradecer que esta pena se haya ensañado así,
pues el Demonio ha enterrado al Ángel que hay en mí.




domingo, 26 de enero de 2020

Silvia Elena Regalado



Es un crimen vestirte,
cubrirte con cristales.

Una inconsistencia, rociarte de
fragancias
ajenas a tu humedad de niña y
holocausto.

Totalmente imperdonable
no arrancarte perezas,
polvo,
andrajos
y contemplarte
desnuda
intacta
vital
palabra.

Fernando Sabido Sánchez,





Fragilidad


No debo permanecer un día más en la fragilidad
y ni siquiera recuerdo de qué huía

cuando acepté implicarme en este desorden
o sentarme a tomar el sol con los ancianos

una mujer me cerró la puerta de su casa
sin querer escucharme
y me siento capaz de recomponer en otro lugar
las piezas desgastadas del rompecabezas



viernes, 24 de enero de 2020

Ángela Mallén


Palabra de elefante (Frangmento 1)
(Saint-Germain des Prés)




Llueve y llueve sobre el río, los paraguas, los misterios:
caracoles, flor de hibisco, gotas ácidas, salmones;

ciertos pájaros sin rumbo y sin nido;
una menguada luna de Mercurio y de Uranio;
otra luna creciente que pronto explotará.

Llueve sobre los desnudos, las fachadas, los deseos:
desventura, flor de tilo, estorninos, serafines;
el fuego de Perseidas, la escarcha y el maná.

Llueve y llueve sobre el río, los paraguas, los misterios.
Llueve y llueve sobre el polvo, las palabras, las estrellas.


Antonio Perejil Delay

Nuestro querido colega Antonio falleció ayer. Pertenecía al colectivo de Poetas de Huelva por la Paz.




EXISTE OTRO TIEMPO



El tiempo siempre muere
en la cruz de celulosa de los almanaques,
o golpeado por el péndulo de bronce
de los relojes de pared.

Pero existe otro tiempo
que muere silenciosamente
sobre los mármoles fríos de las estatuas
y sobre el paisaje otoñal
de miles de árboles desnudos.

Existe otro tiempo invisible
que muere lentamente
en las pupilas cansadas de los viejos
que toman el sol del mediodía
apoyados en sus bastones de acebuche...
un tiempo imperceptible
que siempre se desmaya a ciertas horas
en las habitaciones con olor a luz podrida,
y en los corazones azules de los niños
que aún no han rozado el cielo
con sus delicadas manos.




jueves, 23 de enero de 2020

José Agustín Goytisolo


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Es una historia conocida, amigos,
todos la recordamos,
—viento del pueblo se perdió en el pueblo—
pero no ha terminado.
Hace tiempo hubo un hombre entre nosotros,
alegre, iluminado,
que amó y vivió, cantaba hasta en la muerte,
libre como los pájaros.
¡Qué bonito sería! Nace, escribe,
muere desamparado.
Se estudian sus poemas, se le cita,
y a otra cosa, muchachos.
Pero su nombre continúa, sigue,
como nosotros, esperando
el día en que este asunto, y otros muchos,
se den por terminado.
¡Qué bonito sería! Nace, escribe,
muere desamparado.


Ella Wheeler Wilcox






Soledad.
Solitude, Ella Wheeler Wilcox (1850-1919)

Rie, y el mundo rie contigo:
Llora, y llorarás solo.
Lo que la triste vieja tierra debe prestar es alegría
Pero ella misma tiene suficientes problemas.
Canta, y las colinas te contestarán;
Suspira, y se perderá en el aire.
Los ecos rebotan en un alegre sonido,
Pero se encogen sin considerar la voz.

Alégrate, y los hombres te buscarán:
Aflígete, y ellos darán la vuelta y se irán.
Ellos quieren por completo tu placer entero,
Pero no necesitan tu infortunio.
Muéstrate feliz y muchos serán tus amigos;
Muéstrate triste y los perderás a todos.
No hay nadie que decline tu néctar de vino,
Pero debes beber la hiel de la vida en soledad.

Festeja, y tus salones estarán repletos,
Ayuna, y el mundo te ignorará.
Ten éxito y da, y eso te ayuda a vivir,
Pero nadie puede ayudarte a morir.
Hay espacio en los salones del placer
Para un largo y digno tren,
Pero uno por uno todos tenemos que desfilar
Por los estrechos pasillos del dolor.

miércoles, 22 de enero de 2020

© Laura Villanueva Guerrero


La imagen puede contener: Laura Villanueva Guerrero, sonriendo, sentado, árbol, exterior y naturaleza


Con la boca pegada al cielo,
en la asfixia de un amor
que nace y va muriendo,
me deshago de los labios
para besarte únicamente
con el deseo.
Nos iniciamos en el azul
como peces de infierno.
Somos fuego invertebrado,
el uno sobre el otro
rebosando flores de silencio.
Nos contemplamos en la huída
de lo tangible, todo el aroma
nos descansa al descubierto.


José Saramago

Novelista, poeta, periodista y dramaturgo. Recibió en 1998 el Premio Nobel de literatura. 




Intimidad



En el corazón de la mina más secreta,
En el interior del fruto más distante,
En la vibración de la nota más discreta,
En la caracola espiral y resonante,
En la capa más densa de pintura,
En la vena que en el cuerpo más nos sonde,
En la palabra que diga más blandura,
En la raíz que más baje, más esconda,
En el silencio más hondo de esta pausa,
Donde la vida se hizo eternidad,
Busco tu mano y descifro la causa
De querer y no creer, final, intimidad.



Traducción de Ángel Campos Pámpano

martes, 21 de enero de 2020

Ada Membreño






A esta hora
una madre
rodeada de alambres
y ángeles grises

No sabe llorar
frente a los hierros
que amarran las manos
de su crío

Ella entiende
que mas valdría
si despues de parir
se descendiera a la profundidad
donde dormitan las cigarras

Pero se acerca y susurra
a su joven oído
diciéndo

No olvides el pájaro
de colores
que has sido
aunque hoy seas poema triste

Diluyéndote tras la reja
del condenado por ser pobre


Adrian Arias Orozco





He dicho adiós tantas veces
y siempre vuelvo a repetir
adiós,
adiós,
adiós,
como si el miedo a quedarme callado
no me trajera a casa.



lunes, 20 de enero de 2020

Jose Maria R. Olizola, s.j.




Ayuno


Se fueron las horas
en perseguir espejismos.
Se gastó la mirada
contemplando apariencias.
Se secó el río interior
en la sequía de tu palabra.
Se estrellaron los sueños
contra amaneceres sin proyecto.
Se apagó el hambre
con manjares que no saciaban.
Se emborrachó el alma
apurando mentiras.
Y paso a paso
extraviamos el paso.
Solo ayunar
de tanta quimera
podía devolvernos
al camino contigo.

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DIMCHO DEBELYANOV

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Plovdiv


¡Qué miserables fueron mis días de infancia!
¡Oh cuántas lágrimas sofocadas derramé!
Aquí primero la oscuridad envolvió mi mirada,
una tormenta implacable estalló sobre mi cabeza.
Aquí primero escuché la voz gritar: detener
su esperanza y esfuerzo - está prohibido,
el fruto del amor, en una bóveda malvada
tus sueños estarán en prisión perpetua.
Y hoy recorro el triste conjunto de esta ciudad,
El único hogar de mi dolor sin hogar.
Camino por la comodidad de mi alma sin alegría
como si estuviera abandonado en una gran pérdida,
con esos pensamientos negros que me agobian
que quiero borrar todos mis recuerdos.