sábado, 17 de diciembre de 2016

Inés Mª Díaz Rengel




TUS OJOS

Si pudiera adivinar
lo que enmascaran tus ojos,
o esconderme en un rincón
de tus pupilas, lo haría.
Tus ojos ya no son mi refugio,
ni mi piel tu apoyo,
las noches son menos oscuras
y las costumbres se van diluyendo.
No puedo seguir así
cuando sé que aunque
tus ojos me miran, no me ven.
Qué puedo hacer
si los recuerdos que guardas
no son los míos,
si nunca estuviste donde estuve yo,
si te sentía ausente cuando estabas junto a mí,
si la película que rodaste de tu vida
fue con otros personajes.
Yo no tuve un papel en esos fotogramas,
mi papel y el tuyo han ido paralelos,
nunca se fusionaron.
Es por eso que aunque siempre quise
anidar en tu retina,
lloré tanto que el iris de mis ojos
ya no luce como lucían antes,
supe que nunca me tendrías
en un rincón de tus pupilas y logré
sacarte de las mías.
Y aunque lo que vivimos sigue suspendido
en el aire que respiro,
no quiero que tu compañía sea mi patrimonio,
ya que nunca fui
la niña de tus ojos.



                 
    

No hay comentarios:

Publicar un comentario