jueves, 31 de mayo de 2018
Gioconda Belli
"Quiero decir que vivo quiero decir que quiero
que sufro que me río
que soy un amasijo de mujer al filo de la noche y el desvelo
Mujer de pájaros de estaciones de blanco y negro
Poeta mujer ávida de palabras
en un país con un idioma extraño."
miércoles, 30 de mayo de 2018
martes, 29 de mayo de 2018
Adolfo López
Algo va mal en mí, me pesan tantas cosas dentro que el nerviosismo y los secretos que guardaba han mutado en arritmias y vasos de vino.
Juego a esperar a que comience el silencio, durante largas horas, y cierro los ojos de manera intermitente por si al abrirlos veo los tuyos frente a mí junto a Noche estrellada de Van Gogh.
Diez latidos largos, una punzada, y vuelta a empezar.
Quien intenta curar una herida inexistente siempre encuentra algo más doloroso lejos de la quebrada tarde.
Sigo con mis latidos alternos, duermo más de lo que leo y salgo a la calle
a despejarme, a dejar de orbitar un rato, a negarte.
A veces me encuentro con gente conocida y les cuento mis males de manera azorada, pero sé que no me comprenden.
Al estar con ellos, llevo con frecuencia mi mano al pecho, porque duele tanto como el amor perdido, y entonces, todos mis amigos se sonríen, giran sus miradas y me observan preocupados.
Foto: Dara Scully
© Laura Villanueva Guerrero
Muérdeme la voz
cuando grite tu nombre
junto a mi adverbio favorito.
Abrázame con todo el cuerpo
para que no me escape
a jardines de luz.
Sujétame a esta parte mortal del mundo,
donde duele una caricia que termina
o un beso lento que se abre camino.
Clávame aquí,
aunque el deseo me mate delante de tus ojos.
Ana Castillo Andrades
AQUÍ COMIENZA EL FUEGO
Aquí comienza el fuego,
la confusión.
La tierra entreabierta me ha mostrado
sus áridos contornos
y ha hecho rodar todas las piedras
sobre mi alma.
He olido el estiércol, he probado la nada
y el inmenso zarandeo de la supervivencia.
Solo que yo
estoy hecha de laberintos,
precipicios y cuevas.
Y aunque deshilachada,
grito, lloro, esparzo cenizas
del rescoldo que me queda
y surgen llamas.
Aquí comienza el fuego.
lunes, 28 de mayo de 2018
Antonio Orihuela
ESTADÍSTICA
En España, las diez horas de jornada laboral
se ríen del Estatuto de los Trabajadores,
pero
transcurridas,
los obreros salen de los tajos,
suben a sus coches,
entran en los bares,
llegan a casa,
besan a sus hijos,
encienden la televisión,
y se enfrían,
se enfrían,
se enfrían...
Foto de Sáen Peña
Aurelio González Ovies,
USTED seguro que ha sentido vergüenza alguna vez
al decir que en su cuarto caía una gotera
o que su pobre madre le hacía el bocadillo
siempre de natas con azúcar
-son cosas de la vida-.
Confieso que en mi casa el olor a humedad
era casi entrañable
y todos los domingos se comían garbanzos,
salvo en alguna fecha señalada.Que lloré muchas veces por no querer llevar
los jerseys con coderas
o no tener un lápiz con enanito arriba.
Confieso que la ropa nos la daban los primos
que ahora son albañiles
y que nuestra familia se rompió por la herencia
de unos metros cuadrados de baldosas con taras
-son cosas de la vida-.
Que, a escondidas de todos y hasta los siete años,
tuve el chupete debajo de la almohada.
Confieso que los míos son personas sencillas:
usted sospecha que hablo de un padre que no sabe
lavarse bien los dientes,
de una mujer que escribe con mala ortografía,
de unos hermanos fieles como la misma sangre
y una casa que huele, cada vez que entro en ella,
a las húmedas manos de la melancolía.
Confieso que he nacido donde hubiera elegido
por encima de todo
cada vez que naciera.
Teresa Antares
Hoy no soy enjambre viviendo en la boca del aire.
Hoy por mi columna vertebral no rugen los caballos,
ni salen hormigas de mi mano.
Hoy no sé de puentes entre ciudades.
Me he trenzado el pelo y sin voz, con las manos llenas de ceniza,
he anudado mis zapatos.
Morir en la tristeza, pero asegurar que no me tragará el abismo a cada paso.
Día impar, dónde reconocer que descendí como un animal en el bosque
buscando cobijo y sin consciencia, se enterró de la luz.
Ahora, calles sin esquinas llenas de Sol me van abriendo los párpados,
quizá por eso me lagrimean los ojos, por esta claridad después de los años.
Terminar sin signos que emigren tras una oración de rodillas frente a tus piernas.
Extender la lengua solo para sellar las puertas del mar,
y en su silencio… comprar un billete con viaje a la ausencia.
domingo, 27 de mayo de 2018
Ana García Briones.
En mi pecho
navegan barcos y veleros
con banderas blancas de esperanza.
Aún creo en la tibia claridad
de la justicia cuando
la oscuridad de la tierra
arroja sus miserias.
Aún creo en la especie humana
dormida en la codicia,
en los hombres de barro
con corazones mutilados.
En mi pecho navegan
barcos y veleros
para saltar en la libertad
de los versos.
anuncian un futuro incierto
en sus miradas.
Marcos Ana
DECIDME COMO ES UN ÁRBOL
Decidme como es un árbol,
contadme el canto de un río
cuando se cubre de pájaros,
habladme del mar,
habladme del olor ancho del campo
de las estrellas, del aire
recítame un horizonte sin cerradura
y sin llave como la choza de un pobre
decidme como es el beso de una mujer
dadme el nombre del amor
no lo recuerdo.
Aún las noches se perfuman de enamorados
que tiemblan de pasión bajo la luna
o solo queda esta fosa?
la luz de una cerradura
y la canción de mi rosa
22 años, ya olvidé
la dimensión de las cosas
su olor, su aroma
escribo a tientas el mar,
el campo, el bosque, digo bosque
y he perdido la geometría del árbol.
Hablo por hablar asuntos
que los años me olvidaron,
no puedo seguir
escucho los pasos del funcionario.
sábado, 26 de mayo de 2018
Mauricio Alfredo Escribano
quisiera que abrieras la puerta
que encuentres la llave de mi sombra
que aparezcas del otro lado de mis ojos
que no niegues que acá estoy
tatuado a la carne de la noche
con estas palabras que aún
besan tu boca
viernes, 25 de mayo de 2018
Eugenia Ruiz
AMOR SOMBRÍO
Quizás tú ya no me recuerdas,
quizás anduve años tan perdido,
que ni el sol de la mañana, me caliente.
El mar pensó que yo
era arco iris, y tú te volviste
de color gris, ya no me tenías en tu mente.
Si pudiera encontrarte,
quizás, si topase contigo, yo sabría
hablarte de mil cosas.
Ni las calles, ni los museos,
ni las estancias poéticas,
ni la esquina de tu barrio,
con olor a dulces y la tienda
de las chucherías,
saben ahora de ti.
Y cuando la brisa me susurra,
por el portal que era tu casa.
yo le repito al viento,
que si al fin topase contigo,
que si tu aparecieses, yo sabría
hablarte de mil cosas.
Ángel Guinda
La mirada
Lo mismo que una llave abría el aire
a los misterios de la transparencia.
Me convocaba igual que una ventana
o una cita del cielo con el mar.
Podía haber vivido en su fulgor
o esperar a morir como un naufragio.
Porque aquella mirada no era de unos ojos
y aquellos ojos no eran de ningún mundo.
(de Caja de lava)
Lo mismo que una llave abría el aire
a los misterios de la transparencia.
Me convocaba igual que una ventana
o una cita del cielo con el mar.
Podía haber vivido en su fulgor
o esperar a morir como un naufragio.
Porque aquella mirada no era de unos ojos
y aquellos ojos no eran de ningún mundo.
(de Caja de lava)
jueves, 24 de mayo de 2018
Amalia Bautista
Me dices que me quieres de una forma
que no puedo evitar ruborizarme;
que me quieres de un modo primitivo,
sin razón aparente y sin excusas,
y que me quieres porque me deseas,
porque sabes que yo también te quiero
y porque el monstruo de este amor nos come
el alma, la paciencia y los modales.
Qué lástima que todas estas cosas
se nos mueran ahogadas de silencio.
- Luis García Montero -
( ... ) Tú me llamas, amor, yo cojo un taxi,
cruzo la desmedida realidad
de febrero por verte,
el mundo transitorio que me ofrece
un asiento de atrás,
su refugiada bóveda de sueños,
luces intermitentes como conversaciones,
letreros encendidos en la brisa,
que no son el destino,
pero que están escritos encima de nosotros.
miércoles, 23 de mayo de 2018
San Galisan
Rota la noche
trenzamos las horas,
devoramos los silencios
desciframos el pentagrama de los miedos.
Frente a frente
nos mostrarnos sin máscaras
tal como somos.
Porque el día menos pensado
el futuro llega
y se instala y es,
dejando atrás el tal vez o el será,
solo es.
Por ello nos asombramos
ante la cálida voz que abraza y protege,
ante el tacto amable de la entrega sin facturas.
Un murmullo de versos susurrados
desmadeja los nudos de la costumbre,
dejamos exhaustas las palabras,
el universo se estremece.
En este crepitar
donde se despiertan los sentidos acallados
la piel arde.y los impulsos sin pudor se vierten,
desbocados en la tierra virgen.
Un instante
donde el suspiro se escapa
y lo envuelve todo.
Donde eres tú, más tú que nunca,
más tú que siempre.
Antonio José Royuela García
Qué si soy mujer
Te preguntas qué si soy mujer.
Como si no hubiese dado muestras de ello.
Como si no bastara
equilibrar los delirantes acordes de tu caminar,
ser las cuatro patas de la mesa
sobre la que se come, se sueña y se llora,
sacar las plantas al balcón para que el dióxido
no perturbe tus comas.
Como si no hubiese sido suficiente
levantarme temprano todos los días,
recoger el ancla, limpiar la casa de agujas infectadas,
maquillar el desaliento entre mis piernas
o tener siempre a mano la miel con limón
con la que lubricar nuestras gargantas dañadas
por el desorden de las palabras.
Te recuerdo parte del equipamiento de serie que llevo:
la orografía que levanta deseo de ser coloreada,
un obrador de vida,
la sinergia de milenios de las de mi especie,
el mejor manual de supervivencia que se conoce
y un libro de recetas sobre felicidad.
¿Aún te lo preguntas?
levantarme temprano todos los días,
recoger el ancla, limpiar la casa de agujas infectadas,
maquillar el desaliento entre mis piernas
o tener siempre a mano la miel con limón
con la que lubricar nuestras gargantas dañadas
por el desorden de las palabras.
Te recuerdo parte del equipamiento de serie que llevo:
la orografía que levanta deseo de ser coloreada,
un obrador de vida,
la sinergia de milenios de las de mi especie,
el mejor manual de supervivencia que se conoce
y un libro de recetas sobre felicidad.
¿Aún te lo preguntas?
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