lunes, 31 de octubre de 2016
Margaret Atwood
POEMA NOCTURNO
No hay nada que temer,
es sólo el viento
que ahora sopla hacia el este, es sólo
tu padre..........el trueno
tu madre..........la lluvia
En este país de agua
con su luna ocre y húmeda como un champiñón,

sus muñones ahogados y sus pájaros largos
que nadan, donde crece el musgo
por todo el tronco de los árboles
y tu sombra no es tu sombra
sino un reflejo,
tus padres verdaderos desaparecen
al bajar la cortina
y quedamos los otros,
los sumergidos del lago
con nuestras cabezas de
oscuridad
de pie ahora y en silencio junto a tu cama...
Venimos a arroparte
con lana roja,
con nuestras lágrimas y susurros distantes.
Te meces en los brazos de la lluvia,
el arca fría de tu sueño,
mientras aguardamos, tu padre
y madre nocturnos,
con las manos heladas y una linterna muerta,
sabiendo que somos solamente
las sombras vacilantes que proyecta
una vela, en este eco
que oirás veinte años más tarde.
Foto de Annedore schreiber
No hay nada que temer,
es sólo el viento
que ahora sopla hacia el este, es sólo
tu padre..........el trueno
tu madre..........la lluvia
En este país de agua
con su luna ocre y húmeda como un champiñón,

sus muñones ahogados y sus pájaros largos
que nadan, donde crece el musgo
por todo el tronco de los árboles
y tu sombra no es tu sombra
sino un reflejo,
tus padres verdaderos desaparecen
al bajar la cortina
y quedamos los otros,
los sumergidos del lago
con nuestras cabezas de
oscuridad
de pie ahora y en silencio junto a tu cama...
Venimos a arroparte
con lana roja,
con nuestras lágrimas y susurros distantes.
Te meces en los brazos de la lluvia,
el arca fría de tu sueño,
mientras aguardamos, tu padre
y madre nocturnos,
con las manos heladas y una linterna muerta,
sabiendo que somos solamente
las sombras vacilantes que proyecta
una vela, en este eco
que oirás veinte años más tarde.
Foto de Annedore schreiber
José Puerto Cuenca
PAN CON ESTRELLAS
Amor, hace tiempo que quiero proponerte
una dieta de aderezamiento…
Desayunaremos un té marca Buen Día
endulzado con esperanzina
y un bollo de afán integral auténtico
con un buen chorreón de afecto virgen extra.
A media mañana como tentempié
mordisquearemos con fruición
dos manzanas reinetas del árbol de la paciencia.
El almuerzo lo empezaremos con un aperitivo
de perlas verdes sin martirio, cultivadas
en el olivar sabio sin resabio de los abuelos,
ensalada de sentimiento verde y aros de centella
con cariz dulce, humor fresco y desenvidias,
alma de almendras o nueces de parsimonia…
A media tarde una taza de fe alta y rica
endulzada de meloja y melodía
y un trozo de pastel esponjado de ojos claros
espolvoreado de sonrisa cande.
Para cenar probaremos cada noche
una fruta distinta, una pulpa nueva,
una caricia absolvente y desusada,
nos haremos veganos de carne de otros seres,
la tuya y la mía, amor, ya nos alimentan
con creces el ansia animal antigua…
Y de postre, amor, de postre…
Los racimos de besos con uvas que tú quieras…
Amor… ¡Contigo pan con estrellas!
domingo, 30 de octubre de 2016
POETAS DE HUELVA POR LA PAZ
En Moguer se concedió a POETAS DE HUELVA POR LA PAZ en un acto celebrado el 29 de octubre en el Teatro Felipe Godinez, con presencia de un gran número de Poetas, el Premio al mejor proyecto cultural 2016.
Carmen Maroto
Si quieres
me vacío los bolsillos
encuaderno los recuerdos
cuento hasta el infinito
abro las puertas del cielo
busco un Dios que crea en nosotros
salgo sin paraguas
salto a la piscina más seca
cuento las ovejas del insomnio
-si quieres-
contigo.
me vacío los bolsillos
encuaderno los recuerdos
cuento hasta el infinito
abro las puertas del cielo
busco un Dios que crea en nosotros
salgo sin paraguas
salto a la piscina más seca
cuento las ovejas del insomnio
-si quieres-
contigo.
Benita Paredes Rivas
HabitadaMe preguntas como puedo
respirar sin aire,
como puedo caminar sin pies,
como puedo hablar
y replantear lo irreparable
sin voz,
sin boca que magulle argumentos que mastique
los verbos y adverbios.
Si puedo ver sin ojos
y oír los versos que me dicta
ella la otra,
la que siempre me salva y me mata.
Pues habita en mí esa llama,
esa mínima e infinita
que Él me regalo al darme el ser.
Me sobrecoge la manera en que palpita
en mí su corazón.
Como te explico,se perpetua en mí la esencia,
el aroma de esto a lo que llamamos
vida que existe en la no vida.
Y me encuentro acertada y motivada
mutilada y plagiada
hambreada y purificada.
No necesito grandes revelaciones
para creer que Él
es la única razón
que me mantiene en pie,
varada y evolucionada.
Soy esa idea difusa que va tomando forma,
que se acelera fraguando,
siendo en si lo es.
respirar sin aire,
como puedo caminar sin pies,
como puedo hablar
y replantear lo irreparable
sin voz,
sin boca que magulle argumentos que mastique
los verbos y adverbios.
Si puedo ver sin ojos
y oír los versos que me dicta
ella la otra,
la que siempre me salva y me mata.
Pues habita en mí esa llama,
esa mínima e infinita
que Él me regalo al darme el ser.
Me sobrecoge la manera en que palpita
en mí su corazón.
Como te explico,se perpetua en mí la esencia,
el aroma de esto a lo que llamamos
vida que existe en la no vida.
Y me encuentro acertada y motivada
mutilada y plagiada
hambreada y purificada.
No necesito grandes revelaciones
para creer que Él
es la única razón
que me mantiene en pie,
varada y evolucionada.
Soy esa idea difusa que va tomando forma,
que se acelera fraguando,
siendo en si lo es.
sábado, 29 de octubre de 2016
María José Collado
TRAVESÍA DE UN SUEÑO
Asustados ojos escrutan en la niebla
en medio de dos mundos,
el frío y el hambre revolotean siniestros,
Se amontonan los cuerpos como fardos
en el exiguo espacio de la barca,
se eterniza la noche entre tablones,
tiemblan los miembros, tiembla el agua.
Cara o cruz es la apuesta,
la rueda del azar gira despacio,
el destino fija sus eslabones
en la líquida negrura del océano.
Siluetas mojadas, frágiles, vulnerables
se aferran a las rocas hasta alcanzar la playa,
un pequeño ingenio parlante en el bolsillo,
un reguero de huellas salpica las dunas,
un zapato perdido en la ardua carrera,
un cuerpo rendido a la hipotermia.
En las tinieblas son sólo sombras,
el blanco de sus dientes, los amuletos de hueso,
la luz de una linterna reflejada en un rostro
les devuelve la humanidad que les resta la noche.
María José Collado
TRAVESÍA DE UN SUEÑO
Asustados ojos escrutan en la niebla
en medio de dos mundos,
el frío y el hambre revolotean siniestros,
Se amontonan los cuerpos como fardos
en el exiguo espacio de la barca,
se eterniza la noche entre tablones,
tiemblan los miembros, tiembla el agua.
Cara o cruz es la apuesta,
la rueda del azar gira despacio,
el destino fija sus eslabones
en la líquida negrura del océano.
Siluetas mojadas, frágiles, vulnerables
se aferran a las rocas hasta alcanzar la playa,
un pequeño ingenio parlante en el bolsillo,
un reguero de huellas salpica las dunas,
un zapato perdido en la ardua carrera,
un cuerpo rendido a la hipotermia.
En las tinieblas son sólo sombras,
el blanco de sus dientes, los amuletos de hueso,
la luz de una linterna reflejada en un rostro
les devuelve la humanidad que les resta la noche.
Aurelio González Ovies
Ganar, abrir, cerrar,
perder. Hoy el encuentro
feliz. Mañana la despedida.
Todo es lo mismo
y contrario. Como la luna
y el día. Todo de luz y de
sombra. Como una noche
muy llena y una casa
tan vacía.
Tomo un sorbo. Reconozco la fe.
Amargamente sonrío:
dulce veneno, la vida.
Wisława Szymborska
FIN Y PRINCIPIO
Después de cada guerra
alguien tiene que limpiar.
No se van a ordenar solas las cosas,
digo yo.
Alguien debe echar los escombros
a la cuneta
para que puedan pasar
los carros llenos de cadáveres.
Alguien debe meterse
entre el barro, las cenizas,
los muelles de los sofás,
las astillas de cristal
y los trapos sangrientos.
Alguien tiene que arrastrar una viga
para apuntalar un muro,
alguien poner un vidrio en la ventana
y la puerta en sus goznes.
Eso de fotogénico tiene poco
y requiere años.
Todas las cámaras se han ido ya
a otra guerra.
A reconstruir puentes
y estaciones de nuevo.
Las mangas quedarán hechas jirones
de tanto arremangarse.
Alguien con la escoba en las manos
recordará todavía cómo fue.
Alguien escuchará
asintiendo con la cabeza en su sitio.
Pero a su alrededor
empezará a haber algunos
a quienes les aburra.
Todavía habrá quien a veces
encuentre entre hierbajos
argumentos mordidos por la herrumbre,
y los lleve al montón de la basura.
Aquellos que sabían
de qué iba aquí la cosa
tendrán que dejar su lugar
a los que saben poco.
Y menos que poco.
E incluso prácticamente nada.
En la hierba que cubra
causas y consecuencias
seguro que habrá alguien tumbado,
con una espiga entre los dientes,
mirando las nubes.
Fotografía de Rodney Smith, Connecticut, 2004
a la cuneta
para que puedan pasar
los carros llenos de cadáveres.
Alguien debe meterse
entre el barro, las cenizas,
los muelles de los sofás,
las astillas de cristal
y los trapos sangrientos.
Alguien tiene que arrastrar una viga
para apuntalar un muro,
alguien poner un vidrio en la ventana
y la puerta en sus goznes.
Eso de fotogénico tiene poco
y requiere años.
Todas las cámaras se han ido ya
a otra guerra.
A reconstruir puentes
y estaciones de nuevo.
Las mangas quedarán hechas jirones
de tanto arremangarse.
Alguien con la escoba en las manos
recordará todavía cómo fue.
Alguien escuchará
asintiendo con la cabeza en su sitio.
Pero a su alrededor
empezará a haber algunos
a quienes les aburra.
Todavía habrá quien a veces
encuentre entre hierbajos
argumentos mordidos por la herrumbre,
y los lleve al montón de la basura.
Aquellos que sabían
de qué iba aquí la cosa
tendrán que dejar su lugar
a los que saben poco.
Y menos que poco.
E incluso prácticamente nada.
En la hierba que cubra
causas y consecuencias
seguro que habrá alguien tumbado,
con una espiga entre los dientes,
mirando las nubes.
Fotografía de Rodney Smith, Connecticut, 2004
Blanca Zanel
TUS OJOS.
En mañana hermosa muy radiante
unos ojos bellos con amor me miran
fueron deslumbrantes
que embrujaron mi alma, con su luz divina.
Luceros brillantes que de pasión me llenan
inspirándome a formar versos que cautivan,
llenando mis pupilas de un cielo con estrellas
en esas lindas noches que de amor me entrega.
Presa estoy con el brillo de sus ojos
que temor tengo de perder su vista
de borrarme del reflejo de su encanto
y perderme en la nada como la brisa.
Son llamas de fuego cuando los miro
que temblando pone a mi cuerpo
me hace suspirar y me trasporta
hacia un hermoso cuento.
Ruego al destino porque no se apague
el dulce brillo de su mirar
que sea mi deleite en esta vida
para que vivan mis letras en la eternidad.
Isabel Rezmo
HAGAMOS UNA IMPRUDENCIA
Hagamos una imprudencia
que grite entre los gemidos.
Un teorema entre los asaltos.
Hagamos transcurrir el Éxodo
en los telegramas.
En los raíles de la marea.
Hagamos la química
de nuestro nombre
con sabor a naftalina,
la imprudencia
de convertir el poeta
en el réquiem sostenido
bajo tu lecho.
Hacer de prudentes en la locura
de rociar tu contoneo
bajo la piel de las venas.
Comete perjuro conmigo, no dejes
el ansia acampar a sus anchas,
en el maquiavélico plan
de contaminar las sobras,
y reducirlas a posibilidades remotas.
viernes, 28 de octubre de 2016
Ana García Briones
Anida en mi ser
una semilla profunda
como de agua,
una brisa suave
un sol
un aleteo de pájaros.
Anida en mi ser
la melancolía,
una invasión de sueños
un viento cálido ,
un jardín silencioso
una farola,
una burbuja de espuma
un embarazo .
Anida en mi ser
el dolor del silencio
una ausencia
una lluvia
una simple mirada.
una sonrisa suave
un tacto infinito
una primavera húmeda
en las orillas del alma

Ángel Poli Carbajosa,
ALMA DE AGUA
Me embestirás tú,
roca lanzada fuerte, con despecho,
y pasaré escindida por el tramo
que te hace. A tu espalda,
proseguiré el camino en que quisisteser obstáculo. Luego
ensoñarás que vences.
Vovlerás a intentarlo, y volverás
a ver cómo te eludo sin torcermedel norte que me imanta.
Con el paso del tiempo,
y el cúmulo de tantas embestidas,
notarás que aligeras,
que tu peso es ya otro.
Que mi flujo rebaña, cada vez que lo enfrentas,
un pedazo de ti.
Que erosiono o fecundo según toques mi agua.
De "Hemisferios"
jueves, 27 de octubre de 2016
Juan Leyva
Llévame al país de tu piel,
quiero dejar este lugar habitado por sombras
donde en sacrificios a fuertes dioses
arden los inocentes.
Allí caminaré por tu carne,
comeré hasta reponer fuerzas,
beberé en tu boca
todas tus palabras en todas tus lenguas.
Tomar quiero tus provincias y regiones
alabar su clima y probar sus frutos.
Llévame al mar de tu sangre
donde pueda allí limpiar mis miedos.
Quiero desertar de esta triste guerra
donde me obligan a odiar y despreciar
a mis hermanos, hermanos sin padres,
en el destino de ser prisioneros.
Renuncio al fracaso de una victoria injusta,
al dolor de la pérdida innecesaria.
Guardar quiero para ti mis himnos
que claman por la memoria de los olvidados.
Llévame al país de tu piel
prometo acatar tu constitución y besar tu sexo,
desde allí quiero contemplar el mundo,
allí quiero ser enterrado.
quiero dejar este lugar habitado por sombras
donde en sacrificios a fuertes dioses
arden los inocentes.
Allí caminaré por tu carne,
comeré hasta reponer fuerzas,
beberé en tu boca
todas tus palabras en todas tus lenguas.
Tomar quiero tus provincias y regiones
alabar su clima y probar sus frutos.
Llévame al mar de tu sangre
donde pueda allí limpiar mis miedos.
Quiero desertar de esta triste guerra
donde me obligan a odiar y despreciar
a mis hermanos, hermanos sin padres,
en el destino de ser prisioneros.
Renuncio al fracaso de una victoria injusta,
al dolor de la pérdida innecesaria.
Guardar quiero para ti mis himnos
que claman por la memoria de los olvidados.
Llévame al país de tu piel
prometo acatar tu constitución y besar tu sexo,
desde allí quiero contemplar el mundo,
allí quiero ser enterrado.
Inés Mª Díaz Rengel
¿Será…?
¿Qué fue lo que me hizo mirar a las estrellas?
¿Quizás una brisa en mi piel
después de un calor excesivo ?
Me condujeron a noches en cine de verano,
a terrazas en un pueblo de Castilla
testigo de nuestro esparcimiento.
Jirones del pasado
guardados en la memoria
como un relicario,
y a golpes de viento
vuelven esos recuerdos.
¿Será la soledad que me transporta
a momentos imborrables?
¿Quizás el deseo de restar a la vida
un triste instante?
¿Voy llegando a mis últimos peldaños?
Esta soledad que necesito,
pero hoy me rebosa,
cesará mañana lunes
cuando lleguen mis nietos y pregunten:
Abuela, ¿a qué jugamos?
o encienda el ordenador,
y termine de escribir este poema.
Bendita soledad cuando acompaña.
miércoles, 26 de octubre de 2016
Pablo Mora
Para qué la poesía
Pablo Mora
Para sentir junto con los otros
La tarea del poeta consiste en una investigación continua desarrollada en dos planos: el del conocimiento lo más completo de cada aspecto de la realidad, en confrontación con la sensibilidad del poeta mismo y su weltanshauung o modo de interpretarla y de transformarla, y el de la expresión o creación propiamente dicha, la que antes no existía: la poesía per se, la novedad, la invención. Nace, así, el evento poético, que indaga sobre la vida, sus fases, sus afectos, problemas, relaciones, todo lo que envuelve y mancomuna a los hombres en el gran misterio de la vida: la solidaridad, la amistad y la igualdad humanas.
"Es muy difícil dar una opinión sobre el provecho de la poesía individualmente: depende de factores particulares del poeta. Puede ser la concreción de una necesidad esencial, una manera de ver y mostrar el mundo, una manera de sentir junto con los otros... Socialmente, significa incluir a los lectores y entonces tiene que ver con lo que el poema transmite, convoca. Existe, como casi todos conocemos, aquella clásica controversia sobre 'el arte por el arte o el arte para la sociedad'. Actualmente se considera ingenua la ideología que afirma que la poesía (la literatura) es un arma y puede cambiar la sociedad. El tiempo ha demostrado que la literatura no evita el hambre, la injusticia o la corrupción. Tampoco cabe cuestionar al arte -la literatura, en este caso -porque tenga como fin su propia poética, su intención estética específica (lo que se ha llamado 'torre de cristal'); el verdadero artista muestra siempre un mundo diferente y la literatura cumplirá su destino, cualquiera sea el camino con el que el artista la instrumente. La cultura, el arte, han nacido de una necesidad humana y cualquiera sea la interpretación de esa necesidad (psicológica, estética o espiritual), allí donde hay arte, hay un testimonio del espíritu humano, una prueba de la esencia creadora del hombre." (Graciela D. Bracaccini).
Almudena Guzmán
Entonces el beso conocía el norte y el sur...
Entonces el beso conocía el norte y el sur,
el este y el oeste de toda cartografía
como si antes de labio en medio de la lluvia
hubiera sido rosa de los vientos
o brújula del corsario de los siete mares.
Nada estaba preparado
-dormían las leyendas su sueño abisal-
y sin embargo no cabía margen alguno de error:
cada noche atracaba en su alborada,
cada zozobra en su bahía,
cada deseo en su rompeolas.
Así era el amor,
volver a casa
con la red llena de certidumbres
nunca un naufragio en alta muerte
silenciosa
como ahora.
martes, 25 de octubre de 2016
Janine Pommy Vega
POEMA CONTRA RECITALES INTERMINABLES MASIVOS DE POESÍA
Oh la tiranía de los poetas reunidos
que asedian oídos y los músculos del hombro
la cuchilla cruje en mi mandíbula y
la cabeza palpita.
Una pesada y turbia tortuosidad
nos arrea
y nos machaca con ello-
¡Oh los finos brazos alargados y los oídos bombardeados!
Tardo horas y horas en relajarme
/ manos firmes se crispan sobre el mantel
y bebo como no lo haría de otro modo
/ perturbada y pálida
Oh pagad vuestras deudas ante vosotros mismos
[tratadme
con prepotencia,
Poetas!
en silencio / los ángeles respiran.
![]() |
Gerlovina Gerlovin (Calendar) ©1989 |
san francisco / primavera del '67
Manuel Moya,
SALARIO
A cada hombre su luna y su salario,
su tanto de sal, su pobre mano
abrasada y hueca. Yo fui
con esos hombres y como uno de ellos
he vuelto a casa con la luna en los ojos.
Como cualquiera de ellos
he visto sucederse la lluvia en los plantíos
y el sol en los últimos jaguarzos de la tarde,
cuando es la luna todavía un ojo helado.

Cada hombre tiene su luna y su prodigio,
su tormenta y su hora de estar viendo llover
impasible a la lluvia. Yo vi a los hombres,
a muchos de esos hombres llegar ante mi puerta,
llamarme por mi nombre y pues he sido
uno de esos hombres, y con ellos
dormido en el barbecho
y grabado en este tronco mi memoria
y su sazón, me vuelvo ahora,
aterido y débil en pos de mi salario.
A cada hombre su luna y su salario,
su tanto de sal, su pobre mano
abrasada y hueca. Yo fui
con esos hombres y como uno de ellos
he vuelto a casa con la luna en los ojos.
Como cualquiera de ellos
he visto sucederse la lluvia en los plantíos
y el sol en los últimos jaguarzos de la tarde,
cuando es la luna todavía un ojo helado.

Cada hombre tiene su luna y su prodigio,
su tormenta y su hora de estar viendo llover
impasible a la lluvia. Yo vi a los hombres,
a muchos de esos hombres llegar ante mi puerta,
llamarme por mi nombre y pues he sido
uno de esos hombres, y con ellos
dormido en el barbecho
y grabado en este tronco mi memoria
y su sazón, me vuelvo ahora,
aterido y débil en pos de mi salario.
Lola Lirola
EL COBIJO DE LA AMAPOLA ROJA
Nació una amapola roja en la casa de debajo del árbol, donde las raíces asfixiaban la orilla de su percepción. En el árbol habitaban moradores peculiares. Así, en el primer piso vivía, sola desde que enviudara, la dama de los ojos violetas. Hacía crochet en un mirador desflorado desde el que veía la vida pasar y, una vez que pasó, su nombre se perdió entre las hojas caídas del otoño, desterrada al olvido. En otro piso vivía un topo que, en su delirio de grandeza, se había mudado a las ramas más altas, y llevaba unas gafas de culo de vaso para seguir sin ver nada. En el patio del pozo moraba una cabra sonriente de ojos claros, que ponía nombres con sufijos diminutivos a los electrodomésticos, como única muestra de amor que podía conceder. Desde abajo, la amapola oía las pisadas iletradas de todos los del árbol, que con miradas vacías subían y bajaban, dejando sus huellas huecas como reflejo de superioridad.
En el árbol había un espacio repleto de libros, en el que entraba la luz por una galería extremadamente cuidada por Jacinta, la que daba caramelos a los niños para que lo frecuentaran. La amapola acudía a diario a ese lugar.
En el piso de abajo, entre las raíces, la amapola creció con luz propia, ‑la cual provenía de unas palabras impresas en páginas amarillentas y olvidadas‑, vivía en medio de la oscuridad de la guarida de la bestia, que era alimentada por la ignorancia y la cobardía, y que lo invadía todo. En un principio, el paisaje no fue pintado así, pero la bestia lo había emborronado todo y cuando la amapola nació ya existían esos colores que destruían la atmósfera, por lo que ella creció dando pasos sigilosos, con palabras secretas guardadas en sus bolsillos, leyendo a escondidas para no ser vista por la bestia.
La ignorancia dio la orden de ocultar al resto del árbol la existencia de la podredumbre que se había instalado en las raíces. La cobardía no expresó ninguna objeción, por lo que la amapola aprendió a disimular el perfil de sus pensamientos, a callar la peste que la bestia estaba generando, a buscar la luz que entraba por la rendija de la ventana del patio como lugar de lectura. Sin embargo, llegó un momento que el olor no lo aguantaba ni la ignorancia y expulsó a la bestia. Al principio, la amapola se oxigenó y lució más nítida, pero la podredumbre había hecho hogar en la morada, por lo que tuvo que partir de aquel árbol arrastrando el estigma de haber vivido toda su infancia con la negrura en su misma morada.
Con los años, la amapola prendió en un jardín de libros junto a otras amapolas doctas, donde la negrura se fue diluyendo con palabras recicladas. Hoy las palabras cuelgan de su árbol sin memoria de la bestia, sin estigma, haciendo más libre a la amapola y a sus descendientes.
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