Y cuando venga la aurora llena de goce,
se fundan en una sola tu alma y la mía.
se fundan en una sola tu alma y la mía.
(Willie Colón)
Para Ana Cristina
Ser como un diente montado en otro
y que el odontólogo diga: “esto es amor”.
Ser como los piojos en una cabeza de jardín de infantes
y que la parvularia diga: “esto es amor”.
Ser como el sudor en la masa de harina, levadura y agua
y que el panadero diga: “esto es amor”.
Ser como el cansancio en el futbolista que entró al final
y que el preparador físico diga: “esto es amor”.
Ser como el orine que baja desde un poste hasta la acera, dibujando ciudades repletas de urinarios
y que el borracho diga: “esto es amor”.
Ser como un grano en la nariz de una quinceañera antes de la fiesta
y que el odontólogo diga: “esto es amor”.
Ser como los piojos en una cabeza de jardín de infantes
y que la parvularia diga: “esto es amor”.
Ser como el sudor en la masa de harina, levadura y agua
y que el panadero diga: “esto es amor”.
Ser como el cansancio en el futbolista que entró al final
y que el preparador físico diga: “esto es amor”.
Ser como el orine que baja desde un poste hasta la acera, dibujando ciudades repletas de urinarios
y que el borracho diga: “esto es amor”.
Ser como un grano en la nariz de una quinceañera antes de la fiesta
y que el espejo diga: “esto es amor”.
Ser como agua hirviendo cayendo desde un balcón
a dos perros apareándose
a dos perros apareándose
y desde otro alguien diga: “eso fue amor”.
O ser apenas
como el rayito de luz inexorable
metiéndose todos los días
en la ropa
recién tendida.
como el rayito de luz inexorable
metiéndose todos los días
en la ropa
recién tendida.
No hay comentarios:
Publicar un comentario