martes, 4 de abril de 2017

María Coronado




¿HAS HABLADO HOY CON DIOS?


“Quizás cuando nos encontramos deseando todo, es porque estamos peligrosamente cerca de no desear nada.” A Sylvia Plath, mujer y poetisa.


Febrero tiembla entre hojas mojadas y días tempestuosos.
Ella siente que la ausencia repta por su ombligo,
lamiendo los últimos vestigios de su soledad.
Se lamenta.
Sí. Sin embargo, la rabia ya no muerde sus entrañas
y las cicatrices que amamantaban el dolor,
ahora se columpian en el aire como las cenizas que nublan el horizonte.
Entra en la cocina, su mundo de esperanza.
Respira.
El horno aviva sus rojas paredes… Sabe que es una invitación.
Entorna los párpados.
El recuerdo le devuelve al padre muerto,
aquel que mortificó su niñez y ahondó su condena.
Una lágrima perfora la baldosa de color azul.
Suspira.
Abre la puerta a la libertad…
Se arrodilla.
Ya no soy perfecta…
Inhala.
La campana de cristal ha estallado en su cerebro
y los versos y las palabras que ayer le emocionaban,
hoy se ennegrecen en su gasificada mente.
Hace años que renunció a hablar con Dios.



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