A veces me hago poco
miércoles, 31 de marzo de 2021
Marta Pumarega Rubio
A veces me hago poco
Benita María Paredes Rivas
Me despierto en la quietud de la madrugada
solo el trino de los pájaros y el viento meciendo las almas,
los sueños, en la sinfonía matutina encuentro las respuestas a mis preguntas,
me sanas mis heridas
o mi maravilloso creador como rocío
cayendo lentamente en mis hojas que
se desliza hasta caer en mis raíces,
agua fresca que lava, llevándose todo el hollín.
No quiero volver atrás ya no soy la misma criatura
que gemía en el desierto con púas
incrustadas en mi dermis,
esa esquiva niña tímida que corría por abrigo,
ya no sentirá dolor ni temor,
no puedo anhelar más que tu profunda misericordia en mi existencia,
desde que vi tu verdad
y la luz no se fue más he conocido el sosiego,
he conocido el perdón.
Es tan lindo escucharte
en las pequeñas cosas que me regalas,
me asombra tu gracia,
siento que no soy digna de tanto amor,
ni de tu perdón, pero la certeza de ser tu hija reafirma lo que soy.
Ese ser hambreado no habita más en mí,
me he vuelto un bebé que se alimenta cada día de tus
palabras que se vierten en hechos palpables en mi realidad.
martes, 30 de marzo de 2021
Oscar Wilde
José Emilio Pacheco
lunes, 29 de marzo de 2021
Cristóbal Carrasco Delgado
REFLEXIONES AL CAER DE LA TARDE.
Nikki Giovanni
La poeta norteamericana Nikki Giovanni ha sido una de las principales representantes, a lo largo del último medio siglo, de lo que podríamos denominar una suerte de poesía vinculada con el activismo racial y feminista.
Cosas aceptables
He matado a una araña
no a una asesina araña violinista
ni siquiera a una viuda negra
si la verdad tuviese que ser dicha
no se trataba más que de una pequeña
araña, con textura de papel,
que debería haber corrido
cuando agarré el libro
pero no lo hizo
y me asustó
y la aplasté
No creo
tener permiso
para matar algo
bajo el único pretexto de estar
asustada
Traducción de Adrián Viéitez.
Wendy Cope
Apenas editada en castellano, Wendy Cope es una de las poetas inglesas contemporáneas más reconocidas internacionalmente: su delicado sentido del humor y su tierna mirada sobre el mundo cubren de blancura sus palabras. Hoy reproduzco Flores, de Wendy Cope.
Flores.
Algunos hombres nunca piensan en ello.
Tú lo hiciste. Viniste junto a mí
y dijiste que casi me habías comprado flores
pero que algo había salido mal.
La tienda estaba cerrada. O tenías dudas —
el tipo de dudas que mentes como las nuestras
no se cansan de inventar. Pensaste
que yo podría no querer tus flores.
Eso me hizo sonreír, abrazarte después.
Ahora solo puedo sonreír.
Fíjate: las flores que casi me compraste
han sobrevivido todo este tiempo.
Traducción de Adrián Viéitez.
Margaret Atwood
No hay nada que temer,
es sólo el viento
que ahora sopla hacia el este, es sólo
tu padre..........el trueno
tu madre..........la lluvia
En este país de agua
con su luna ocre y húmeda como un champiñón,
sus muñones ahogados y sus pájaros largos
que nadan, donde crece el musgo
por todo el tronco de los árboles
y tu sombra no es tu sombra
sino un reflejo,
tus padres verdaderos desaparecen
al bajar la cortina
y quedamos los otros,
los sumergidos del lago
con nuestras cabezas de
oscuridad
de pie ahora y en silencio junto a tu cama...
Venimos a arroparte
con lana roja,
con nuestras lágrimas y susurros distantes.
Te meces en los brazos de la lluvia,
el arca fría de tu sueño,
mientras aguardamos, tu padre
y madre nocturnos,
con las manos heladas y una linterna muerta,
sabiendo que somos solamente
las sombras vacilantes que proyecta
una vela, en este eco
que oirás veinte años más tarde.
Carmen Castejón Cabeceira @
domingo, 28 de marzo de 2021
Roger wolfe
Roger Wolfe es un poeta, narrador y ensayista nacido en Westerham, Inglaterra, en 1962. Considerado como uno de los principales representantes del realismo sucio en nuestro idioma, vive en España desde la infancia. Entre los libros de poesía que ha publicado destacan Días perdidos en los transportes públicos (Anthropos, 1992), Arde Babilonia (Visor, 1994), Mensajes en botellas rotas (Renacimiento, 1996) o Gran esperanza un tiempo (Renacimiento, 2013). Su obra poética ha sido reunida en antologías como Días sin pan (Renacimiento, 2007), Noches de blanco papel. Poesía reunida (1986-2001) (Huacanamo, 2008), Algo más épico sin duda (Renacimiento, 2017) y La poesía es un revólver apuntando al corazón (Colección verso & cuento, Aguilar, Penguin Random House, 2019. En narrativa ha publicado obras como El índice de Dios (Espasa Calpe, 1993), Mi corazón es una casa helada en el fondo del infierno (Aguaclara, 1996), ¡Que te follen, Nostradamus! (DVD, 2001) o Tiempos muertos (Huacanamo, 2009) y en ensayo Hay una guerra (Huerga y Fierro Editores, 1997), Oigo girar los motores de la muerte (DVD, 2002) y Siéntate y escribe (Huacanamo, 2011) entre otros. Se ha dedicado también al trabajo periodístico y a la música, y ha desarrollado una significativa labor como traductor literario. Presentamos una selección de tres poemas de su obra publicada y cuatro inéditos.
Un día estás, al otro no
El humo cuelga en la estancia
como un chiste malo.
Lou Reed habla
de familias rotas
desde los altavoces:
«La verdad es que sólo están contentos
cuando sienten dolor.
Por eso se casaron...»
¿Y yo? Yo no digo nada.
Apago el cigarro.
Otro día va a morir.
Vicente Aleixandre
HAY MÁS
Beso alegre, descuidada paloma,
blancura entre las manos, sol o nube;
corazón que no intenta volar porque basta el calor,
basta el ala peinada por los labios ya vivos.
El día se siente hacia afuera; sólo existe el amor.
Tú y yo en la boca sentimos nacer lo que no vive,
lo que es el beso indestructible cuando la boca son alas,
alas que nos ahogan mientras los ojos se cierran,
mientras la luz dorada está dentro de los párpados.
Ven, ven, huyamos quietos como el amor;
vida como el calor que es todo el mundo solo,
que es esa música suave que tiembla bajo los pies,
mundo que vuela único, con luz de estrella viva,
como un cuerpo o dos almas, como un último pájaro.
sábado, 27 de marzo de 2021
Federico García lorca
Paqui Aquino
viernes, 26 de marzo de 2021
Ángeles Mora
Federico García Lorca
Deseo
Sólo tu corazón caliente,
Y nada más.
Mi paraíso, un campo
Sin ruiseñor
Ni liras,
Con un río discreto
Y una fuentecilla.
Sin la espuela del viento
Sobre la fronda,
Ni la estrella que quiere
Ser hoja.
Una enorme luz
Que fuera
Luciérnaga
De otra,
En un campo de
Miradas rotas.
Un reposo claro
Y allí nuestros besos,
Lunares sonoros
Del eco,
Se abrirían muy lejos.
Y tu corazón caliente,
Nada más.
jueves, 25 de marzo de 2021
Antonio Gala
© María Luisa Domínguez Borrallo
miércoles, 24 de marzo de 2021
Itziar Mínguez Arnáiz
Itziar Mínguez Arnáiz es una poeta, narradora y guionista de televisión nacida en Barakaldo en 1972. Ha publicado los poemarios La vida me persigue (X Premio Internacional de Poesía Surcos, Renacimiento, 2006), Luz en ruinas (accésit del XVII Premio Internacional de Poesía Jaime Gil de Biedma, Visor, 2007), Cara o cruz (Huacanamo, 2009), Pura coincidencia (VII Premio Internacional de Poesía Ciudad de Morón, Point De Lunettes, 2010), Wikipoemia (Oblicuas, 2014), Cambio de rasante (Baile del Sol, 2015), Que viene el lobo (Premio Internacional de Poesía Nicanor Parra, Siltolá, 2016), QWERTY (Siltolá, 2017), Idea intuitiva de un cuerpo geométrico (LUPI, 2018), La vuelta al mundo en 80 jaikus (y una nana para despertar) (Takara, 2018) y Lo que pudo haber sido (Huerga & Fierro, 2019). Fue finalista del Premio Euskadi de Literatura 2010 y su obra poética está recogida en una treintena de antologías.
LOS ADIOSES
Ya no escribes a lo que perdiste
lo que es o pudo haber sido
es a tu piel lo que la escarcha
al pétalo de una flor
una refrescante y caprichosa gota de rocío
que se posa sobre tu recuerdo
sin peso suficiente como para quebrarlo
con la terca insistencia de lo efímero
está asumido
nada de lo que fue
o pudo haber sido
será
ahora escribes
a lo que el tiempo te arrebatará seguro
escribes con el único fin
de anticiparte a las pérdidas que te aguardan
porque la vida es eso
llegar preparado a cada despedida
preguntándote quién será el siguiente
mientras con disimulo
cruzas los dedos tras tu espalda
Marta Pumarega Rubio
Consuelo Jimenez
lunes, 22 de marzo de 2021
Mauricio Alfredo Escribano
sí contara a las mujeres
Wendy Cope
Apenas editada en castellano, Wendy Cope es una de las poetas inglesas contemporáneas más reconocidas internacionalmente: su delicado sentido del humor y su tierna mirada sobre el mundo cubren de blancura sus palabras. Hoy reproduzco La naranja, de Wendy Cope.
La naranja, de Wendy Cope
Este mediodía compré una gran naranja —
su tamaño nos hizo reír a todos.
La pelé y la compartí con Robert y Dave —
cada uno tomó un cuarto y yo me comí la mitad.
Esa naranja me hizo feliz del mismo modo
en que las cosas ordinarias consiguen hacerlo
últimamente. Hacer algunas compras. Dar un paseo por el parque.
Cosas que implican paz y tranquilidad. Algo nuevo para mí.
El resto del día transcurrió tranquilamente.
Cumplí con cada tarea de mi lista
las disfruté y dispuse de algo de tiempo libre.
Te quiero. Me alegro de estar viva.
Traducción de Adrián Viéitez.
Irene Domínguez
Irene Domínguez (Toledo, 1996) ha estudiado Filología Hispánica en la Universidad de Granada y el Máster en Literaturas Hispánicas: Arte, Historia y Sociedad en la Universidad Autónoma de Madrid, especializándose en la relación entre literatura y otras artes, en concreto la música. Actualmente cursa una de las becas de formación en el Instituto Cervantes de Madrid, trabajando como editora. Ha sido ganadora del Premio Internacional Málaga Ciudad del Paraíso 2019 de la Fundación Málaga con su poemario Presuntamente nuestros. Ha colaborado con sus poemas en la revista Maremágnum y en Microversos en red: Poesía en un tuit, de Verso&Cuento.
SALA X
—Enamórala;
uno nunca puede cansarse de una mujer como ella.
Te dijo un
Leopoldo María Panero del diecinueve.
Y me comentaste:
—Me entusiasma tu pelo.
Es del color de las amapolas.
Y te dije:
—¿Te gusta liso o rizado?
—Tras despertarte conmigo,
respondiste sin dudar.
Y también sin dudar, desenfundé las tijeras
y te lo puse, con cariño, en el plato vacío
del restaurante.
—Me gustan tus ojos,
comentaste.
—¿Solos o con lágrimas?
—Intensos,
respondiste.
Y sin dudar,
los arranqué como Edipo
usando los broches de mi vestido.
Y así, al plato:
el canibalismo es una de las manifestaciones más evidentes de la ternura.
—Antes que musa, poeta,
te dije,
y así me fui ciega, desnuda
y con las amapolas cortadas.
Y el cínico Leopoldo se volvió cuerdo, y el cansancio se apoderó
primero
de mis restos en contacto con tu saliva.
domingo, 21 de marzo de 2021
Emilio Marin.
HAZTE DESEO
sábado, 20 de marzo de 2021
Lucía Fernández Núñez
Poneos cómodas.
viernes, 19 de marzo de 2021
María Diaz.
Clemen Esteban Lorenzo
jueves, 18 de marzo de 2021
Pedro Javier Martín Pedrós - Natalia Gaette Coronel
Del libro : Viaje inesperado.
Benita María Paredes Rivas.
• María Gómez Martínez •
• Itziar Mínguez Arnáiz •
• Ignacio Chianale •
miércoles, 17 de marzo de 2021
Consuelo Jimenez
martes, 16 de marzo de 2021
Narciso Raffo
RESTOS DEL NAUFRAGIO
Me limito a cerrar el círculo.
A ti, que eres nada, te corresponde
esta otra nada donde nado.
Porque escribir es medir una distancia.
Lanzar el mar a la botella.
Gracia Aguilar Almendros
Educación poética
A mis padres
Hay familias que bajan las persianas
si el aire huele a lluvia,
para que no se ensucien los cristales.
Si llovía en mi infancia
abríamos ventanas,
respirábamos hondo,
mirábamos los rayos,
la lluvia
nos empapaba.
Raquel Vázquez
EN CASO DE EMERGENCIA
Rompimos el lenguaje.
Vamos, dijiste; o yo traduje, eso no importa:
sólo importó aquel mirlo
que aguardaba en tu mano con las alas plegadas.
Pusiste esa sonrisa
boba que tanto me ha atraído siempre.
Ahora pude decírtelo.
La eternidad se demostró pequeña,
manejable: cabía
dentro de una modesta habitación de hotel.
Y estábamos allí para tocarla.
Raquel Vázquez
CÁMARA
Detrás de un maquillaje
de pájaros afónicos
cuánto nos hemos soñado, tú y yo,
quebrados cómplices, testigos mudos
de cómo se desangra este silencio.
Apenas quedarán unas manos manchadas
por la caja de música
que en la niebla ninguno de los dos acertó a abrir.
Y el diafragma se cierra
y se encuentran nuestros ojos,
pero esta luz ya duerme en la humedad
y su página rota.
Con la mordaza sonreímos dolor.
El flash nos compadece, y de qué sirve.
No sé qué haremos con tanto recuerdo
muerto en líquido amniótico.