jueves, 3 de febrero de 2022

Antonio Gala

 




Te tomaré la mano.

Te mostraré mi fracasada geografía.
Aquí solía estar mi pensamiento;
aquí, mi corazón —te diré—,
que tanto se ha excedido.
Esta era mi cintura,
que supo el nombre de las constelaciones.
Y este, mi anhelo,
que esperaba y que desesperaba.

Desde el Sur te lo digo.
Desde el Sur mismo que echo en falta hoy.
Vuelve si puedes: aquí está la verdad
siempre que tú la traigas con tus alas.
Como en mi fracasada geografía,
batida por un aire adolescente
y un sol despótico y una indecisa agua
y una vaga promesa de fortuna…

Aquí solía estar mi pensamiento.
Y aquí, mi corazón.
Búscalos tú. Deséalos con los tuyos,
y acaso los encuentres.
Si es así, aduéñate de ellos: no lo dudes…
Estas laderas fueron
satinadas, recientes, terrenales…
Estas zonas sombreadas
ardían… Estas luces, que apenas brillan,
regían la llegada de las proas,
e inolvidable música vertía su latido…

Ya todo se ha olvidado;
pero búscalo. Deséalo, renuévalo,
invéntalo de nuevo…
Porque casi es de noche.
Desde el Sur te lo digo.
Ese Sur que tampoco existe ya…

Recuérdalo, ángel:
el Sur y yo solo en ti pervivimos.
Tú eres el responsable de nosotros.

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