sábado, 9 de febrero de 2019

Isabel Rezmo






Scio



Sé quién llama a mi puerta.
Hay un rugido enorme.
Hay murmullos que juegan
a doblar la apuesta.

Sé quién decide mutilar la frente.
En la calle me esperan.
En la noche me hablan.
Montan guardia en las esquinas,

reducen el olor al tímido roce
capturado en la noche.
Convierten el hielo en una
fuente partida.

Mis pupilas predicen el movimiento
de una flor muriendo en el minuto.

Sé quién entorpece mi lengua.
Mutila mi frente.
Reducen el olor al tímido roce,
que un día se exilió extendiendo
la mano hacia la tierra.





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