lunes, 31 de agosto de 2020
® Laura Gutiérrez Cortés
SÍ a la libertad de expresión,
domingo, 30 de agosto de 2020
Juana Castro
Ángel Guinda
sábado, 29 de agosto de 2020
viernes, 28 de agosto de 2020
William Butler Yeats
"El vino entra en la boca
Y el amor entra en los ojos;
Esto es todo lo que en verdad conocemos
Antes de envejecer y morir.
Así llevo el vaso a mi boca,
Y te miro y suspiro".
jueves, 27 de agosto de 2020
Rosa Pazos
Pablo Neruda
Ángel Guinda
No sé, escucho himnos dentro de las lágrimas.
Tuve una casa con ventanas en el techo:
veía tiburones, cordilleras, trenes volar.
Tal vez vosotros sabéis, yo sólo canto.
No sé bien qué es la paz:
llegué tarde a la guerra.
La tempestad está tras la montaña,
sobrellevo el estruendo de su luz.
Tal vez vosotros sabéis, yo sólo canto.
Tiemblan mis pies
cuando retumba el eco del silencio,
no sé si las palabras tienen sangre.
Tal vez vosotros sabéis, yo sólo canto.
No sé por qué se tambalea el vértigo
cuando miro las cúpulas,
pero noto en mi pecho borboteos de petróleo.
Tal vez vosotros sabéis, yo sólo canto.
Mi país es un rompecabezas,
al más mínimo golpe se desvertebrará:
ya no tendré país.
Tal vez vosotros sabéis, yo sólo canto.
Desde el avión veía sobre el mar
manadas de elefantes petrificados,
dromedarios tendidos, sombras de cocodrilos:
me dijeron que eran islas griegas.
Tal vez vosotros sabéis, yo sólo canto.
Huyo, siempre huyo: acaso tras las puertas
que arrancan sus bisagras, sus cerrajas
y, a lomos de las llamas, corren irrefrenables
para aclamar a los ladridos del mar.
Tal vez vosotros sabéis, yo sólo canto.
La poesía debe ser extrema,
estampido de mundos, abrazo de la pólvora,
escardar las tinieblas con antorchas,
trepanación de asombro y ebriedad.
Tal vez vosotros sabéis, yo sólo canto.
Yo no sé qué preguntan al sol los limoneros.
Ignoro los secretos de las algas y de las medusas.
Tampoco sé si esto es un poema
o una pequeña galería de hormigas.
Tal vez vosotros sabéis, yo sólo canto.
(de Caja de lava)
lunes, 24 de agosto de 2020
domingo, 23 de agosto de 2020
Paqui Valenzuela Garcia
sábado, 22 de agosto de 2020
Rossana Hasson Arellano
Yo llevo una ilusión
que es casi un mito
y rompe los zapatos
de las ocultas sombras
cuando la sangre sueña
a pleno viento
en una rosa blanca
y crece por la noche,
entrando al corazón,
mientras te duermes.
Pablo Neruda
LAS VIDAS EL MONTE Y EL RIO EN
mi patria hay un monte. Ven conmigo. La noche al monte sube. Ven conmigo. Quiénes son los que sufren?
Ven conmigo. No sé, pero me llaman Ven conmigo. Y me dicen: "Tu pueblo,
con hambre y con dolores,
Oh tú, la que yo amo, |
Begoña Abad •
Un día te hiciste mayor.
Lo supe porque dejaste de venir
a acurrucarte a mi lado
los domingos por la mañana.
Dejaste de buscar el calor
de mi costado
y mi mano distraída
haciéndote dibujos en el pelo.
Dejaste de pedir que te contara
cómo eras de pequeño
y cómo era yo y cómo tu abuelo
y apareciste, sabio ya.
Todo lo sabías en esa mañana triste.
Me costó acostumbrarme
a verte aparecer en la cocina
con el ceño fruncido, silencioso.
Tuve que aprender a quererte de nuevo,
también así, distante y gris.
Aprender que sólo era un baile de disfraces
en el que me tocaba adivinar
de qué ibas vestido,
pero sabiendo que siempre
detrás estabas tú,
igual que tú esperabas
que yo estuviera siempre
esperando, sin disfraz.
Del libro : Silencios encontrados.
Colección: Poesía en la distancia
viernes, 21 de agosto de 2020
Patricia Liliana Boero
AURORA CONSURGENS I
miércoles, 19 de agosto de 2020
Isidoro Irroca
Todo me lleva a ti
No hay límites ni distancias, me digo,
cuando en el cielo el mismo sol nos cubre
por eternos senderos y caminos
que se abran en la tierra y en su orbe
todos van a ti, hasta los perdidos.
Tampoco hay voluntad que no se quiebre
cuando levantas del rostro esos ojos
cuando miras se caen los poderes
que sustentan el empeño y su antojo
y me entrego sin tregua a tus amores.
No hay realidad que impida la esperanza
si tu mano busca por encontrarme
ni la muerte, al final de mis días,
calmará nunca mi sed de buscarte
aunque sea en inciertas lejanías.
No son ya suficientes las palabras
que cruzan los crepúsculos del aire
se alargan en los márgenes del alba
se hunden en la caída de la tarde
y se alzan en los silencios del alma.
Todo me lleva a ti, hasta la muerte,
que deshace mis días y mis manos
en la tierra marchita de mi suerte
se abre el camino estéril de mis pasos
donde la soledad desgarra y muerde.
Mis ojos llevan tu íntimo secreto
allí donde el destino no se cumple
donde se pierde el espacio y el tiempo
más allá del límite de las nubes
próximo a los confines del ensueño.
Todo me empuja a ti, inexorable,
con una fuerza de aires desbocados
te busco allí donde no encuentro a nadie,
donde siempre habitan los olvidados
que viven la soledad de las calles.
Todo me lleva a ti, hasta el sosiego,
que ronda en los jardines del anhelo
explorando en los ojos del misterio
te busco en las fronteras del deseo
te encuentro en el laberinto del verso.
Alicia Correa Castelo
Eran tus dedos
los que dibujaban círculos en mi piel ,
los que trazaban líneas por miedo a perderse
Eran tus dedos
los que pintaban sonrisas en mi boca
y hacía temblar mis labios
Eran tus dedos ,
los que despertaban el deseo
al acariciar mis senos
Eran tus dedos
los que se adentraban dentro de mi
e inundaban mis entrañas
de placer
Eran tus dedos
tus manos
tu piel
tu risa
tu voz
los que me hacían perder la cordura
despertando un huracán de pasiones
martes, 18 de agosto de 2020
Li Qingzhao
BODHITTSAVA BÁRBARO
(Pu Sa Man)
a la altura de mi sien
sobre mi pelo
se cierne un gorrión de oro
la sombra de sus alas verdes
abiertas
se proyecta sobre mi ceño fruncido
ligera bruma de primavera
en el pabellón perfumado
ya se han cerrado los lotos
y en el biombo pintado
hay montañas y montañas superpuestas
el frescor de la ventana
precipita el amanecer
nuestros corazones unidos
son igual que dos llamas
y mis lágrimas caen
dejando un surco rosado
en mi vestido de seda
amor mío
¿cuándo regresarás?
lunes, 17 de agosto de 2020
Pablo Neruda
¿Quien muere?
quien se transforma en esclavo del hábito,
repitiendo todos los días los mismos trayectos,
quien no cambia de marca.
No arriesga vestir un color nuevo y no le habla a quien no conoce.
Muere lentamente
quien hace de la televisión su gurú.
Muere lentamente
quien evita una pasión,
quien prefiere el negro sobre blanco
y los puntos sobre las "íes" a un remolino de emociones,
justamente las que rescatan el brillo de los ojos,
sonrisas de los bostezos,
corazones a los tropiezos y sentimientos.
Muere lentamente
quien no voltea la mesa cuando está infeliz en el trabajo,
quien no arriesga lo cierto por lo incierto para ir detrás de un sueño,
quien no se permite por lo menos una vez en la vida,
huir de los consejos sensatos.
Muere lentamente
quien no viaja,
quien no lee,
quien no oye música,
quien no encuentra gracia en si mismo.
Muere lentamente
quien destruye su amor propio,
quien no se deja ayudar.
Muere lentamente,
quien pasa los días quejándose de su mala suerte
o de la lluvia incesante.
Muere lentamente,
quien abandona un proyecto antes de iniciarlo,
no preguntando de un asunto que desconoce o
no respondiendo cuando le indagan sobre algo que sabe.
Evitemos la muerte en suaves cuotas,
recordando siempre que estar vivo exige un esfuerzo mucho mayor
que el simple hecho de respirar.
Solamente la ardiente paciencia hará que conquistemos
una espléndida felicidad.
domingo, 16 de agosto de 2020
Loli González Vázquez
Soledad del alma
Eres, como hoja seca que tiembla aferrada a su tallo.
Caminas por un laberinto de emociones
que no te lleva a ningún sitio.
Te giras y volteas una y otra vez
por esta interminable noria de arenas movedizas.
No te acongojes ni te sientas hundida.
Avanza con el aliento fresco por este asfalto de fuego
y clava bien los pies.
Pisa fuerte con tus zapatos viejos hasta que se rompan,
porque ésta,
es una vereda por la que navegamos todos alguna vez.
No olvides que después de la niebla
siempre sale el sol.
Eleva tu copa hasta lo mas alto y brinda por la vida
y tus sueños e ilusiones,
volverán a inundar tus entrañas... y tu alma.
Luis Cernuda
No decía palabras,
acercaba tan sólo un cuerpo interrogante,
porque ignoraba que el deseo es una pregunta
cuya respuesta no existe,
una hoja cuya rama no existe,
un mundo cuyo cielo no existe.
La angustia se abre paso entre los huesos,
remonta por las venas
hasta abrirse en la piel,
surtidores de sueño
hechos carne en interrogación vuelta a las nubes.
Un roce al paso,
una mirada fugaz entre las sombras,
bastan para que el cuerpo se abra en dos,
ávido de recibir en sí mismo
otro cuerpo que sueñe;
mitad y mitad, sueño y sueño, carne y carne,
iguales en figura, iguales en amor, iguales en deseo.
Auque sólo sea una esperanza
porque el deseo
es pregunta cuya respuesta nadie sabe.
sábado, 15 de agosto de 2020
Emilio Marin
UN BES0
Breve como un beso
profundo como su sabor.
Suave como tus labios
en la noche de agosto.
Así eres tu, Princesa,
que con tus brazos seducen
al marinero intrépido
que arrojado a tus orillas
cae sin freno, ante la voluptuosidad,
de tu cuerpo firme y deseado.
Rafael Guillén
De nuevo te esperé en el desconsuelo...
De nuevo te esperé en el desconsuelo
de la esquina. Por el bullicio oscuro
iban, venían rojos autobuses,
acharolados táxis que, ocupados,
se detenían un segundo antes
del desencanto. La farola daba
entintado de cómic a la espera.
Los táxis están hechos con materia
de soledad, de presurosos besos,
de palabras sin terminar, de rápidos
adioses, de cabezas que se vuelven
como pidiendo auxilio. Cada táxi
va tejiendo y tejiendo su capullo
de seda por las calles, va encerrando
su mariposa entre los hilos tensos
de la ciudad que gime y que lo envuelve.
¿Por qué querer es esperar?. La lluvia
tenaz parpadeaba en el cambiante
neón de Piccadilly y los neumáticos
por el asfalto húmedo sonaban
como el desuello de una piel inmensa.
Todo el desecho de la prisa iba
acumulado en los asientos turbios
de los táxis. Su tántalo destino
era llegar para volver de nuevo.
Los táxis se alimentan de colillas,
de tersos portafolios, de monturas
de gafas, de coronas funerarias,
de perfumados guantes, de pañuelos
inmundos, de paraguas olvidados.
El horizonte de los táxis nace
a espaldas de la luz, está poblado
de sanatorios y consultas, linda
con discos y semáforos, discurre
por negocios y apremios y legajos.
¿A dónde va el amor cuando no acude
a nuestra cita?. Una lenta hilera
de gotas resbalaban por el borde
de la farola anochecida. Un golpe
de tos quebrada restalló muy cerca
de mi bufanda. El viento me azuzaba
los mastines del frío. Y otros táxis
pasaban sin parar, como otras noches,
como todas las noches de mi vida.
Cuando al amanecer se quedan solos
los táxis, se acarician la gastada
tapicería, que conserva algunas
viejas huellas de semen o de lágrimas.