jueves, 23 de febrero de 2017

Luisa López Gómez




¿Qué hacer con el verdugo?
Mientras exista el animal,
no concluirá la rabia.

No se detendrán los golpes
ni los valles de lágrimas
sobre ataúdes de color indigno.

¿Cuándo cicatrizarán las heridas
por la sangre derramada?

Soluciones, necesitamos soluciones
para este infierno que nos rodea a diario.

Anular los kilos de miedo sembrados por las esquinas
con hedor a muerte.

Abolir la impotencia de la plebe ante Mujeres sin voz
(ante cualquier ser humano) desamparado de justicia.

Encerrar a la alimaña en la mazmorra del suicidio,
antes de que apriete el gatillo de su locura.

© Luisa LG




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