sábado, 28 de julio de 2018

Maga Gabilu




Carla.
Carla nació temprano.
Carla asomó a la vida con siete meses. Tenía la fuerza de un león y el cuerpo de una sirena.
Sus ojos vieron la luz, y se reflejaron en él.
Carla fue amada y abandonada, pero fue amada con la pasión de quién defiende a su cría poniendo el cuerpo, el pecho a las balas.
Su D.N.I. dice mujer, con apenas unos días.
Su D.N.I. siempre dirá mujer.
Carla tiene la genitalidad de una dulce flor, posee la piel blanca y suave.
Carla mira la vida igual, pero diferente al resto.
A ella jamás le faltó nada, fue la mujer de la casa.
Sus cabellos negros tienen aroma a vida nueva, a menta, a mar, y a sal mucha sal.
Él la peina con la ternura desbordada de sus manos, sus ojos se pierden contemplando su belleza.
Carla aprende piano, danzas, desde muy pequeña. Es una campeonajugando fútbol, ella puede con todo.
Carla juega juegos raros. Se dibuja bigotes y es muy mujer.
Carla acuna a sus muñecas, les da de comer.
Ella ama a su padre, entiende de abandonos.
En la simpleza de un ser de cinco años, Carla se pinta un bigote evocando el ser idolatrado.
Carla crece.
Carla abraza la vida.
Carla tiene la fuerza de un león y el cuerpo de una sirena.
Ella es mujer, muy mujer... Tan mujer que honra a su padre pintandose un bigote.
Carla tiene su sexualidad bien definida, y su genitalidad como una rosa esperando ser descubierta.
Nadie le ha de hablar a Carla del significado de ser mujer. Carla sabe que tener un vientre y las mamas cargadas en leche nueva no te hacen mujer.
Carla dignifica a su padre, se pinta un bigote mientras en su regazo crece un retoño.
Ella si sabe ser mujer, lo aprendió de papá.



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1 comentario:

  1. Gracias AZULDEMAR por compartir estas letras nacidas del alma.
    Maga.

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