lunes, 26 de diciembre de 2016

Pedro Salinas






A la noche se empiezan
a encender las preguntas.

Las hay distantes, quietas,
inmensas, como astros:
... preguntan desde allí
siempre
lo mismo:
cómo eres ?

Otras,
fugaces y menudas,
querrían saber cosas
leves de ti y exactas:
medida de tus zapatos,
nombre de la esquina del mundo
dónde me esperarías.

Tú no las puedes ver,
pero tienes el sueño
cercado todo él
por interrogaciones
mías.
Y acaso alguna vez
tú, soñando, dirás
que sí, que no, respuestas
de azar y de milagro
a preguntas que ignoras,
que no ves, que no sabes.
Porque no sabes nada...

y cuando te despiertas,
ellas se esconden, ya
invisibles, se apagan.

Y seguirás viviendo
alegre, sin saber
que en media vida tuya
estás siempre cercada
de ánsias, de afán, de anhelos,
sin cesar preguntándote
eso que tú no ves
ni puedes contestar.

No hay comentarios:

Publicar un comentario