miércoles, 27 de febrero de 2019

Begoña Abad







Tal vez mi madre me hubiera preferido enfermera,
tal vez mi padre me soñó empresaria,
quizás debía de haber sido geisha para él,
es posible que mis hijos me soñaran madre, sólo madre.
Pero todas las vértebras de mi cuerpo
han sido descoyuntadas en alguna ocasión
sin que yo pudiera evitarlo.
Ser poeta no es práctico para vivir.




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