miércoles, 10 de marzo de 2021

Ana Rodríguez Callealta



TRES PUNTOS SUSPENSIVOS PARA UN CRUCIGRAMA


Ya no existe aquel parque
donde tantas veces me dejé las rodillas.
No he cerrado la puerta,
ni las ventanas,
ni he colmado con un grito
el vaso de agua medio vacío
(o medio lleno,
nunca supe distinguirlo),
no tuve prisa,
no quise ir a aquel entierro,
ni firmar mi futuro,
ni beberme de un trago el tequila.
Yo no le preparé la cena al dolor,
no puse velas en nuestras noches,
no quise hacerme preguntas,
no intenté responder.
Yo no quise tener miedo,
ni sentirme pequeña.
Yo soy pequeña,
han sido los años.

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