miércoles, 1 de agosto de 2018

Gema Estudillo




esta gravedad del ser
con esta caída y este abismo que no entiendo,
sus infinitos límites recoletos y enrevesados,
el sueño en el que te extiendes
sin prisas y eternamente
en aquella habitación de paredes ficticias,
el ancho e ilimitado espacio del tiempo en el que navegas
sin un antes ni un después,
el tramo de mi vida en el que tú habitabas,
el fuelle de tu pecho detenido para siempre,
armazón desechado ya el cuerpo,
la mano helada e inerte que un día amortiguó mis pasos
yo lo vi, no fue un sueño,
sé que estabas.




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