No me gusta sentir mis manos vacías. Me agrada acariciarlas delicadas, llenas de amor. No me gusta la gente que no transporte en su miradas copitos llenos de imán. Necesito, me agrada, la atracción mutua. Dos gotas de agua si las acercas mucho, se funden. Así, pude crear algunos versos con olor a humanidad. No me gustan los días grises, los azules siempre fueron fieles compañeros en mis viajes a ninguna parte. A tientas, las metáforas me salvan del precipicio de tus labios.
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