martes, 27 de febrero de 2018

Ana García Briones. Copyright ©



Ayer soñé contigo
y tu sonrisa era amplia
como las alas de un pájaro.
Tú creías que la vida
era otra cosa ,
pero una nace a veces así, torpe
y todo cuanto toca
se va convirtiendo en cenizas.
A veces, es tarde para rectificar toda una vida
y no acostumbrarse a envejecer
detrás de los cristales.
Yo te dije que apenas ayer mismo,
eras una muchacha
con calcetines blancos
y hoy , te miras al espejo
encogida de hombros,
avanzando insegura entre las sombras.
Levanta tu mirada
y respira toda el agua del cielo,
recuerda siempre la primavera en las calles
el perfume de los besos , a cada paso.
No te quedes desnuda como el desierto,
dame tu voz
que es mi propia voz,
el canto de un ave aturdida, cruzando el aire
consumida de sueños y tristeza.


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