sábado, 18 de marzo de 2017

Angel González






Entonces
    Entonces,
    En los atardeceres de verano,
    El viento
    Traía desde el campo hasta mi calle
    Un inestable olor a establo
    Y a hierba susurrante como un río
    Que entraba con su canto y con su aroma
    En las riberas pálidas del sueño.

    Ecos remotos,
    Sones desprendidos
    De aquel rumor,
    Hilos de una esperanza
    Poco a poco deshecha,
    Se apagan dulcemente en la distancia:
    Ya ayer va susurrante como un río
    Llevando lo soñado aguas abajo,
    Hacia la blanca orilla del olvido. 


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