CORRIENDO BAJO LA LUNA
el sonido
de la respiración,
el ritmo de unas zapatillas
sobre el asfalto.
Lo demás es silencio.
Luna llena
que haces correr mi sombra
por campos solitarios .
Dime luna ¿Quién te sostiene?
¿Quién te mantiene entre aire y ausencias?
Noche de Luna
y oscuridad tranquila
como si ya la vida fuera eterna.
Y mi carne caerá sobre esta tierra
y la lluvia me lavará la cara,
porque aquí están los sentimientos,
las emociones, la vida y la muerte.
Porque los recuerdos
dormirán aquí, contigo,
en la tierra fértil, morada de raíces,
cimientos de nueva vida.
Nueva vida que crecerá contigo,
tu nueva vida que crecerá conmigo,
otras nuevas primaveras te verán
y nuevas lunas iluminarán tu alma.
Tus ramas me darán la sombra,
el sosiego que mi cuerpo necesita,
y el viento me traerá aromas, caricias
y colores..., de otra vida.
Hasta siempre...
Y tú me dices
que tienes los pechos vencidos de esperarme,
que te duelen los ojos de tenerlos vacíos de mi cuerpo,
que has perdido hasta el tacto de tus manos
de palpar esta ausencia por el aire,
que olvidas el tamaño caliente de mi boca.
Aquellos dedos tuyos...
Aquellos dedos tuyos,
dormidos como en lana,
urdían la caricia y sus efectos.
¡Tocar era tan fácil
y tanto me abrigaba
desnudar esos dedos
para tejer muñecos temporales!
Ahora tejo tu sombra,
que no es poco tejer cuando se ha amado.
Si alguien llama a tu puerta,
amiga mía,
y algo en tu sangre late y no reposa
y en su tallo de agua, temblorosa,
la fuente es una líquida armonía.
Si alguien llama a tu puerta y todavía
te sobra tiempo para ser hermosa
y cabe todo abril en una rosa
y por la rosa se desangra el día.
Si alguien llama a tu puerta una mañana
sonora de palomas y campanas
y aún crees en el dolor y en la poesía.
Si aún la vida es verdad y el verso existe.
Si alguien llama a tu puerta y estás triste,
abre, que es el amor, amiga mía.
Entre perro y lobo
Me clausuran en mí.
Me dividen en dos.
Me engendran cada día en la paciencia
y en un negro organismo que ruge como el mar.
Me recortan después con las tijeras de la pesadilla
y caigo en este mundo con media sangre vuelta a cada lado:
una cara labrada desde el fondo por los colmillos de la
furia a solas,
y otra que se disuelve entre la niebla de las grandes manadas.
No consigo saber quién es el amo aquí.
Cambio bajo mi piel de perro a lobo.
Yo decreto la peste y atravieso con mis flancos en llamas
las planicies del porvenir y del pasado;
yo me tiendo a roer los huesecitos de tantos sueños
muertos entre celestes pastizales.
Mi reino está en mi sombra y va conmigo dondequiera que vaya,
o se desploma en ruinas con las puertas abiertas a la
invasión del enemigo.
Cada noche desgarro a dentelladas todo lazo ceñido al corazón,
y cada amanecer me encuentra con mi jaula de obediencia en el lomo.
Si devoro a mi dios uso su rostro debajo de mi máscara,
y sin embargo sólo bebo en el abrevadero de los hombres
un aterciopelado veneno de piedad que raspa en las entrañas.
He labrado el torneo en las dos tramas de la tapicería:
he ganado mi cetro de bestia en la intemperie,
y he otorgado también jirones de mansedumbre por trofeo.
Pero ¿quién vence en mí?
¿Quién defiende de mi bastión solitario en el desierto, la sábana del sueño?
¿Y quién roe mis labios, despacito y a oscuras, desde mis propios dientes?
Los juegos peligrosos
Ed Losada
Yo también temo al oscuro grito,
desespero de milagros
muero en pequeños trozos
Hay veces que solo caigo en un pozo
donde la nostalgia devora mis sueños
Y sin embargo aquí estoy
secando tus lágrimas en el mas blando de tus pañuelos
besándote el alma
queriédote en el mas dulce de mis desvelos
en el mas gris y frágil de mis dias...
Paola Ferrari
Tan cerca...
POEMA
Nuestro amor no está en nuestros respectivos
y castos genitales, nuestro amor
tampoco en nuestra boca, ni en las manos:
todo nuestro amor guárdase con palpito
bajo la sangre pura de los ojos.
Mi amor, tu amor esperan que la muerte
se robe los huesos, el diente y la uña,
esperan que en el valle solamente
tus ojos y mis ojos queden juntos,
mirándose ya fuera de sus órbitas,
más bien como dos astros, como uno.
Tras el roce de nieve,
llegará el deshielo,
Lo imperturbable del albor.
Se acerca ya
-por detrás de ti-
El amor no necesita motivos
se escribe con la luz.
No hay descripción de la foto disponible.
Fin del ciclo
Las hojas caídas obstruyen el camino.
Imagino que soy el que no soy.
Aquí me estoy muy quieto.
Procuro no moverme
y ocupar el mínimo espacio.
Como si ya no estuviese allí.
El silencio es el original,
las palabras son la copia.
Versión de Carlos Vitale
Poeta uruguaya nacida en
Montevideo en 1920.
Además de poeta, fue crítica literaria, traductora,
compositora y educadora.
En 1985, tras la dictadura, obtuvo la Cátedra de Literatura Uruguaya en la
Facultad de Humanidades y Ciencias
de la Educación de la Universidad de la República.
De sus traducciones sobresalen los trabajos realizados sobre Shakespeare,
reconocidos ampliamente por la crítica.
Su personalidad y sus convicciones la llevaron durante muchos años a
rechazar cualquier tipo de promoción de su
nombre y de su obra. A pesar de ello, obtuvo varios premios internacionales
y ha sido traducida a otros idiomas.
Sus poemas, dotados de gran
musicalidad, se agruparon en títulos como «La suplicante», «Poemas de amor»,
«Nocturnos» y «Poesía».
Falleció en Montevideo en abril de 2009. ©
El amor
Un pájaro me canta
y yo le canto
me gorgojea al oído
y le gorgojeo
me hiere y yo le sangro
me destroza
lo quiebro
me deshace
lo
rompo
me ayuda lo
levanto
lleno todo de paz
todo de guerra
todo de odio de amor
y desatado
gime su voz y gimo
ríe y río
y
me mira y lo miro
me dice y yo le digo
y me ama y lo amo
- no se
trata de amor
damos la vida-
y me pide y le pido
y me vence y lo
venzo
y me acaba y lo acabo.
poesía en tiempo de hambre
hambre en tiempo de poesía
poesía en lugar del hombre
pronombre en lugar del nombre
hombre en lugar de poesía
nombre en lugar del pronombre
poesía de dar el nombre
nombrar es dar el nombre
nombro al nombre
nombro al hombre
en el medio el hambre
nombro el hambre