sábado, 31 de julio de 2021

Teresa Antares.

 


He visto un instante
donde el crepúsculo
besaba tu cuerpo desnudo;
murmullo de pavesas
sobre mi corazón.

viernes, 30 de julio de 2021

MONTSERRAT VILLAR GONZÁLEZ

 




HACE 20 MINUTOS (repasando la primera mitad de mi vida)


Hace 20 minutos mi cuerpo de 20 años
se disuelve entre tus manos
agotado de sudor, creciéndose
para intentar besarte.
Hace 20 minutos recuerdo que te quiero
insistiendo en la ternura de años
en que vi tu pulular en mi mundo de niña
sin que pudiera tocarte.
Hace 20 minutos, soy feliz porque te tengo,
y, aunque preñada de tus dudas, de mis dudas
nos mecemos al ritmo de estas olas
resbalando entre ancianos recuerdos.
Te quiero, sudor y espuma,
ausencia, reencuentro.
Te quiero ideal y persona
así, dudas y sueños.
Hace 20 minutos, me dibujo en tus ojos
mirando el primer desnudo de mi cuerpo,
me busco en tus palabras, tus susurros,
me arrulla tu deseo.
Hace 20 minutos el sol quema la piel
del sueño que descansa en tu pecho
y soy yo, deseando quererte en cada rayo
en cada uno de estos veranos.
Hace 20 minutos llaman a mi cabeza
las razones que me clavas en la memoria,
aplastando con nuestro peso la leve eternidad
de estos momentos.
Hace 20 minutos se transforman las verdades
y soy yo, ante este mar roto en mil cristales,
vomitando 20 años de un pueril dolor
que no he querido recordarte.
Te quise, sudor y espuma,
ausencia, reencuentro.
Te quise ideal y persona
allí, dudas y sueños.

Inés Díaz Rengel

 



MI DESEADO MUNDO



Se me ha perdido un abrazo
que buscaba una estrella
de esas que no se dejan ver si el cielo está nublado,
una estrella que volvió cuando encontró el afecto.
Y comencé a crear un firmamento exclusivo:
donde haya tantas estrellas
como brazos que se cruzan con amor;
¡qué alegría si el mundo así se abrazara!
Pero la vida no es Jauja.
Quiero que el mundo sea tan bonito
como el azul de mi cielo que he pintado con los años
y encontrado en mi espacio sideral.
Voy guardando en mis pupilas
miradas que con cariño me hablan,
no importa si alguna vez me miraron de soslayo,
¿qué placer no conlleva, en algún momento, una punzada?
Siento que mis pasos caminan sobre algodones.
Aunque de tiempo en tiempo
tenga que reinventarme para seguir siendo yo,
mi esencia continuará aflorando.
Si alguna vez siento que me falta hueco en el pecho,
abro la cerca de mis emociones,
las echo a volar,
y en tinta voy dejando mi deseado mundo,
¡mi deseado mundo!
no es fácil vivir ajena a él
mientras hay tantos seres
que nunca pudieron aliarse con la fortuna.
Seguiré coloreando un mundo libre,
que no tenga que huir
de nada,
ni de nadie. 

jueves, 29 de julio de 2021

Carmen Garcia Ariza



No pertenezco a ningún lugar
ningún sitio me hace suya
ni del viento
ni del suelo
un árbol sin raíces
no soy simiente
ni me alimenta la tierra
soy una refugiada en la desidia
en el pasar lento de los segundos
y la absurda existencia de lo inútil
quedé ciega
y no me impregna la belleza
ni la piel ni el pelo
seco como un desierto sin arena
quedó lejos el mar
y me perdí en lo perfectamente pueril
en la cadencia del lento devenir
en el vacío de abismos
en los que ni siquiera
una se estrella contra suelo
No pertenezco a nada
soy un paria
desertora
nómada
refugiada
sin espacio
ni cielo
ni constelación
que señale estela que perseguir
No pertenezco a nadie
ni de la muerte
ni de la vida
ni mía
soy.
Carmen Garcia Ariza

Alfonsina Storni



Tú me quieres blanca
Tú me quieres alba,me quieres de espumas,
me quieres de nácar.
Que sea azucena
Sobre todas, casta.
De perfume tenue.
Corola cerrada .
Ni un rayo de luna
filtrado me haya.
Ni una margarita
se diga mi hermana.
Tú me quieres nívea,
tú me quieres blanca,
tú me quieres alba.
Tú que hubiste todas
las copas a mano,
de frutos y mieles
los labios morados.
Tú que en el banquete
cubierto de pámpanos
dejaste las carnes
festejando a Baco.
Tú que en los jardines
negros del Engaño
vestido de rojo
corriste al Estrago.
Tú que el esqueleto
conservas intacto
no sé todavía
por cuáles milagros,
me pretendes blanca
(Dios te lo perdone),
me pretendes casta
(Dios te lo perdone),
¡me pretendes alba!
Huye hacia los bosques,
vete a la montaña;
límpiate la boca;
vive en las cabañas;
toca con las manos
la tierra mojada;
alimenta el cuerpo
con raíz amarga;
bebe de las rocas;
duerme sobre escarcha;
renueva tejidos
con salitre y agua:
Habla con los pájaros
y lévate al alba.
Y cuando las carnes
te sean tornadas,
y cuando hayas puesto
en ellas el alma
que por las alcobas
se quedó enredada,
entonces, buen hombre,
preténdeme blanca,
preténdeme nívea,
preténdeme casta.

miércoles, 28 de julio de 2021

Eva Muñoz Senarriaga



Estoy dispuesta a deshacer los abismos
llegar a las oscuras redes del silencio
y pactar con la lejanía del frío destierro,
si detrás del horizonte está tu sonrisa.

Miguel Hernandez



VUELO


Sólo quien ama vuela. Pero, ¿quién ama tanto
que sea como el pájaro más leve y fugitivo?
Hundiendo va este odio reinante todo cuanto
quisiera remontarse directamente vivo.
Amar ... Pero, ¿quién ama? Volar ... Pero, ¿quién vuela?
Conquistaré el azul ávido de plumaje,
pero el amor, abajo siempre, se desconsuela
de no encontrar las alas que da cierto coraje.
Un ser ardiente, claro de deseos, alado,
quiso ascender, tener la libertad por nido.
Quiso olvidar que el hombre se aleja encadenado.
Donde faltaban plumas puso valor y olvido.
Iba tan alto a veces, que le resplandecía
sobre la piel el cielo, bajo la piel el ave.
Ser que te confundiste con una alondra un día,
te desplomaste otro como el granizo grave.
Ya sabes que las vidas de los demás son losas
con que tapiarte: cárceles con que tragar la tuya.
Pasa, vida, entre cuerpos, entre rejas hermosas.
A través de las rejas, libre la sangre afluya.
Triste instrumento alegre de vestir; apremiante
tubo de apetecer y respirar el fuego.
Espada devorada por el uso constante.
Cuerpo en cuyo horizonte cerrado me despliego.
No volarás. No puedes volar, cuerpo que vagas
por estas galerías donde el aire es mi nudo.
Por más que te debatas en ascender, naufragas.
No clamarás. El campo sigue desierto y mudo.
Los brazos no aletean. Son acaso una cola
que el corazón quisiera lanzar al firmamento.
La sangre se entristece de debatirse sola.
Los ojos vuelven tristes de mal conocimiento.
Cada ciudad, dormida, despierta loca, exhala
un silencio de cárcel, de sueño que arde y llueve
como un élitro ronco de no poder ser ala.
El hombre yace. EL cielo se eleva. El aire mueve.





Carmen Maroto



Dijo NO -o no pudo
decir No-
y la calle
escucha el chasquido
de su carne desvalida.
Ellos, los infames,
ejercen
su miseria
sin reparar
en el espanto.

Javier Sánchez Durán

 


No sé que esperáis de mí.

Hace tiempo que me despojé de la corteza de mis versos,
y hoy la brisa se levantó y arrancó de mi piel
las últimas metáforas.
Aquí estoy desnudo sin recato,
os muestro mi cuerpo exento de aspavientos y artificios.
Aguardo vuestras miradas sin decoro ni pudor
que evite mi desabrigo voluntario.
Soy yo mismo sin disimulo ni disfraz.
Con los años y el buen uso
se me suavizó la piel que me envuelve
y es agradable al tacto y a los roces.
Ahora espero de vosotros los mismos actos,
el mismo comportamiento,
dejad que el viento se lleve los oropeles,
que el agua lave vuestra piel y se muestre limpia de artefactos.
No pongais fronteras al sol, ni al aire, ya sea huracán o brisa,
y dejad que la lluvia humedezca vuestros ojos,
y resbale por vosotros sin ningun impedimento,
que el viento sacuda vuestro pelo
y lanzaros sin miedo sobre la hierba húmeda
que el sol se encargará de escurriros con mimo y sin reparo.
No hay fronteras tampoco para los besos y caricias,
para las ternuras expresadas con nuestros dedos o con nuestros labios,
ni tampoco para el amor o el sexo necesario.
Es preciso el abrazo porque no tiene precio,
y hoy se necesita y urge aquello que escasea
y no compran los comerciantes
porque no ha sido tasado
ni se puede medir en cantidades concisas y concretas.
Es hora de dejar los mercados
y acudir a las donaciones o dádivas profundas
sin que medie ningún regateo o trato.
Es la vida que nos llama y nos exige
cumplir nuestros actos
y asumir el papel primigenio y originario
anterior a los precios y anterior al comercio
de lo que no tiene tasa

martes, 27 de julio de 2021

Andrés Neuman



Iluminación
El alma existe.
Y huele
a sales y calor,
lleva un silbido impuro,
arde como la menta
y se pliega y se ciñe
a tu vientre.

Uberto Stabile



En todas partes cuecen patrias
Nací en Valencia
de padre italiano y madre gata
he sido charnego en Barcelona
polaco en La Mancha
y churro en mi ciudad,
me llamaron spagnoleto en Italia
y en la escuela macarroni,
en Andalucía soy “el que habla fino”,
gallego en Cuba y en México gachupín,
en Berlín me tomaron por turco
y en Brasil me hablaban en inglés,
a los rifeños les parezco muy claro
y demasiado moreno a la policía de Miami.
He vivido en dos países, siete ciudades y quince casas
de las que sólo conservo sonrisas
y algunas fotos apulgaradas de amigos y familiares.
Siempre vengo de lejos
y lejos voy
con otra lengua, con otra luz
y la patria en los zapatos
para vergüenza de mis invasores.

Marta Pumarega Rubio



PROHIBIDO LLORAR


Prohibido llorar en las estaciones del metro.
Prohibido llorar en lugares públicos.
Prohibido llorar en la parada del autobús.
Prohibido llorar en los grandes almacenes.
Se permite llorar en la casa de la viuda.
Se permite llorar en los aeropuertos.
Se permite llorar en la sala de espera de cualquier hospital.
Prohibido morirse de pena por las calles.
Prohibido morirse de pena en los bares repletos.
Prohibido morirse de pena delante de desconocidos.
Prohibido morirse de pena mientras suena la música.
Se permite morir de tristeza
delante del penúltimo vaso de whisky,
a puerta cerrada,
mientras se derrite el hielo,
a solas en el bar.
Se permite estar triste con la verja cerrada.
Se permite estar triste de puertas para dentro.
Se permite estar triste sin inquilinos en la casa.
Se permite estar triste con las luces apagadas.
Nunca si te mira un niño,
nunca en el ascensor con los vecinos,
nunca en las fiestas de empresa,
nunca en el cumpleaños de un anciano,
nunca en las reuniones de la comunidad,
nunca en los espectáculos de magia.
Se permite llorar sin consuelo
mirando el patio desnudo de la infancia,
debajo de la lluvia y sin paraguas,
sólo en los próximos entierros,
sólo en las estaciones de largo recorrido.
Sólo sola, sólo a solas.
Antónimo de cobijo

Esther Fortes

 




ENTRE LETRAS

He dibujado en mi mente
el perfil de mil historias
que he imaginado
que he sentido
que incluso en mis sueños,
he llegado a vivir.
He besado los labios
que pude acariciar entre las letras
de un capítulo cualquiera.
He amado intensamente
mientras mi alma poeta
desvestía encantos dormidos,
quietos, desesperados
que anhelaban suspiros
que besaban vacíos
que guardaban silencios.
He sonreído miradas
que enamoraron ausencias,
que se quedaron varadas
a merced de las corrientes.
Se despertaron ilusas
las ganas dormidas
que habían dejado de creer.
Encontré sabores
en los resquicios de mi recuerdo
leyendo historias
que desearon ser leídas
mientras se sentían amadas
sin soledad.

Luis Cernuda




La noche por ser triste carece de fronteras.
Su sombra en rebelión como la espuma,
rompe los muros débiles
avergonzados de blancura;
noche que no puede ser otra cosa sino noche.

Acaso los amantes acuchillan estrellas,
acaso la aventura apague una tristeza.
Mas tú, noche, impulsada por deseos
hasta la palidez del agua,
aguardas siempre en pie quién sabe a cuáles ruiseñores.

Más allá se estremecen los abismos
poblados de serpientes entre pluma,
cabecera de enfermos
no mirando otra cosa que la noche
mientras cierran el aire entre los labios.

La noche, la noche deslumbrante,
que junto a las esquinas retuerce sus caderas,
aguardando, quién sabe,
como yo, como todos.

Octavio Paz

 




¿La ola no tiene forma?
En un instante se esculpe
y en otro se desmorona
en la que emerge, redonda.
Su movimiento es su forma.



Las olas se retiran
?ancas, espaldas, nucas?
pero vuelven las olas
?pechos, bocas, espumas?.



Muere de sed el mar.
Se retuerce, sin nadie,
en su lecho de rocas.
Muere de sed de aire.

Carmen Castejón Cabeceira ©

 




DÉJAME QUE TE QUIERA


Déjame que te quiera
que te bese la sangre
de esa herida que tienes
en el lado contrario
al que me mira
pero que yo conozco
sin que lo sepas
ni siquiera lo intuyas.
En esas noches raras
de desacuerdos
que pasamos a veces
¡ muchas y muchas veces¡
(trataré de ceñirme
a lo real,)
tu no lo sabes,
pero en la cama
das muchas vueltas
y hablas en alto.
Las sábanas se mojan
de tus temores.
se hace visible
tu parte lastimada.
Mis labios se te acercan
con claras intenciones
y siento tu distancia,
entonces no te quiero
pero tan solo un poco,
breves son los instantes
sin dios y sin tu nombre;
porque amanece luego
y me buscas dormida,
y enredando
mi pelo entre tus dedos
formando caracoles
que es lo que mas te gusta,
me miras hasta el fondo
y abandono el odio
para ser hoy
parte de eternidad
en el lugar que vivo
solo de ti
como de mi
solo,
esperando que dejes
que te quiera.

domingo, 25 de julio de 2021

Clemen Esteban Lorenzo

 


A ratos,
me gusta recorrerte por entero
hasta llegar a instalarme en la cima
donde puedo arrancarte la piel
dibujando la sombra como un caníbal.
Sabemos que entre tú y yo
estorban las ropas, esas que ardientes
se sumergen con fuerza
donde el viento azota.
Y me siento bien en ti
respirando tu aliento, deslizando tu sabor
en la pendiente del deseo
donde nuestros cuerpos llegan a perderse.
No hay cosa mejor
que seguir tras tus pasos.



de su libro “Versos de agua”

Gloria Fuertes



"Ya ves qué tontería,
me gusta escribir tu nombre,
llenar papeles con tu nombre,
llenar el aire con tu nombre;
decir a los niños tu nombre
escribir a mi padre muerto
y contarle que te llamas así.
Me creo que siempre que lo digo me oyes.
Me creo que da buena suerte:
Voy por las calles tan contenta
y no llevo encima nada más que tu nombre."

sábado, 24 de julio de 2021

Rosa Pazos






Anhelo vivir la vida auténtica, la profunda,la que me libere de la carga de ser solo una máscara. Esa verdad que sólo encuentro en la naturaleza, admito mi placer y la seducción que me produce contemplarla, es como si ella me abriese los brazos y me quisiera arropar y fundirme en su seno, y mis ojos en ese momento quieren tejer la luz…

Solo la mirada de las almas buenas me producen esa paz.
Veo la misteriosa movilidad de la luna caer sobre la hierba y percibo que se atraen, y una y otra se sostienen, es su momento de intimidad.
Escucho su exquisita ternura al hablar.
Y allí veo crecer la rosa.
Y allí se renueva mi mirada al contemplarlas.
Y el nuevo día llega.
Las hormigas, ya despiertas, buscan alimentos.
Y yo te necesito…

Alfonsina Storni

 



Soy un alma desnuda en estos versos,

Alma desnuda que angustiada y sola
Va dejando sus pétalos dispersos.

Alma que puede ser una amapola,
Que puede ser un lirio, una violeta,
Un peñasco, una selva y una ola.

Alma que como el viento vaga inquieta
Y ruge cuando está sobre los mares,
Y duerme dulcemente en una grieta.

Alma que adora sobre sus altares,
Dioses que no se bajan a cegarla;
Alma que no conoce valladares.

Alma que fuera fácil dominarla
Con sólo un corazón que se partiera
Para en su sangre cálida regarla.

Alma que cuando está en la primavera
Dice al invierno que demora: vuelve,
Caiga tu nieve sobre la pradera.

Alma que cuando nieva se disuelve
En tristezas, clamando por las rosas
con que la primavera nos envuelve.

Alma que a ratos suelta mariposas
A campo abierto, sin fijar distancia,
Y les dice: libad sobre las cosas.

Alma que ha de morir de una fragancia
De un suspiro, de un verso en que se ruega,
Sin perder, a poderlo, su elegancia.

Alma que nada sabe y todo niega
Y negando lo bueno el bien propicia
Porque es negando como más se entrega.

Alma que suele haber como delicia
Palpar las almas, despreciar la huella,
Y sentir en la mano una caricia.

Alma que siempre disconforme de ella,
Como los vientos vaga, corre y gira;
Alma que sangra y sin cesar delira
Por ser el buque en marcha de la estrella.

Iván Rojo



El hombre tendría la edad de mi padre
y se estaba afeitando en la fuente
pastilla de jabón, brocha y navaja
mango de nácar centelleando al sol
se enjuagó y se secó con una toalla
y luego guardó todo en una mochila
y echó a andar despacio hacia mí
Disculpe, ¿la casa de la caridad?
Le indiqué: A la vuelta de la esquina
Y me quedé ahí viéndole alejarse
a través del domingo y el tiempo
y maldije esta moral cristiana
que llama misericordia a la dignidad

Lola Fontecha.



Aceptar la marcha, inspira versos...
Y ahora tomo tus palabras
y las meto en el vagón de cola del tren que marcha,
para que a partir de ese momento
se pierda en contenido,
bajándose en la siguiente estación.
Ahora,
me dedico a diagnosticar la enfermedad objeto de tal condescendencia,
y a solas conmigo misma,
sigo preguntándome porque me hieres sin motivo.
Y rebusco en los cajones,
para encontrar algún vestigio que indique cómo y cuándo,
el jardín se mudó al desierto de tu olvido.
Y después de ahora,
dejaré de hacerlo,
porque no puedo seguir con esto
y entonces..,
será el momento justo de sentir
que por fin te has ido.
El frío de Lola Fontecha.

jueves, 22 de julio de 2021

Fabiola Rubio



LA MECEDORA.



Tantos años confidentes
la una de la otra...
Tantos recuerdos mecidos
e hilados en historias
y siguen muy vivos a pesar de su envejecida memoria.
Mi abuela me coge entre sus brazos con suma delicadeza
y apoyando sus besos en sus entrecortadas palabras,
me las va narrando.
Nos mecemos con cuidado.
Mi cabecita queda a resguardo
en su pecho, mientras que mis ojos se muestran vivarachos
al descubrir como nos envidia un gato.
A él también lo balancea
y el se deja todo confiado
pues disfruta sintiendo como le acaricia su lomo, perdiendo su fiereza.
Cómo echo de menos
las nanas que me cantaba,
o como a veces parecía rejuvenecer cuando la abrazaba.
Hoy el gato y yo nos miramos
entristecidos,
hoy nuestras miradas se pierden
en el rincón donde reposan
sus historias, sus caricias
y mis nanas.
Ambos perdimos ayer a quien tanto amamos y nos amaba.
La mecedora está huérfana,
porque se murió quien nos acunaba.

miércoles, 21 de julio de 2021

María Paz Torres Pino

 





LA HORA DE LA SIESTA

Era la hora de la siesta.
La luz pesada
de un cielo
de estaño
entraba
en el cuarto
donde estaba echada.
Y se recortaba
en su cuerpo desnudo.
Anillos de serpientes escalaban
por sus piernas.
Luciérnagas
navegaban
por sus venas.
Alas de Mariposas
aleteaban
por sus pechos.
Su vientre era un jardín de lirios
y de adelfas
donde se posaban
a libar las abejas.
Por su corazón empezaron
a trotar
potros salvajes
Y por su vientre
cabalgaban
caballos
a la carrera.
Fuera
una tormenta
amenazaba
con incendiar
los plátanos salvajes.
Un trueno rompió el aire
encendido de su cuarto
El cielo se oscurecía.
Un grito
gritaba
y se ahogaba
contenido
en su garganta.
Después se hizo
un silencio
de libélulas,
de abejas
y de lirios...

Natalia Belleq.

 


Voy a guardar silencio,
a fingir que no te quiero
a suplicar un inmortal momento.
Voy a ponerme la coraza,
la de acero,
esa que se escapa
cuando se muere el alma
y resucita el cuerpo
Voy a tener que buscar
a ver si lo encuentro
un trozo de corazón
que te llevas cuando estás lejos,
una huella, una razón,
un oscuro sentimiento.
Y es que no es cuando no te veo
ni siquiera cuando no te siento,
es ésta puta enfermedad,
de tener que echarte de menos.
Voy a guardar silencio
a fingir que no te quiero
a suplicar un inmortal momento....

Ángela Mallén,



FRÍO
(Axioma Décimo)


Mi madre me llevaba
todo recto por el frío.
Ahora veo la estatua de hielo que éramos
en aquella ciudad vieja del nordeste.
Tuve suerte de erigirme
esperando con ella
en el centro del frío, debajo del castillo.
Yo tenía su fragancia,
¿o era su miedo?
¿o su temeridad?)
Mi madre me llevaba todo recto por el frío.
Había una iglesia grande donde olían
a incienso las gitanas
sentadas en la noble escalinata.
Los gigantes dormían en la Casa
Consistorial.
Mi madre me llevaba
todo recto por el frío.
La calle San Antonio,
enfrente de la tienda
del petróleo y las papas, junto a los Cines Fémina,
hasta la pastelería.
Dos galletas ovaladas:
chocolate y anises de colores.
Ternura, privilegio.
Un cándido secreto.
En el centro del frío,
me comía a mi madre.
Del libro " la noche en una flor de baobad "

Aurelio Gonzalez Ovies



A veces esta casa me entristece
cuando cae la noche.
Tus vestidos colgados en la percha,
esta silla con restos de tu cuerpo,
nuestra cama...
No sé por qué, amor mío, tengo el presentimiento
de estar amando en balde
o de comprarte un ramo de ahoras los fines de semana.
Vale más que dejemos de hacer nuestras las cosas,
de escribirnos las fechas
detrás de esos momentos en que somos felices,
de regalarnos libros.
Mismamente este cuarto me llena de abandono
cuando antes de dormir me das un beso
y me quedo mirando tus ojos que se apagan,
tus cuadros, esas fotos, tus zapatos mojados,
tu colección de botes de perfume.
Mismamente esta hora se me queda tan larga
cuando el tiempo es tan corto,
que empiezo a perder ya lo que aún no he perdido:
tu nombre pasajero, tus labios pasajeros,
tus collares, tus cartas, tus muñecas, tu sitio.


Del libro " LA HORA DE LAS GAVIOTAS "

martes, 20 de julio de 2021

Julio Cortázar,



Qué vanidad imaginar
que puedo darte todo, el amor y la dicha,
itinerarios, música, juguetes.
Es cierto que es así:
todo lo mío te lo doy, es cierto,
pero todo lo mío no te basta
como a mí no me basta que me des
todo lo tuyo.
Por eso no seremos nunca
la pareja perfecta, la tarjeta postal,
si no somos capaces de aceptar
que sólo en la aritmética
el dos nace del uno más el uno.
Por ahí un papelito
que solamente dice:
Siempre fuiste mi espejo,
quiero decir que para verme tenía que mirarte

lunes, 19 de julio de 2021

Felix Morales Prado,

 


Al final de esta calle hay una casa
donde no vive nadie.
Y en su patio un farol de luz amarillenta
que brilla débilmente entre geranios, retama y madreselva.
Al final de esa casa hay un reloj de péndulo
dictando su ritmo inexorable
a los muebles callados, los jarrones de china
y las camas intactas.
Al final, que ya entonces no existe, del reloj,
está la muerte. Y allí una puerta
para los que comprenden y los que no comprenden,
que da al jardín.


(De Maldevo)

domingo, 18 de julio de 2021

Adolfo Burriel

 








Los gendarmes revisan




Los gendarmes revisan
el pulgar de los ladrones, pero callan los robos millonarios,
los ladrones se aferran a las rejas con su pulgar de tinta,
no así si son pulgares millonarios,
y las madres escupen a los jueces.
Después es solo llanto.
Rosy Carter no huyó (o huyó), tampoco ha vuelto,
como todos los presos que se olvidan
en un montón de perros apagados.
Ni noche son ni luna los amaina.
Ni Rosy Carter existió sino en las dobles cárceles del sueño.

AMADO NERVO

 



¡ESTÁ BIEN!

Porque contemplo aún albas radiosas
y hay rosas, muchas rosas, muchas rosas
en que tiembla el lucero de Belén,
y hay rosas, muchas rosas, muchas rosas
gracias, ¡está bien!

Porque en las tardes, con sutil desmayo,
piadosamente besa el sol mi sien,
y aun la transfigura con su rayo:
gracias, ¡está bien!

Porque en las noches una voz me nombra
(¡voz de quien yo me sél), y hay un edén
escondido en los pliegues de mi sombra:
gracias, ¡está bien!

Porque hasta el mal en mí don es del cielo,
pues que, al minarme va, con rudo celo,
desmoronando mi prisión también;
porque se acerca ya mi primer vuelo:
gracias, ¡está bien!

Federico García Lorca

 






Deseo



Sólo tu corazón caliente,
Y nada más.

Mi paraíso, un campo
Sin ruiseñor
Ni liras,
Con un río discreto
Y una fuentecilla.

Sin la espuela del viento
Sobre la fronda,
Ni la estrella que quiere
Ser hoja.

Una enorme luz
Que fuera
Luciérnaga
De otra,
En un campo de
Miradas rotas.

Un reposo claro
Y allí nuestros besos,
Lunares sonoros
Del eco,
Se abrirían muy lejos.

Y tu corazón caliente,
Nada más.

sábado, 17 de julio de 2021

Luisa Gómez Borrell



MI VIEJO EQUIPAJE



Maquillado de azules que gritan libertad,
me observa el mar desde su distancia.
Su horizonte abre sus brazos a la vida, a la humanidad,
y me abraza con sus silencios despiertos que arrancan
la última partícula de mi tristeza.
Si pudiera fundir mi sonrisa en sus aguas diáfanas.
Si pudiera comer de su magia sintiendo su cálido susurro.
Paseo por su orilla y respiro su hechizo que me envuelve,
y que me late, despertando en mí esa niña que dormía.
Me descalzo de mis miedos, de mis penas.. de inquietudes...
y entró en él, fundiéndome en su rayo de paz...de quietud,
promoviendo la armonía de mi entorno.
Como cristal vibro en sus aguas, diluyendo emociones.
Dejo escapar mis pupilas hacia su cielo de zafiros.
Y, mientras se disuelven mis cargas de obsesiones,
me permito soltar mi viejo equipaje.