lunes, 30 de noviembre de 2020

Mar Blanco



Pon tus pies sobre los míos
- me dices-
Caminar sin someterse
Juntar exilios
al vientre de la tierra.
Alzarse sobre la piel de alambradas
-con derrotas que no insisten–
Trashumantes,
hacia una nueva patria.
Mis pies sobre los tuyos,
y haces
que reciba el mundo confiada.

© María Luisa Domínguez Borrallo.

 



TIEMPO DE LA CENIZA

¿No ves que la noche tiembla
y que la luna te sigue esperando?
Refúgiate en la ceniza,
quien aviva el fuego
siempre termina quemándose.
Evita preguntar a la tristeza,
no la mires a los ojos,
no comas de su mano.
Rompe las voces del espejo,
no dejes que sigan tu rastro.
La ubicación exacta de tus lugares
permanece oculta bajo el abrigo,
difícilmente, podrán encontrarte.
No hables a nadie de tus heridas,
mantenlas ocultas y tú a salvo,
que el canto de las alondras
consiga la distancia de los cuervos.
La última droga aún te llama,
sigues sintiendo sus dedos sobre la cintura,
su lengua en tu oído, su boca en la tuya
y el peso de su cuerpo sobre tu cuerpo.
Apaga las ascuas y cubre tu cuerpo de ceniza.
¿No ves que la noche tiembla
y que la luna te sigue esperando?
La temperatura de los besos,
no han perdido calor aunque las estrellas tiriten
sobre el frío de este noviembre que se nos va.
Apaga la memoria que se enciende
para iluminar los rincones del fervor.
Fabrica una trampa:
cubre de escarcha el cráter del volcán,
y si sabes, reza,
reza para que nadie sepa de su lava.
Libérate,
escribe de forma apacible tus últimos poemas,
que no te tiemble el pulso,
mira hacia atrás y escribe,
escribe, sobre lo que ya no volverás a vivir nunca.

SARA ZAPATA

 




LA SUERTE Y SUS CAPRICHOS

Porque hay días con suerte
hoy encontraste las llaves
en la inmensidad de tu bolso 
y pudiste escapar a tiempo 
del vecino del quinto,
además, al llegar a Blasco de Garay,
un milagroso hueco te esperaba 
y pudiste aparcar a la primera. 
No sólo eso,
en el mostrador, 
un suculento pincho de tortilla,
el último,
esperaba tu bocado 
de lunes hambriento.
No hubo atasco de vuelta
y al encender la tele, 
tu película preferida,
sin cortes publicitarios,
te daba la bienvenida al hogar.
Resumiendo,
se puede decir que tuviste 
un día de suerte.
Acuérdate de él mañana
cuando nada de esto
ocurra.

domingo, 29 de noviembre de 2020

Aurelio González Ovies



Soy el desesperado, la palabra sin ecos,
el que lo perdió todo y el que todo lo tuvo.
PABLO NERUDA



Mi voz es el paisaje
que va echando de menos
las cosas que he perdido.
He nacido en un pueblo
y en el anonimato.
Mi vida se resume en aquel calendario
de números granates
donde mi madre iba
apuntando los partos de las vacas
y visitas al médico.
Fui más feliz que pobre
porque quien no conoce la abundancia
valora las minucias y los pájaros.
Desde niño la hora de las gaviotas
viene siendo mi reino
y el mar un no sé qué
-eternidad dios alma-
donde muero un momento cada día.
Así me veo ahora
cuando ya las gaviotas no conocen mi nombre
y la higuera envejece sobre la sed del pozo.
Mi casa, mis amigos, los míos, los de nadie.
¡Qué pronto somos soledad!
(La hora de las gaviotas)

Patricia Benito



La letra pequeña


Hace un par de cambios de vida
descubrí que estar donde quieres
es mucho más divertido
que estar donde no quieres,
que decir lo que sientes
es bastante más placentero
que no hacerlo,
y que abrazar cuando te apetece
es infinitamente más bonito
que cuando te obligan.
Y con todo esto
y sus viceversas
aprendí a no darle vueltas
a las cosas que marean,
aprendí a no hacer nada
que tenga que explicar
y a no querer nada
que tenga que pedir.
Aprendí que
cuando quieres estar cerca
no estás lejos,
sin más.
Da igual lo que diga
la letra pequeña del cuento.

sábado, 28 de noviembre de 2020

José Agustín Goytisolo



Contemplar las palabras
sobre el papel escritas,
medirlas, sopesar
su cuerpo en el conjunto
del poema, y después,
igual que un artesano,
separarse a mirar
cómo la luz emerge
de la sutil textura.
Así es el viejo oficio
del poeta, que comienza
en la idea, en el soplo
sobre el polvo infinito
de la memoria, sobre
la experiencia vivida,
la historia, los deseos,
las pasiones del hombre.
La materia del canto
nos lo ha ofrecido el pueblo
con su voz. Devolvamos
las palabras reunidas
a su auténtico dueño.

Rosa Veiga Medero

 







El niño esta pidiendo en medio de la plaza,
tiene la pena en sus ojos y en sus pies la soledad descalza.
Sobre su cuerpo las vestiduras de la delgadez asustada.
Tres caballeros le miran desde el el salón de la abundancia.
Sigue pidiendo el niño, con el hambre aprendida, 
mientras en su alma busca el refugio de su infancia, 
donde habitan los recuerdos de sus padres y de su casa.
Con el desprecio asumido,

ante el niño pasan de largo 
los señores de la abundancia como dioses o divinos.
Con la inocencia vestida el niño los
mira mira, pues no sabe que estos son
los ángeles de la muerte y
la mentira.

Andrés Neuman

 


Aquellos dedos tuyos...
Aquellos dedos tuyos,
dormidos como en lana,
urdían la caricia y sus efectos.
¡Tocar era tan fácil
y tanto me abrigaba
desnudar esos dedos
para tejer muñecos temporales!
Ahora tejo tu sombra,
que no es poco tejer cuando se ha amado.
No hay texto alternativo automático disponible.

viernes, 27 de noviembre de 2020

Beatriz Alicia García








AUTORRETRATO EN TONOS GRISES


A veces hablo sola,
es decir, conmigo misma.
Los solitarios
tenemos esas mañas,
esos hábitos raros.
A veces, también, grito,
porque no me oyen,
o no me oigo.
Suelo encerrarme
a repetir femeninos rituales
ancestrales
-limpiar la casa, ponerme bella-.
no soy bruja, pero parece
que doy miedo,
soy diestra con la escoba y los cacharos,
sí.
También soy diestra
en decir verdades
en los momentos más inoportunos,
y en perder objetos y personas.
Ya no río mucho, ni lloro
tampoco, en exceso.
Cada vez soy más dada
a la soledad
y a defender mis convicciones
y desvaríos.
(¡Qué broma!).
Finalmente,
no saldré viva de esta historia,
no volveré a tener 20 años,
no volveré a vivir
cada minuto que pasa,
nunca más.
Entonces, ¿para qué complacer a extraños?
Mi efímera belleza aún me conmueve,
mis tontos deseos de amar
y ser amada.


Extraído de su blog: BITÁCORA PARA LUGARES REENCONTRADOS

Carmen Ariza



He sentido enredarse
tu deseo en la orilla de mi vientre
esparcido y vencido
al olor de tu mar,
y húmedas las sabanas
anudan mis tobillos a tu cintura
que mecen la marea
de olas con sabor a deseo y sal,
entreabiertos los labios
esperando tu hambre y tu sed
de beber y comer de mi sexo y mis pechos
los océanos infinitos del placer que juntos inventamos
para renacer...
humedeces cada rincón del desierto
de esta playa deshabitada
sin límites, ni fronteras
ancho
como ancho es el mar de todo aquello
que al amanecer soñamos...
penetra por cada orificio de esta playa desierta
que sin ti vive muerta,
y desata tu furia desde dentro hacia fuera
como las olas furiosas
que contra la rocas se estrellan,
renuévame las ganas y la vida..
adéntrate infinito, sacudiéndome, inundándome
cubriéndome,
hasta ahogarme con furia
en el delirio animal de tus besos
nuestro mar, la risa y el goce de ser uno
en la suma de dos almas gozosas de amar
y
pompas de espuma blanca
se derraman
mientras
yo,
me pongo de nuevo
a temblar.

jueves, 26 de noviembre de 2020

Ana Pérez Cañamares



Me arranco las bragas
negras de la tristeza.
Las dejo al pie de la cama
como un perro roto.
Ya se compondrá después
cuando haya que disfrazarse
para la alegría o la nada.
(De Economía de guerra)

© Germán Terrón Fuentes


Amargo,
mi verso es llanto,
mi voz exceso de humo
y oscuro mi cielo.
Mi vida es simple,
pero a dentelladas busco otro mundo en mis sueños,
esperando el deshielo en los corazones del hombre.
Esperando siempre de día, que la tarde se desmaye
y regrese la noche para volver a soñar.
Es que la realidad me duele
y estoy triste,
porque te he visto llorar.
Me duele el silencio,
me duele la cochambre del poder
y me duele la muerte tan fría
que produce el hambre,
la miseria y la soledad.

Lu Sesma



Hoy las palabras
se escapan de mi mente
bajan hasta el estómago
y las digiero con sangre y hiel.
Hoy las palabras
pesan como una losa
cada letra me hiere por dentro
los huesos, la carne y el corazón.
Hoy las palabras
no me salen por la boca
se enredan entre los dientes
y escupo arena y sal.
Hoy las palabras
han buscado otros oídos
oídos lejanos en un horizonte
blanco y gris.

miércoles, 25 de noviembre de 2020

Monica Galindo.



Parece que nunca más existirá el frío:
me he plantado en la inmensidad grisácea
y he vuelto a respirar mi antigua esencia hogareña.
Me he traído conmigo algunas trazas del sol:
el paisaje se siente bienvenido a mi presencia,
las anchas hierbas dejan espacio a mis palabras,
y un extraño resquicio azul se destapa ante mi vista.
No hay más temblores ni chasquido dentales;
las letras húmedas se hacen quemar
y me arropan calentándome bajo el cielo encapotado. 

Gema Palacios.

 




Poética

Vivir y escribir reunidos en un solo verbo.

 

 

 

Lo desvanecido

Entra por una grieta no pronosticada

y cava el hueso en mi párpado.

Date prisa.

Toda la noche trazo siluetas de amanecer.

Pedro Javier Martín Pedrós





Soy gota de agua que busca una simple

excusa para nacer en tu mejilla.
Voy viajando con tus alegrías y angustias,
con regusto. Este rato, esta noche
me siento
mano abierta,
trozo de pan,
copa de vino.
Estoy aquí, compartiendo todo, absolutamente todo
lo que estas sintiendo en este instante.
Es nuestro instante.
Sensación mágica,
duerme,
estoy aquí, ahí,
en el infinito.
Duerme, dormimos
¿sabes? ¡te quiero!


De: Travesía Interminable





martes, 24 de noviembre de 2020

Octavio Paz



Dos cuerpos frente a frente
son a veces dos olas
y la noche es océano.
Dos cuerpos frente a frente
son a veces dos piedras
y la noche desierto.
Dos cuerpos frente a frente
son a veces raíces
en la noche enlazadas.
Dos cuerpos frente a frente
son a veces navajas
y la noche relámpago.
Dos cuerpos frente a frente
son dos astros que caen
en un cielo vacío.

Margaret Atwood



POEMA NOCTURNO


No hay nada que temer,
es sólo el viento
que ahora sopla hacia el este, es sólo
tu padre..........el trueno
tu madre..........la lluvia
En este país de agua
con su luna ocre y húmeda como un champiñón,
sus muñones ahogados y sus pájaros largos
que nadan, donde crece el musgo
por todo el tronco de los árboles
y tu sombra no es tu sombra
sino un reflejo,
tus padres verdaderos desaparecen
al bajar la cortina
y quedamos los otros,
los sumergidos del lago
con nuestras cabezas de
oscuridad
de pie ahora y en silencio junto a tu cama...
Venimos a arroparte
con lana roja,
con nuestras lágrimas y susurros distantes.
Te meces en los brazos de la lluvia,
el arca fría de tu sueño,
mientras aguardamos, tu padre
y madre nocturnos,
con las manos heladas y una linterna muerta,
sabiendo que somos solamente
las sombras vacilantes que proyecta
una vela, en este eco
que oirás veinte años más tarde.

lunes, 23 de noviembre de 2020

Nicanor Parra



CAMBIOS DE NOMBRE


A los amantes de las bellas letras
Hago llegar mis mejores deseos
Voy a cambiar de nombre a algunas cosas.
Mi posición es ésta:
El poeta no cumple su palabra
Si no cambia los nombres de las cosas.
¿Con qué razón el sol
Ha de seguir llamándose sol?
¡Pido que se llame Micifuz
El de las botas de cuarenta leguas!
¿Mis zapatos parecen ataúdes?
Sepan que desde hoy en adelante
Los zapatos se llaman ataúdes.
Comuníquese, anótese y publíquese
Que los zapatos han cambiado de nombre:
Desde ahora se llaman ataúdes.
Bueno, la noche es larga
Todo poeta que se estime a sí mismo
Debe tener su propio diccionario
Y antes que se me olvide
Al propio dios hay que cambiarle nombre
Que cada cual lo llame como quiera:
Ese es un problema personal.

Pedro Javier Martín Pedrós.

 

Una mirada plana

sabor a metal,

el silencio.

La sonrisa  de un pobre

mendigando 

una muda limpia.

¿De dónde esta música de alaridos

de justicia?,

¿de dónde la amargura en conserva?,

¿ de dónde tanta hipocresía?.

Peino mis arrugas

y las lleno de flores silvestres .

Quedo detenido  en el espacio

de los ángeles.



Begoña Abad


Sólo media hora entre una llegada
y una despedida.
No es mucho tiempo,
no vale la pena, dije.
Media hora para algunas mariposas
es media vida, contestó,
así que te espero.
El amor a veces es así de delicado.
"Estoy poeta (o diferentes maneras de estar sobre la tierra)"Ed. Pregunta.


domingo, 22 de noviembre de 2020

Isabel Garrido





A unos pasos de la frontera
donde anidan los pájaros
y vuelan libres,
y somos noviembre
y otra vez los mismos miedos.
Volver de nuevo
y vapulear sobre la duda,
asentar el rechazo
y caer en agua
y verte en esos ojos perdidos.
Sacudir la palabra
y no tomar medidas
sobre un verso al aire,
echar raíz en el poema
sin pensar
en efectos secundarios.

ANTONIO MALDONADO MUÑOZ



QVO VADIS?


Anoche, en un callejón,
me encontré con mi otro yo.
Tuve frente a frente
esa parte de mí que un día se fue.
¿Dónde vas? - Le dije,
y él, sin pensarlo, respondió:
"Ando buscando un lugar
donde los niños siempre sean niños,
con su júbilo y candor inmutable;
los hombres, hombres correctos
que sepan ser personas al fin y al cabo,
y los viejos, eternos.
Camino en sendas de esperanza y utopía
donde el tiempo no devora ni llueve melancolía.
Allá donde el oxígeno sólo sirva para respirar,
sin pagarle el tributo que nos quema.
Busco un sitio donde se es existiendo,
no con la boca que inventa
ni con ojos que ven más de lo que pueden.
Me fui buscando un lugar donde mi mitad
no seas tú, si no otra persona".

sábado, 21 de noviembre de 2020

Francisco Javier Delgado Magán


Noche,
el cielo oscurece.
Asombrado camino
por la espesa Sombra.
El aire siento
interpretando conocida melodía
mientras besa mi cuerpo.
Arrastro viejos pensamientos
que van y vuelven
pretendiendo una respuesta,
planteando Dudas,
que no sé o no quiero
Resolver.
Ausente,
ignorándolo todo,
sigo el camino tantas veces recorrido
igual que ahora,
repasando el Alma,
haciendo examen constante
de cada instante de mi Existencia
mientras lentamente
regreso a mi Soledad
con los Recuerdos desnudos.





Federico García Lorca

 


«Tengo algo que decir me digo» — Federico García lorca

Tengo que decir algo me digo
Palabras que se disuelven en la boca
Alas que de repente son percheros
Donde el grito cae crece una mano
Alguien mata nuestro nombre según libro
¿Quién le arranco los ojos a la estatua?
¿Quién colocó esta lengua alrededor del
Llanto?

Tengo algo que decir me digo
Y me hincho de pájaros por fuera
Labios que caen como espejos Aquí
Allá dentro las distancias se reúnen
Este norte o este sur son un ojo
Vivo alrededor de mí mismo

Estoy aquí allá entre peldaños de carne
A la intemperie
Con algo que decir me digo

Sylvia Plath

 




De "Cruzando el océano" 1971

Carta de amor
Escayola
Espejo
Soy vertical
Suceso
Altísimas palabras
Una vida
Viuda

Paloma Palao

 




Vivir en tu voz


Vivir en tu voz,
doblarme
bajo tu párpado, sería necesario
para compensar
el beso
de nieve, la luciérnaga
de esta resurrección imposible. Pero nada
han hueco como el agua,
donde el pozo
no es medida, sino acumulación
culpable del vacío, inexistencia
proclamada,
fondo desposeído por su transparencia,
recompensa de mirar
hacia la oscuridad
y hacia dentro.

De "Resurrección de la memoria" 1978




viernes, 20 de noviembre de 2020

Adolfo López



SALADA MEMORIA


Soy olvidable, febril y de escasos amores.
No supero mis fobias y aún alzo mi boca abierta al cielo cuando llueve.
Ahora, los días acaban antes y yo muero antes; sobre un laberinto visitado que no entiende mi estático silencio.
Canto a las hojas bajas del castaño y la noche es pulso que excava mi voz y ciega la brisa.
Todo late con miedo, y en mi salada memoria, aparece la corriente del tiempo, el charco sin palabras, y me hace ver, que todo está bien; que ahora puedo atravesar el derrumbe del lamento.
Escucho mis pulsos, y la velocidad de mi piel es una hoja vacía de color, como un destello gris en mi tormenta.

Jorge Luis Borges






Las cosas
El bastón, las monedas, el llavero,
La dócil cerradura, las tardías
Notas que no leerán los pocos días
Que me quedan, los naipes y el tablero,
Un libro y en sus páginas la ajada
Violeta, monumento de una tarde
Sin duda inolvidable y ya olvidada,
El rojo espejo occidental en que arde
Una ilusoria aurora. ¡Cuántas cosas,
Láminas, umbrales, atlas, copas, clavos,
Nos sirven como tácitos esclavos,
Ciegas y extrañamente sigilosas!
Durarán más allá de nuestro olvido;
No sabrán nunca que nos hemos ido.

jueves, 19 de noviembre de 2020

Susana Násera

 




Mis palabras son densas

la tarde se marcha
y escribo para sobrevivir al otoño
y sus hojas muertas.
Los segundos avanzan en el reloj: sálvame.
Sálvame cuando la música deje de sonar,
la soledad sea gris empañando sombras
y la lluvia borre palabras en el espejo.
Sálvame cuando la niebla quiebre mis huesos,
los pájaros canten en el jardín
y la tierra haga cenizas mi nombre.
Sálvame cuando mis pasos me lleven hacia el túnel,
las letras busquen refugio en el silencio
y no sepa qué hacer
con
el
poema.

Marcos Ana.

 



Mi cariño y respeto hacia un hombre bueno.



Decidme como es un árbol,
contadme el canto de un río
cuando se cubre de pájaros,

habladme del mar,
habladme del olor ancho del campo
de las estrellas, del aire
recítame un horizonte
sin cerraduray sin llave
como la choza de un pobre
decidme como es el beso de una mujer
dadme el nombre del amor
no lo recuerdo
Aún las noches se perfuman de enamorados
que tiemblan de pasión bajo la luna
o solo queda esta fosa?
la luz de una cerradura
y la canción de mi rosa
22 años, ya olvido
la dimensión de las cosas
su olor, su aroma
escribo a tientas el mar,
el campo, el bosque,
digo bosque
y he perdido la geometría del árbol.
Hablo por hablar asuntos
que los años me olvidaron,
no puedo seguir
escucho los pasos del funcionario.

José María Parreño

 



Sin flores y sin frutos...

Sin flores y sin frutos
me ha encontrado el verano
otra vez

en las ramas de sangre
un nido esta esperando
al corazón

y un caracol o labio me recorre
escribiendo un conjuro
que protege
de la nube
del hacha
del ahorcado:
«sostén tu sombra al hombro
que ya vendrá el amor
a verte florecer
1que ya vendrá el dolor
a hacerte madurar» 

miércoles, 18 de noviembre de 2020

Ramón Llanes.



utopía
El placer por llenar, los zapatos rotos,
la vista cansada, la envidia sin estreno,
la cena fría, el invierno cálido, la libertad desnuda,
la incomodidad presente,
detrás de los deseos resuena siempre
un viejo hálito maligno
que estropea los proyectos.
Delante de la vida siempre alcanza a más
la utopía que los sueños.

Anamaria Mayol



DETRÁS DE ESTOS SILENCIOS


Corro las cortinas de la casa
la belleza ante mi
sellada por el viento
me espera el día
detrás de estos silencios
la voz
las voces habitadas
el recuerdo
de todos los destierros
la sombra fugitiva y libre
que huye de tu sol
la arena
arrojada ante mis ojos ciegos
en nombre de todos los nombres
que me regresan

martes, 17 de noviembre de 2020

- Oliverio Girondo -



Se miran, se presienten, se desean,
se acarician, se besan, se desnudan,
se respiran, se acuestan, se olfatean,
se penetran, se chupan, se desnudan,
se adormecen, se despiertan, se iluminan,
se codician, se palpan, se fascinan,
se mastican, se gustan, se babean,
se confunden, se acoplan, se disgregan,
se distienden, se enarcan, se menean,
se retuercen, se estiran, se caldean,
se estrangulan, se aprietan, se estremecen,
se tantean, se juntan, desfallecen,
se repelen, se enervan, se apetecen,
se acometen, se enlazan, se entrechocan,
se agazapan, se apresan, se dislocan,
se perforan, se incrustan, se acribillan,
se remachan, se injertan, se atornillan,
se desmayan, reviven, resplandecen,
se contemplan, se inflaman, se enloquecen,
se derriten, se sueldan, se calcinan,
se desgarran, se muerden, se asesinan,
resucitan, se buscan, se refriegan,
se rehúyen, se evaden y se entregan.

Cristina Peri Rossi



LO IMPRESCINDIBLE


Uno aprende que lo imprescindible
no eran los libros
no eran los discos
no eran los gatos
no eran los paraísos en flor
derramándose en las aceras
ni siquiera la luna grande -blanca-
en las ventanas
no era el mar arribando
su rumia rompedora en el malecón
ni los amigos que no se ven
ni las calles de la infancia
ni aquel bar donde hacíamos el amor con la mirada.
Lo imprescindible era otra cosa.

lunes, 16 de noviembre de 2020

Eusebio Oria Domínguez


ESCRIBO



Cuando la realidad aprieta
y siento que no puedo más,
escribo.
Cuando la, bendita a veces,
y otras maldita rutina, me asfixia,
escribo.
Escribo para desfacer entuertos.
Escribo para exorcizar demonios.
Escribo para continuar cuerdo.
Escribo versos y me armo caballero,
sólo para sobrevivir.
Lanza en ristre,
derribo esos molinos de viento
que tanto gustan de romper
mis castillos etéreos.
Con rabia escribo.
Escribo para vivir,
para seguir soñando.
Soñando escribo.
Escribo para continuar cuerdo.

domingo, 15 de noviembre de 2020

María José Collado



Otras manos.
En sus palmas los frutos de un otoño feraz,
los surcos del destino que labra la lluvia,
la planicie veteada de algún aeropuerto,
la cáscara del frío, bajo ella la lumbre.
Un lenguaje de signos aletea en el aire,
es la clave que asciende transmutada en cóndor,
de cada cicatriz una amapola surge
y corre por la piel lacerada su savia.
La memoria de los dedos quiere impregnarse
del olor a tierra y a cuerpos amados,
bajo la epidermis capitanea la sangre
la inestable barcaza de las emociones.
Sus uñas forman túmulos, tiempo enquistado,
y a la vez presagian la tormenta, huyen,
son animales salvajes sobre las ruinas
donde depositan la nieve de su tiempo.
Si las manos saben lograr la permanencia
de cuanto redactaron escribas del pulso,
será porque leen en los archivos del tacto
y sacan a la luz sus insomnes tablillas.

Dante Medina



Carta a Dios por no haber podido pagar el recibo de la electricidad


Dios que todo lo das,
quítame algo.
Das la luz cada mañana, puntualmente, Dios
Quítame, por favor, un poco de salud
que no me moriré por eso.
Quítame, si quieres,
algunos de los dientes
que creo que tengo muchos.
Dios que todo lo das.
A mí quítame algo.
Das la luz cada mañana, y lo haces muy bien, Dios.
Quítame, por favor, un poco de oído
que de todos modos seguiré oyendo.
Quítame, si quieres,
un poco de agilidad mental, tantito,
nada que vaya a dejarme tonto de más.
Das la luz cada mañana, y hay quienes ni cuenta se dan de eso,
Dios.
Quítame, por favor, algo de lo que tengo
porque soy de los que tienen más de lo que se comen.
Quítame, si quieres,
mi coche, haz que algunos de esos bancos que roban
se quede con un golpe de tecla de computadora con mis ahorros.
A cambio te ruego
- y para lo que te escribo es para eso -
que no me quites la luz.
Te ruego que no me quites la luz.
La luz del día.
Esto que te acabo de escribir.
Tómalo como un ruego
o
tómalo como una oración.
Tómalo como quieras
pero, por favor,
tú que todo lo puedes,
no me quites la luz del día Dios mío, no me quites la luz.
PD: Te voy a seguir escribiendo, pero ya no de noche, como antes.