viernes, 24 de marzo de 2017

Mayte Salguero




No hay mayor orgullo
que mi nombre entre tus labios,
el poema al pronunciarlo,
mi sangre en tu susurro.
Nazco a la vida del tuyo,
tan latente y fuerte
amándote hasta la muerte
más allá de todo punto.

No hay mayor poema
que el suspiro y su anchura,
sea sol, o sea lluvia,
en la cavidad de las venas.
Sentir como serpentea
toda la vida de a dos
que nos ha dado el amor
y a ambos nos regenta.

No hay mayor sentir
que existirte alma adentro,
congeniar con el cielo
donde te sabes feliz,
serte y volverte a venir
aquí, donde nos llegamos,
donde tropieza el te amo
y nos vuelve a reunir.



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