jueves, 22 de junio de 2023

Ángel González



A veces
Escribir un poema se parece a un orgasmo:
mancha la tinta tanto como el semen,
empreña también más en ocasiones.
Tardes hay, sin embargo,
en las que manoseo las palabras,
muerdo sus senos y sus piernas ágiles,
les levanto las faldas con mis dedos,
las miro desde abajo,
les hago lo de siempre
y, pese a todo, ved:
¡no pasa nada!
Lo expresaba muy bien Cesar Vallejo:
"Lo digo y no me corro".
Pero él disimulaba.

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Clemen Esteban Lorenzo



Eres mi vicio
más perfecto.
El fuego vivo
donde resido.
El néctar
del que soy prisionera.
La locura del festín
en tu carne.
Ahí,
donde floto ardiente
al calor de tu savia.
Ahí,
marcando el relieve
que calma mi sed.
Ahí,
tú lo eres todo.


Del libro: Versos de agua.

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Marta Pumarega Rubio



No soporto nadar en el mar,
me da miedo la ola y su espuma
y sin embargo cuando escribo,
meto mis tobillos,
navego a la deriva,
o naufrago para siempre.
También sufro con la oscuridad,
pero camino un pasillo de letras
sin encender la luz,
y allí,
en mitad de esa nada,
de ese agujero negro,
de esas escaleras sin barandilla,
pronuncio tu nombre.

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Vicente Gerbasi.



Bosque de música
Mi ser fluye en tu música,
bosque dormido en el tiempo,
rendido a la nostalgia de los lagos del cielo.
¿cómo olvidar que soy oculta melodía
y tu adusta penumbra voz de los misterios?
He interrogado los aires que besan la sombra,
he oído en el silencio tristes fuentes perdidas,
y todo eleva mis sueños a músicas celestes.
Voy con las primaveras que te visitan de noche,
que dan vida a las flores en tus sombras azules
y me revelan el vago sufrir de tus secretos.
Tu sopor de luciérnagas es lenta astronomía
que gira en mi susurro de follaje en el viento
y alas da a los suspiros de las almas que escondes.
¿Murió aquí el cazador, al pie de las orquídeas,
el cazador nostálgico por tu magia embriagado?
Oh, bosque: tú que sabes vivir de soledades
¿adonde va en la noche el hondo suspirar?

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martes, 20 de junio de 2023

Pedro Javier Martín Pedrós.






Mientras tú duermes,

exprimo
la noche silenciosa
cabalgando hacia la nada.
Los captadores de amor
pintan en
las dunas estancias
y rincones desnudos
de abrazos.
En la proyección del espejo
aparece
mi
alma.

Del libro: En la bajamar.

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JAIME SABINES




Horal

El mar se mide por olas,
el cielo por alas,
nosotros por lágrimas.
El aire descansa en las hojas,
el agua en los ojos,
nosotros en nada.
Parece que sales y soles,
nosotros y nada...


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Angela Botero



De todas maneras
Cualquier tarde
La magia termina.
Se acaba.
Hay dentro un vacío.
Nada!
Hemos abusado y sin
Presentirlo siquiera
Estamos ahí,
A un lado
Pero por ser como somos,
Extendemos las manos
Seguros de que todo
Nacerá un día,
Con el sol.
Muy temprano.

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Antonio de Padua Díaz.

 



Aguardándote

Sobre la noche
cae la luna naranja de octubre
y solo estoy con tu no presencia en mis hombros,
con tanto amor a distancia
perturbado por la mar cercana,
a la guarda del consuelo ante el encuentro escrito
y tus besos en papel verjurado de dos gramos,
tu tarjeta de visita castellana,
la palabra sugerida por tus cálidas manos.

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Francisco Cobacho



CAOS




Por no tener
aun el aire lo inhalo prestado,
cada bocanada que respiro
es descontada en desorden
del hábitat que me envuelve
enrareciendo cada vez más
los entornos de mi existencia.
Consumo más desmanes
que empatía pueda irradiar
al equilibrio que me sostiene
en torno al ciclo de la vida.
La incertidumbre me soporta
regalándome el lugar
a costa de adolecer la emoción
que me ata a lo ínfimo.
Es el mismo caos
el que me acecha por los entornos
en que navega mi magnitud
y a cada instante el deterioro
más se expande por los espacios
en donde habito.


© F. Cobacho
"Cenizas calientes"

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Sara Zapata

 



RESTOS

La chica que está a mi lado
en el aeropuerto
no sabe dónde mirar,
dónde esconder su pena,
mira el bolso, pero imposible,
allí sólo cabrían dos o tres besos.
La chica del aeropuerto
sabe que no se va sola,
la sombra de lo que fueron
se quedó sin pasaje de vuelta
y ahora se encontrará con ella
en el supermercado levantando
un paquete de azúcar,
en el viejo sofá repleto de abrazos,
en los vagones en los que falta el aire
o en cualquier absurdo lugar,
de esa, su vida.
Lo que aún no sabe la joven del aeropuerto
es que el tiempo, a él,
también lo borrará,
pero quedará un trozo de sueño roto
que sí entrará en su bolso
y se quedará ahí,
como testigo de lo que una vez fueron,
aguardando, la compañía de otros.


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Ernesto Sábato



Tal vez a nuestra muerte el alma emigre:
a una hormiga,
a un árbol,
a un tigre de bengala;
mientras nuestro cuerpo se disgrega
entre gusanos
y se filtra en la tierra sin memoria,
para ascender luego por los tallos y las hojas,
y convertirse en heliotropo o yuyo,
y después en alimento del ganado,
y así en sangre anónima y zoológica,
en esqueleto,
en excremento.
Tal vez le toque un destino más horrendo
en el cuerpo de un niño
que un día hará poemas o novelas,
y que en sus oscuras angustias
(sin saberlo)
purgara sus antiguos pecados de guerrero o criminal,
o revivirá pavores,
el temor de una gacela,
la asquerosa fealdad de comadreja,
su turbia condición de feto, cíclope o lagarto,
su fama de prostituta o pitonisa,
sus remotas soledades,
sus olvidadas cobardías y traiciones. 


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Juan Ramón Jiménez



Vino, primero, pura

Vino, primero, pura,
vestida de inocencia.
Y la amé como un niño.
Luego se fue vistiendo
de no sé qué ropajes.
Y la fui odiando, sin saberlo.
Llegó a ser una reina,
fastuosa de tesoros…
¡Qué iracundia de yel y sin sentido!
…Mas se fue desnudando.
Y yo le sonreía.
Se quedó con la túnica
de su inocencia antigua.
Creí de nuevo en ella.
Y se quitó la túnica,
y apareció desnuda toda…
¡Oh pasión de mi vida, poesía
desnuda, mía para siempre!


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viernes, 16 de junio de 2023

Gioconda Belli



"Quiero decir que vivo quiero decir que quiero
que sufro que me río
que soy un amasijo de mujer al filo de la noche y el desvelo
Mujer de pájaros de estaciones de blanco y negro
Poeta mujer ávida de palabras
en un país con un idioma extraño."

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jueves, 15 de junio de 2023

María Guivernau



ME DEJO


Miro mis pies,
anclados en la arena de tu playa,
inmóviles,
con lo bien que supe correr siempre
en dirección contraria
al viento que provoca
el aleteo de las mariposas.
Miro el mar de tus ojos
parpadeando a oleadas
y no recuerdo
en qué momento me deshice
del paraguas de la indiferencia
dejándome empapar por tus pupilas.
Miro danzar tu pecho
mientras respiras
y estalla el mío al tiempo.
Cierro,
entonces,
los párpados,
abro la boca de labios sedientos
y me dejo,
me dejo.

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Octavio Paz



ENTRE IRSE Y QUEDARSE


Entre irse y quedarse duda el día,
enamorado de su transparencia.
La tarde circular es ya bahía:
en su quieto vaivén se mece el mundo.
Todo es visible y todo es elusivo,
todo está cerca y todo es intocable.
Los papeles, el libro, el vaso, el lápiz
reposan a la sombra de sus nombres.
Latir del tiempo que en mi sien repite
la misma terca sílaba de sangre.
La luz hace del muro indiferente
un espectral teatro de reflejos.
En el centro de un ojo me descubro;
no me mira, me miro en su mirada.
Se disipa el instante. Sin moverme,
yo me quedo y me voy: soy una pausa.

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Aurora Luque



Del descifrar
Fluir en la corriente sagrada de los versos
de una noche a otra noche
y ser atropellada, ser mordida
por la negra belleza que estalla en las palabras.
Y qué saturación sentir el aire
de otros mundos, la hoja que temblaba
en la lluvia con sol, los astros asomados
a la leve escritura,
un aroma olvidado de la infancia
o un placer sumergido
en las aguas más hondas de la vida:
carne que se entreviese
-erórico fulgor rosado y denso-
bajo el encaje oscuro del poema.


De "Problemas de doblaje" 1982

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miércoles, 14 de junio de 2023

Luis García Montero,



Problemas de geografía personal
Nunca sé despedirme de ti, siempre me quedo
con el frío de alguna palabra que no he dicho,
con un malentendido que temer,
ese hueco de torpe inexistencia
que a veces, gota a gota, se convierte
en desesperación.
Nunca se despedirme de ti, porque no soy
el viajero que cruza por la gente,
el que va de aeropuerto en aeropuerto
o el que mira los coches, en dirección contraria,
corriendo a la ciudad
en la que acabas de quedarte.
Nunca sé despedirme, porque soy
un ciego que tantea por el túnel
de tu mano y tus labios cuando dicen adiós,
un ciego que tropieza con los malentendidos
y con esas palabras
que no saben pronunciar.
Extrañado de amor,
nunca puedo alejarme de todo lo que eres.
En un hueco de torpe inexistencia,
me voy de mí
camino a la nada.

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martes, 13 de junio de 2023

Marcos Ana



Mi primer amor.

Una tarde, casi al anochecer, me encontré con un amigo de la infancia, hombre de negocios que, sin participar de mis ideas, me visitó alguna vez en la cárcel de Porlier. Me invitó a dar una vuelta por Madrid y me llevó a conocer algunos cabarés que él seguramente frecuentaba. Yo aparentaba cierta indiferencia, pues salía un poco chapado a la antigua y me parecía que no era demasiado responsable visitar esos lugares. Pero miraba a hurtadillas y se me saltaban los ojos viendo a aquellas mujeres excitantes que deambulaban de un lado a otro provocativamente.
En un momento, mi amigo miró su reloj y me dijo: "Debo marcharme, tengo invitados en casa y se me está haciendo tarde. Dame tu teléfono y nos vemos otro día con más calma". Le di un número falso, pues dada mi situación, pendiente de mi salida clandestina de España, no era prudente establecer ninguna relación.
-Espérame un minuto -me dijo antes de marcharse.
Se perdió en el fondo del salón y volvió con una muchacha preciosa, a la que llamó Isabel. Sin presentármela siquiera, le dio un billete de quinientas pesetas y le dijo: "Toma, para que pases la noche con este amigo".
Era una muchacha delgada y morena, con ojos azules y tan excesivamente joven que en su rostro no había ni la más leve huella de su profesión. Me es muy difícil describir ahora cómo pasé aquel momento, pero lo cierto es que cuando me quedé a solas con aquella mujer hubiera deseado que me tragase la tierra. No sabía cómo comportarme. Ella me dijo con tono indiferente: "Bueno, vámonos". Y yo, confuso y con voz entrecortada, le pregunté: "¿Adónde?". "Pues... al hotel".
-Pero así, ¿sin apenas conocernos? Me gustaría pasear un poco, saber algo más de nosotros...
Era un lenguaje inusual para una prostituta y me miró sorprendida. Y al ver que yo no acertaba a hablar, que me temblaba el cigarrillo en la mano mientras fumaba nervioso, pensó que estaba borracho y me devolvió el dinero. Yo, en lugar de retirar el billete, tomé con mis dos manos la suya: "No, no, si yo quiero ir contigo, me gustas y lo deseo, pero es que para mí todo esto es muy difícil...".
Y balbuceando las palabras, tartamudeando, le conté que acababa de salir de la prisión, que era un preso político, que me habían tenido veintitrés años fuera de la vida, que nunca había estado con una mujer...
Entonces, aquella muchacha, un poco extrañada, dulcificó su rostro, sus ojos me miraron de pronto con afecto, o con piedad, no sé, y me dio una lección de humanidad, con una ternura y comprensión inesperadas.
-Bueno, mira, yo creí que estabas borracho. Ahora cambia todo, y voy a perder hoy contigo unos cuantos servicios esta noche.
Me invitó a cenar, creo que fue en la Torre de Madrid o en un edificio alto de la plaza de España, y viví, entre temblores, las escenas más hermosas e increíbles. Después de cenar seguimos un rato charlando hasta que ella me dijo: "¿Nos vamos ya al hotel?". El problema para mí seguía siendo el mismo; era como cruzar un río desconocido, sin saber nadar, lleno aún de inseguridades. Pero ella, riéndose, me decía: "No te hagas problemas, tú no tienes que preocuparte de nada, lo voy a hacer yo todo".
Y nos fuimos al hotel, donde ella vivía en una habitación alquilada. Todo resultó más fácil de lo que yo temía. El mérito fue de ella. Superé mis inhibiciones, y aquella muchacha, con la mayor sensibilidad y ternura, consiguió que, por primera vez, conociera el amor en una noche inesperada. Después, en vez de dar "la sesión" por terminada, me pidió que me quedase a dormir con ella. Lo dudé un poco: la preocupación de la familia si no volvía a casa, los policías si notaban mi ausencia... Pero era muy difícil renunciar, me quedé y seguimos charlando hasta altas horas de la madrugada.
Por la mañana me despertó con un beso. Traía una bandeja en sus manos. Había bajado a la calle a por churros y chocolate, se sentó en el borde de la cama y desayunamos juntos. Al despedirnos la estreché con la mayor ternura entre mis brazos, con el corazón en la garganta, sabiendo que no la iba a ver nunca más.
Al llegar a casa encontré a mi hermano disgustado por no haberles avisado de que iba a pasar la noche fuera. Mi cuñada, Lola, que había tomado mi chaqueta para cepillarla, sacó de uno de los bolsillos un papel liado como un cigarrillo y me preguntó: "¿Qué tienes aquí, Fernando?".
Un majestuoso ramo de flores
Tomé el papel, en el que venía enrollado el billete que le dio mi amigo y una pequeña nota que decía: "Para que vuelvas esta noche". Al leer aquellas palabras, que me parecía oírlas de su propia voz, volvió a mí la fuerza de la sangre y, estremecido por el deseo, me eché a la calle sin quedarme a comer, aun sabiendo que el local no lo abrirían hasta las ocho o nueve de la noche. Estaba exaltado, nervioso, deseando vivir un nuevo encuentro.
Pero mientras paseaba esperando una hora prudencial para ir al cabaret, me asaltó un pensamiento molesto, que fue tomando cuerpo y que me llenó de confusión y contrariedad: la idea de que iba a romper el encanto de mi primera noche con Isabel. Que al volver y "comprar su cuerpo" con aquel dinero, que además era suyo, sería como tomar conciencia de que era una prostituta y que yo la iba a prostituir aún más, como un cliente cualquiera, y a ensuciar y hacer trizas un hermoso recuerdo que quería y debía conservar con toda su pureza y su ternura.
Pero otra vez me abrasaba el deseo y mi imaginación se encendía recordando la noche que pasamos juntos. Y cuando estaba dudando con esos pensamientos enfrentados pasé por delante de una floristería y casi sin pensarlo, con un impulso instintivo, entré y le dije a la vendedora: "Póngame quinientas pesetas de flores".
La mujer me miró sorprendida: "¿Quinientas pesetas?".
-Sí, sí, quinientas pesetas, escójame las mejores flores.
Empezamos a elegir y formamos un ramo majestuoso, donde se mezclaban las orquídeas con las magnolias y las rosas.
Me parecía inadecuado, ridículo sobre todo, llevárselo al cabaret donde ella trabajaba y ofrecérselo en aquel ambiente. Tomé un taxi, me dirigí al hotel donde pasamos la noche, en la calle Echegaray, y dejé en la recepción el ramo de flores y una sencilla nota que decía: 

"Para Isabel, mi primer amor".
Del libro: Decidme como es un árbol

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lunes, 12 de junio de 2023

Gioconda Belli



Y Dios me Hizo Mujer


Y Dios me hizo mujer,
de pelo largo,
ojos,
nariz y boca de mujer.
Con curvas
y pliegues
y suaves hondonadas
y me cavó por dentro,
me hizo un taller de seres humanos.
Tejió delicadamente mis nervios
y balanceó con cuidado
el número de mis hormonas.
Compuso mi sangre
y me inyectó con ella
para que irrigara
todo mi cuerpo;
nacieron así las ideas,
los sueños,
el instinto.
Todo lo que creó suavemente
a martillazos de soplidos
y taladrazos de amor,
las mil y una cosas que me hacen mujer todos los días
por las que me levanto orgullosa
todas las mañanas
y bendigo mi sexo.

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domingo, 11 de junio de 2023

Blanca Langa

.



ESCRIBO PORQUE SÉ QUE MIS PALABRAS


volarán una tarde hasta tus ojos
como palomas de humo,
herirán
con sus alas calientes tu mirada.
Escribo porque sé que alguna tarde
en el hueco de lluvia de tus manos
caerán las palabras que hoy anudo
y que enhebro pensando sólo en ti.
Escribo porque sé que a tu mirada
volarán las palomas de mis versos
y anclarán en la arena de tus manos.
El latido del mar hasta la playa
de tus ojos marinos distantes
acercará mi voz y las palabras
que hoy escribo pensando sólo en ti.

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Estela Voscoboinik



Lluvia

Continuas gotas florecidas
mojan la gracia de un arco iris
embriagado de colores dormidos;
anidan su perfume
en la monotonía de pasos tranquilos.
Empaña de cielo,
un revoloteo intermitente
el son de un inmutable aguacero.
Continuas gotas florecidas
mojan la gracia de un arco iris
embriagado de colores dormidos;
resguardan la silueta,
paraguas de sueños,
en el umbral estilizado
de un camino certero.
Fluyen los anhelos,
en el verdor aromado,
bajo el cristal seguro del encuentro.


Derechos reservados.

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sábado, 10 de junio de 2023

Jorge Luis Borges



"Es el amor. Tendré que ocultarme o huir.
Crecen los muros de su cárcel, como en un sueño atroz.
La hermosa máscara ha cambiado,
pero como siempre es la única.
¿ De qué me servirán mis talismanes:
el ejercicio de las letras,
la vaga erudición
el aprendizaje de las palabras que usó el áspero Norte
para cantar sus mares y sus espadas,
la serena amistad,
las galería de las bibliotecas
las cosas comunes,
los hábitos
el joven amor de mi madre,
la sombra militar de mis muertos,
la noche intemporal,
el sabor del sueño?
Estar contigo o no estar contigo,
es la medida de mi tiempo.
Ya el cántaro se quiebra sobre la fuente,
ya el hombre se levanta a la voz del ave,
ya se han oscurecido los que miran por la ventana,
pero la sombra no ha traído la paz.
Es ya lo se, el amor:
la ansiedad y el alivio de oír tu voz,
la espera y la memoria
el horror de vivir en lo sucesivo.
Es el amor con sus mitologías,
con su pequeñas magias inútiles.
Hay una esquina por la que no me atrevo a pasar.
Ya los ejércitos que cercan, las hordas.
(Esta habitación es irreal; ella no la ha visto)
El nombre de una mujer me delata.
Me duele una mujer en todo el cuerpo."
El amenazado

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Jose Antonio Antón Pacheco



Un solo libro
Un solo Libro, un solo Argumento y una sutura invisible que entreteje los significados.
Y no sólo el mundo es un lenguaje que se nos dona para su interpretación -palacio del que tenemos que saber cuál es la llave que nos da acceso-, sino también un único y mismo argumento.
Y el mismo argumento que se repite en todas las lecturas, interpreta el enigma.Y cada fragmento es la respuesta a la voz secreta que convoca.
Pues entretejen un solo libro, suturan un único poema, proclaman un mismo argumento:
el hablar concreto, de persona a persona, con el que Swedenborg figura el mundo;
la plenitud del lenguaje como plenitud de la conciencia, perpetuo ejemplo de Juan Ramón;
los descubrimientos de Saint John Perse, nuevo adán que nombra, conductor de caravanas por desiertos innominados;
Bécquer, discurso de sombras;
y Henri Corbin, abriendo continuamente el Libro por donde descienden y ascienden -cual escala de Jacob- símbolos;
y brota en el instante la palabra, y un testigo: Louis Massignon;
tienen cada uno de ellos algo que proclamar: Mircea Eliade, el bosque y la noche;
el pozo proclama el desierto, ávido de agua que empape el silencio y de alfaguara que convierta la arena en escritura feraz;
Borges, resumiendo; y D`Ors, a modo de rúbrica, y tantos otros, y tantas páginas.
Y es que la escritura es la corona de los significados. Escritura es el dibujo del vuelo del alcatraz, igual que el rasgo de la glosa. Pues de glosa hay abundamiento:Fray Luis glosa a Job (por ejemplo), de la misma manera que el alcatraz traza su glosa en el cielo, y de la misma manera que la serpiente escribe su sierpe en el desierto (o como Confucio comenta el Libro de las Odas).
Y porque se oye un rumor en la zarza, Filón reescribe la historia de los emigrantes y de los zahoríes.

********************

Begoña Abad



Toma las llaves de mi casa
y ve a descansar en ella.
Yo no estaré
pero me basta saberte
entre sus cuatro paredes
a mi cuidado.
En el silencio de cada día
he dejado miles de mensajes para ti
que podrían arrullarte
mientras llega el sueño.
Ahí sí, ahí sí quiero estar contigo.
Mi casa es un trozo de mi piel ahora.

********************

Alejandra Pizarnik




SOLAMENTE


"Ya comprendo la verdad
estalla en mis deseos
y en mis desdichas
en mis desencuentros
en mis desequilibrios
en mis delirios
ya comprendo la verdad
ahora
a buscar la vida".

***********************

Sandy Garcia



El umbral
Latido del corazón
que por las noches me despiertas
a la rabia, a la insensatez,
para preguntarme
por qué mañana
será diferente.
Respiración agitada, profunda,
que duele,
trastornando
mis sentimientos,
mi sueño,
cuestionando incesantemente.
Pestañas que palpitan,
permanecen fijas
buscando verdades.
-Sombras-

*********************

Oscar Wilde

 


Mi voz
En este mundo inquieto, moderno, apresurado,
tomamos todo aquello que nuestro corazón deseaba -tú y yo,
y ahora las velas blancas de nuestro barco están arriadas
y agotada la carga del navío.
Por ello, prematuras, empalidecen mis mejillas,
pues el llorar es mi contento huido
y el dolor ha apagado el rosa de mi boca
y la ruina corre las cortinas de mi lecho.
Pero toda esta vida atiborrada ha sido para ti
solamente una lira, un laúd, el encanto sutil
del violoncello, la música del mar
que duerme, mímico eco, en su concha marina.



Versión de E. Caracciolo Trejo
Edición de Libros Río Nuevo 2001

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viernes, 9 de junio de 2023

Pedro Javier Martín Pedrós.

 



A  Andrew, un amigo ingles

Recuerdo una tarde de primavera,
un año cualquiera,
estabas sentado en un banco
de la Plaza de las Monjas.
Tu mirada,
me ofreció tomar el sol juntos.
Me atreví a romper la longitud del
silencio. Como pude,
atravesé el espacio del lenguaje
y nos visitó el aroma
de la acogida mutua.

Del libro: Trozos de vida.

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Eugenio Montejo



Regreso

Un instante la silla ha regresado
a su lejano árbol
con sus verdes tatuajes ya secos.
Sus pájaros están dispersos, muertos,
y la manada del rugoso cuero
yace plegada bajo las tachuelas.
Ya no hay más que silencio nivelado
bajo la sombra de un follaje extinto
donde se curte todo su misterio.
Fiel a sus tablas, sólo da reposo,
cuando en tardes la hemos recostado
a la pared, ahogando una memoria
de días que crecieron como un árbol
y la vida tronchó por cosa muerta,
claveteada con viejos pensamientos.

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Fracisco Muñoz Soler.



(Mi vacío
lleno de aburrimiento,
necedad y abismo,
no lo llenaría ni todas
las aguas de la mar.)


Del libro: De la incierta superficie.

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Kepa Murua

 


HACIA LA NADA


Si alguna vez te sorprende el dolor
y te ataca por la espalda,
tirándote al suelo
y llevándote lejos, más lejos
de lo que te llevó la muerte
de las cosas bellas, no te rindas.
Levántate de nuevo y anda.
Anda con los ojos y camina
con las manos, sólo así verás
lo maravilloso que es respirar
con lo poco que tienes alrededor.
Si alguna vez te sorprende el amor
y te muerde el labio con palabras
de ensueño, arrastrándote con su lengua
a paisajes jamás imaginados
y pisados por el hombre, no te fíes.
Mira atrás y mira delante
y camina con los ojos cerrados
entre los escombros del engaño,
sabrás así que el destino te ha colocado
en un abismo que es fruto de esa pasión
que aún desconoces.
Si alguna vez te sorprende la vida
con un golpe certero que te da de frente
dejándote herido para siempre,
no pienses que eres el único.
Otros fueron calcinados en su propia suerte.
Pero no te aflijas ni te quedes quieto.
Arráncate el pecho, mira dónde duele
y por qué ha sido. Mira dónde vive la tristeza
que descubre el cielo, muy dentro.
Sólo así te salvarás de la nada.
Esta vez has sido tú el elegido.


(del libro 'No es nada')

********************

MaLena Ezcurra



desperté llorando tenía clavado
el dolor del sueño
en el sueño habitaba una casa
con largos pasillos de cristal
de cada rincón colgaban telas
pintadas con ciruelos blancos
las paredes anidaban aves marinas
despedían un terrible olor a miel
era verano
pero ya no podía poner
peces rojos sobre mis senos
ni llenarme la boca de flores
no ardían mis ojos
en esa soledad apenas soportable
supe nuevamente supe
que fuiste el único hombre que amé
a pesar de la ausencia
no había noche que no quisiera
atrapar el azul
dormir con tus manos sosteniendo los pájaros
que cantaban boleros al escucharme
con tu nombre en la boca.

***************************

Fernando Beltrán,



Mi madre me enseñó a hacer trampas.
Trampas para perder.
Ganar era tan fácil que lloraba por la noche
y no podía conciliar el sueño.
Cogidos de la mano me calmaba
relatándome historias que sucedieron luego.
La culpa fue mía,
madre me preguntaba
si las quería reales o inventadas
y yo pedía siempre que le hubieran
sucedido a ella.
Y casi sin quererlo
una noche mi madre inventó la realidad.

*******************

jueves, 8 de junio de 2023

Eduardo Galeano



Pobrezas


Pobres,
lo que se dice pobres,
son los que no tienen tiempo para perder el tiempo.
Pobres,
lo que se dice pobres,
son los que no tienen silencio ni pueden comprarlo.
Pobres,
lo que se dice pobres,
son los que tienen piernas que se han olvidado de caminar,
como las alas de las gallinas se han olvidado de volar.
Pobres,
lo que se dice pobres,
son los que comen basura y pagan por ella como si fuese comida.
Pobres,
lo que se dice pobres,
son los que tienen el derecho de respirar mierda,
como si fuera aire, sin pagar nada por ella.
Pobres,
lo que se dice pobres
son los que no tienen más libertad de elegir entre uno y otro canal de televisión.
Pobres,
lo que se dice pobres,
son los que viven dramas pasionales con las máquinas.
Pobres,
lo que se dice pobres,
son los que son siempre muchos y están siempre solos.
Pobres,
lo que se dice pobres,
son los que no saben que son pobres.

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BELÉN REYES



Me levanto del nicho de mi cama.
Me suelto los versos por la espalda.
Inyecto en mis venas tu mirada.
Y descoso del pecho las puntadas
Que a la luz de tu ausencia me hilvanaba.
Y me pongo a vivir cuando me llamas... 

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martes, 6 de junio de 2023

William Carlos Williams



PARA DESPERTAR A UN ANCIANO




La vejez es
un vuelo de pequeños
pájaros chillones
que rozan
árboles desnudos
sobre un cristal de nieve.
Avanzan y retroceden
abofeteados
por un viento oscuro
¿Y qué?
Sobre ásperos tallos
se posó la bandada,
la nieve
se cubrió de cáscaras
de semillas rotas
y un agudo
rumor de plenitud
templó el viento.

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Teresa Torres



GLADIADOR DE MIS DESIERTOS



Quiero que atravieses todas las tierras,
gladiador de mis desiertos,
que mantengas sobre mi vientre
-como siempre-
todas las lluvias.
Que todos los días con tu boca,
declames un zarpazo certero,
desenterrando las causas que me cautivan,
las que subyacen azules
en los delirios oscuros de mi lengua.

lunes, 5 de junio de 2023

Eva García Madueño



Es en la memoria del agua
donde encuentro todas las respuestas.
Allí donde habita la luz
y el color se diluye
-despacio- entre las ondas.

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