Imagina la vida como una esquina de besos o un ramillete de margaritas que anuncian una primavera con ventanales al sol. Imagina la vida como un tacto delicado, una lluvia de poemas, una eternidad perfumada o un abrazo que te recuerde que existes. No permitas que la vida sea como un invierno crudo, donde los ojos se pierden ausentes en el vaho de los cristales, intenta colorear las ilusiones en un andén con destino a la ternura. Violines sin música.
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