Para qué la poesía
Pablo Mora
Para unir lo posible con lo imposible
“La
poesía y su fruto, el poema, están indisolublemente unidos a la
natural inconformidad humana. Mientras la filosofía requiere
principios, argumentación lógica, verdad develada y desocultada; la
poesía sugiere y, desde la intuición, une lo posible con lo imposible;
lo real y lo irreal; los sueños y la vigilia.
El
lenguaje poético se resiste a las normas de cualquier tipo. En su
ímpetu deplora el sentido común... Su mayor cualidad reside en ser el
centro mismo de la claridad y las aspiraciones del hombre, de su abismo y
de sus sueños más altos. El ser de la palabra poética no se acomoda a
las cosas que pueblan la superficie... Cuando el poeta necesita nuevos
referentes, cuando el lenguaje le parece inadecuado o impropio para
decir y decirse, penetra en la búsqueda azarosa de nuevas palabras. Esta
búsqueda insaciable de riesgo, de sufrir condena, desde Prometeo, ha
impulsado al poeta a su más formidable manifestación: el poema; el poeta
se ha liberado. La más esplendorosa autonomía de lo humano reside
allí, en la creación. El jamás será esclavo de la palabra. Lengua y
lenguaje lo han humanizado. Es por la palabra que el hombre toma
conciencia de su libertad. En la comunión con otros la palabra es el
vino y por eso los hombres se purifican bebiendo y hablando.
Vivencias,
sentimientos no constituyen aisladamente la gestación y culminación
del poema. A lo sumo, podríamos reconocer en ellos un átomo germinal de
poesía, que de no fundirse con la vida misma no podríamos alcanzar la
explosión poética... Cuando la vivencia, la intuición u otra categoría
personal se hace LENGUAJE, sólo en ese caso, adviene el POEMA. Nace el
poema... El poema dice lo que dice. La poesía no es explicación de las
cosas ni ella misma necesita explicación. El misterio del poema se
resuelve en su transparencia.” (Ibar Varas).