jueves, 31 de enero de 2019

Alicia Millán


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la nieve me cae encima
se deshace, no se posa
-no puedo ser un tejado-
será porque él me dijo
tienes el cuerpo blanco
y caliente




A.M. "poemas sin lugar"


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Faustino Lobato Delgado



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TRANSEUNTES


Nos volvimos a besar, y la caricia destapó,
libre de amarres, los demonios de la pasión.
Un rito peligroso, sin igual.

Todo se volvió nada, feliz vacío,
en esa danza, limpia, vertiginosa
de los cuerpos, pendientes de la sombra.

Los ruidos, fecundaron otros ruidos
en ese torbellino, límpido, de caricias
donde la piel, perfecta, se hizo agua
y las manos ciegos transeúntes
agarrados al alma.



miércoles, 30 de enero de 2019

Pablo Mora


Regreso

Hoy entreabrí la puerta de la infancia

con la nostalgia vuelta hacia la cuna

y no encontré ni un rastro de la luna

que ayer nomás iluminó mi estancia.

Hoy me inundó la mar de la distancia

al evocar mi vegetal laguna

y en la vieja resaca una por una

fue anclando sus pisadas mi inconstancia.
Hoy me perdí en las ruinas de mi ayer

en busca de un alero, de un cimiento,

de un mango, un cafetal o mi nacer

y al verme en los umbrales de mi aliento

honda desolación cruzó mi ser:

oí que sollozaba mi lamento.

De Almácigo 2 (1980)
Foto de Lola Martínez Sobreviela

Antonio Gala





Ella


Bebió en tu boca el tiempo enamorado
y la cuajó con besos de paloma.
Casto tu cuello, sobre el oro asoma
tan sólo por el oro acariciado.
Lunado el pelo, el corazón lunado,
rubor apenas por el aire aroma.
Amapola ritual tu torso toma
y te aparta del mar verde azulado.
Tu mirada de miel, marisma ardiente,
la luz antigua con las luces nuevas
-recién despierta y ya cansada- alía.

Te duele la victoria, y dócilmente
a cuestas tu destino de amor llevas,
delicada y sangrienta vida mía.    


martes, 29 de enero de 2019

María Carvajal




BRÚJULA

Al sur de mí están mis pies para volver siempre
porque en el retorno hay refugio, amor y vino.
En el centro de mí está mi sexo para darme, para darte,
[para darnos
porque es mi regalo más personal.
Al norte de mí están mis ojos para mirar al este y al oeste
porque así me aseguro de que caminas conmigo
y de que al lado de mi sur está tu sur.

Javier Sánchez Durán




MOLINO DE LA VEGA, CALLE TRIGUEROS, AÑOS 60



Aquellas interminables tardes de verano,
gozosas tardes de pan con aceite
que con los años se tornaron
en tardes de vino y hermosos geranios
en un luminoso patio
donde se cocía cotidianamente la vida
y el tiempo tórrido lo secaba todo.
Allí vivimos la sal y el salitre de la marisma próxima,
carreras y saltos al vacío del tiempo,
la búsqueda del tesoro de los besos robados
en la frontera informe de aquel barrio nuestro
con las cuadriláteras salinas del misterio oscuro
donde soñábamos libar una piel nueva
que llevara el gusto a la miel y a la albahaca de nuestros patios.
Eran tardes largas de estío
que se estiraban hasta la madrugada
en las que componíamos la vida
con pequeñas notas en la sinfonía triste del tiempo.
Nos bebíamos la mar toda de un solo trago
hambrientos de olas y de espuma
y reíamos porque estábamos vivos sin saberlo del todo
y la vida era tanta que nos salía por los ojos
y por la boca inmensa
con la astucia de un gato callejero
que a nadie pertenece y pertenece a todos.



"Versos de un viajero confuso" ED- NIEBLA



lunes, 28 de enero de 2019

José Emilio Pacheco













Indeseable

No me deja pasar el guardia.
He traspasado el límite de edad.
Provengo de un país que ya no existe.
Mis papeles no están en orden.
Me falta un sello.
Necesito otra firma.
No hablo el idioma.
No tengo cuenta en el banco.
Reprobé el examen de admisión.
Cancelaron mi puesto en la gran fábrica.
Me desemplearon hoy y para siempre.
Carezco por completo de influencias.
Llevo aquí en este mundo largo tiempo.
Y nuestros amos dicen que ya es hora
de callarme y hundirme en la basura.

Manuela Lozano Pérez.




EL AMOR, COSA EXTRAÑA.


!! Ay el amor!! Cosa extraña…
Ese juego travieso y peligroso, que te da vida y te mata.
Que sacude y enmaraña los sentidos
donde a veces se gana y otras se pierde,
donde la eternidad laurea el final de la partida.
Amando aprendí:
A malgastar besos en los cruces de caminos
a cambiar promesas por documentos burocráticos
a recoger golpes detrás de las sonrisas,
a guardar lagrimas entre cubitos de hielo
a llenar pucheros con escusa
a dormir al raso por dos euros la hora,
a matar fantasmas escenificando cuentos
a creer en milagros para no perder las ganas
a vender quimeras para respirar,
a caminar por el desierto con zapatos de tacón
a cruzar el mar con la casa a cuestas
a multiplicar por diez las horas del reloj,
A esconder mí nombre bajo las sabanas
a gritar la noche en dos metros cuadrados de cielo
 a lucubrar historias de una muerte anunciada,
a remendar mi cuerpo con caricias prestadas
a prender la hoguera que no me dio calor
 a construir castillos en el aire…
Pese a todo, quiero creer que conocí el amor,
que por momentos lo tuve entre mis manos,
 en mi tacto, en la yema de sus dedos,
en mis ojos, en su mirada y mi llanto,
en mi boca, en su lengua y mis sabores,
en mi oído, en el compás de sus palmas,
en mi nariz, en la esencia de su pelo,
en mi corazón, en el palpito de su pecho,
en mis entrañas, en el rocío de su vientre
en mis piernas, su espalda, mi nuca, su frente…
En mi yo entera.
Quiero creer que conocí el amor hasta la locura…
Más si ese amor no fue cierto
¿De qué sirvió que perdiese la partida?



domingo, 27 de enero de 2019

Adolfo López









AMBOS

Que nadie dude de nuestros besos,
de nuestras risas irreverentes,
de nuestro norte dirigido hacia ninguna parte.
De mi amor por ti.
De tus manos.


Foto: Marit Beer



Cristina Liso





CORRIENDO BAJO LA LUNA


el sonido
de la respiración,
el ritmo de unas zapatillas
sobre el asfalto.
Lo demás es silencio.

Luna llena
que haces correr mi sombra
por campos solitarios .
Dime luna ¿Quién te sostiene?
¿Quién te mantiene entre aire y ausencias?

Noche de Luna
y oscuridad tranquila
como si ya la vida fuera eterna.





viernes, 25 de enero de 2019

Victor Manuel Guzmán Villena






Coloreando las sombras

Quiero pintar con los lápices del arco iris



mi felicidad de los recuerdos


en descubrir tu tierra prometida


que me condujo a conocerte


seducirte y amarte.


Desde tu pasión y acción dirigías


la ceremonia del deseo carnal


en el paraíso tangible de los pensamientos y la piel


donde el amarte es la mayor complacencia


y la muerte la mayor abstinencia.

Claribel Alegría







Instantes

Sólo éste ahora es mío
este momento
el pasado escapó
y no vislumbro el rostro
del futuro. 




jueves, 24 de enero de 2019

Ana García Briones







Te invito
a cruzar conmigo
el puente hacia los sueños.
Allí,
sumergidos en las flores,
cruzaremos las nubes
tumbados en el aire.
Daremos brazadas
de libertad
en los pasillos
de los placeres,
en las respiraciones intensas
entre copas de vino
enamorado.


Del libro: Partos de luz.

Fernando Sabido Sánchez,






Fragilidad


No debo permanecer un día más en la fragilidad
y ni siquiera recuerdo de qué huía


cuando acepté implicarme en este desorden
o sentarme a tomar el sol con los ancianos

una mujer me cerró la puerta de su casa
sin querer escucharme
y me siento capaz de recomponer en otro lugar
las piezas desgastadas del rompecabezas



Cristina Peri Rossi,





Erótica



Tu placer es lento y duro
viene de lejos
retumba en las entrañas
omo las sordas
sacudidas de un volcán
dormido hace siglos bajo la tierra
y sonámbulo todavía
Como las lentas evoluciones de una esfera
en perpetuo e imperceptible movimiento
Ruge al despertar
despide espuma
arranca a los animales de sus cuevas
arrastra un lodo antiguo
y sacude las raíces
Tu placer
lentamente asciende
envuelto en el vaho del magma primigenio
y hay plumas de pájaros rotos en tu pelo
y muge la garganta de un terrón
extraído del fondo
como una piedra.
Tu placer, animal escaso.

miércoles, 23 de enero de 2019

Pablo Mora









Para qué la poesía
Pablo Mora



Para unir lo posible con lo imposible



“La poesía y su fruto, el poema, están indisolublemente unidos a la natural inconformidad humana. Mientras la filosofía requiere principios, argumentación lógica, verdad develada y desocultada; la poesía sugiere y, desde la intuición, une lo posible con lo imposible; lo real y lo irreal; los sueños y la vigilia.
El lenguaje poético se resiste a las normas de cualquier tipo. En su ímpetu deplora el sentido común... Su mayor cualidad reside en ser el centro mismo de la claridad y las aspiraciones del hombre, de su abismo y de sus sueños más altos. El ser de la palabra poética no se acomoda a las cosas que pueblan la superficie... Cuando el poeta necesita nuevos referentes, cuando el lenguaje le parece inadecuado o impropio para decir y decirse, penetra en la búsqueda azarosa de nuevas palabras. Esta búsqueda insaciable de riesgo, de sufrir condena, desde Prometeo, ha impulsado al poeta a su más formidable manifestación: el poema; el poeta se ha liberado. La más esplendorosa autonomía de lo humano reside allí, en la creación. El jamás será esclavo de la palabra. Lengua y lenguaje lo han humanizado. Es por la palabra que el hombre toma conciencia de su libertad. En la comunión con otros la palabra es el vino y por eso los hombres se purifican bebiendo y hablando.


Vivencias, sentimientos no constituyen aisladamente la gestación y culminación del poema. A lo sumo, podríamos reconocer en ellos un átomo germinal de poesía, que de no fundirse con la vida misma no podríamos alcanzar la explosión poética... Cuando la vivencia, la intuición u otra categoría personal se hace LENGUAJE, sólo en ese caso, adviene el POEMA. Nace el poema... El poema dice lo que dice. La poesía no es explicación de las cosas ni ella misma necesita explicación. El misterio del poema se resuelve en su transparencia.” (Ibar Varas).

Luis Cernuda








Quizá mis lentos ojos no verán más el sur
de ligeros paisajes dormidos en el aire,
con cuerpos a la sombra de ramas como flores
o huyendo en un galope de caballos furiosos.

El sur es un desierto que llora mientras canta,
y esa voz no se extingue como pájaro muerto;
hacia el mar encamina sus deseos amargos
abriendo un eco débil que vive lentamente.

En el sur tan distante quiero estar confundido.
La lluvia allí no es más que una rosa entreabierta;
su niebla misma ríe, risa blanca en el viento.
Su oscuridad, su luz son bellezas iguales.


martes, 22 de enero de 2019

Ángela Mallén








Palabra de elefante (Frangmento 1)
(Saint-Germain des Prés)

Llueve y llueve sobre el río, los paraguas, los misterios:
caracoles, flor de hibisco, gotas ácidas, salmones;

ciertos pájaros sin rumbo y sin nido;
una menguada luna de Mercurio y de Uranio;
otra luna creciente que pronto explotará.

Llueve sobre los desnudos, las fachadas, los deseos:
desventura, flor de tilo, estorninos, serafines;
el fuego de Perseidas, la escarcha y el maná.

Llueve y llueve sobre el río, los paraguas, los misterios.

Llueve y llueve sobre el polvo, las palabras, las estrellas.

Vicente Aleixandre



Estancia soleada:
¿Adónde vas, mirada?
A estas paredes blancas,
clausura de esperanza.
Paredes, techo, suelo:
gajo prieto de tiempo.
Cerrado en él, mi cuerpo.
Mi cuerpo, vida, esbelto.
Se le caerán un día
límites. ¡Qué divina
desnudez! Peregrina
luz. ¡Alegría, alegría!
Pero estarán cerrados
los ojos. Derribados
paredones. Al raso,
luceros clausurados.

lunes, 21 de enero de 2019

Almudena Vidorreta Torres



A veces, cuando estoy sola y bostezo,
no me tapo la boca con la mano
en señal de valiente atrevimiento
para que todo el mundo se dé cuenta
de que soy una mujer muy rebelde.
A veces, cuando nadie puede verme,
soy una sinvergüenza sin límites.



(Tintación, Editorial Eclipsados, 2006)

Agustín García Calvo








Libre te quiero


Libre te quiero,
como arroyo que brinca
de peña en peña.
Pero no mía.
Grande te quiero,
como monte preñado
de primavera.
Pero no mía.
Buena te quiero,
como pan que no sabe
su masa buena.
Pero no mía.
Alta te quiero,
como chopo que en el cielo
se despereza.
Pero no mía.
Blanca te quiero,
como flor de azahares
sobre la tierra.
Pero no mía.
Pero no mía
ni de Dios ni de nadie
ni tuya siquiera.

viernes, 18 de enero de 2019

Juan Ramón Jiménez














Soledad

En ti estás todo, mar, y sin embargo,
¡qué sin ti estás, qué solo,
qué lejos, siempre, de ti mismo!
Abierto en mil heridas, cada instante,
cual mi frente,
tus olas van, como mis pensamientos,
y vienen, van y vienen,
besándose, apartándose,
en un eterno conocerse,
mar, y desconocerse.
Eres tú, y no lo sabes,
tu corazón te late y no lo siente...
¡Qué plenitud de soledad, mar sólo!

Laura Villanueva Guerrero ©





Déjame arriba
para dominar
el aire.
Puedes quedarte
con la porción
de tierra-mar
que me pertenece,
yo quiero sentirme
ave,
sobrevolarte
tan desnuda
que en el abrazo
sólo brillen mis anillos.
Te advierto
que voy a ser fugaz
en esta cesión
de mi hambre.
No será fácil
obtener de mí
todas las luces del bosque.



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