jueves, 30 de septiembre de 2021

Teresa Antares.





 De tanto amar la vida

hay quien no puede soportar las metáforas del destino.
Y es el frío quien acaba teniendo la última palabra.

Mario Benedetti.

 


Posdata

Siempre queda algo por decir
un rencor un amor una sorpresa
un pedazo de vida insoportable
que sin embargo algo nos enseña
la vez que fuimos derrotados
cual si fuéramos ídolos de trapo
y la otra en que nos rozó un triunfo
de esos que no se tienen programados
siempre queda algo por soñar
llegar a una frontera tan remota
que queda más allá del horizonte
y por esa razón es seductora
y un intervalo casi oscuro
del que no nos libramos todavía
y que nos deja inmóviles mirando
a esa luna de tantas pesadillas
siempre queda algo por borrar
un aguacero un choque dos domingos
que a pesar de ser poco o casi nada
se resisten a hundirse en el olvido
siempre queda algo por buscar
digamos una paz sin atenuantes
y una conciencia boba que censura
pecados que son simples disparates
no queda nada que agregar
al menos encontré lo que buscaba
y si recuerdo alguna otra cosita
en todo caso agrego otra posdata

Oscar Wilde



Mi voz
En este mundo inquieto, moderno, apresurado,
tomamos todo aquello que nuestro corazón deseaba -tú y yo,
y ahora las velas blancas de nuestro barco están arriadas
y agotada la carga del navío.
Por ello, prematuras, empalidecen mis mejillas,
pues el llorar es mi contento huido
y el dolor ha apagado el rosa de mi boca
y la ruina corre las cortinas de mi lecho.
Pero toda esta vida atiborrada ha sido para ti
solamente una lira, un laúd, el encanto sutil
del violoncello, la música del mar
que duerme, mímico eco, en su concha marina.


Versión de E. Caracciolo Trejo
Edición de Libros Río Nuevo 2001

Luis García Montero



POR SEPTIEMBRE


Por septiembre
se te llenan de sótanos los labios
y es relativo el cielo
después de haberte visto preguntarle a la vida.
Pero también el cielo,
arrugado y preciso
como tu cazadora adolescente,
quiere estar entreabierto,
brillar recién amado,
descansando en la hierba
el peso de su larga cabellera de nubes.
Por septiembre
se te llenan de humo los síes en la boca.

miércoles, 29 de septiembre de 2021

Charles Baudelaire


Recogimiento



Cálmate, dolor mío, y tu angustia serena.
Anhelabas la noche. Ya desciende. Aquí está.
Una atmósfera oscura cubre a París. Traerá
A unos cuantos la paz, a otros muchos la pena.
Mientras la muchedumbre que se rinde al placer
Su verdugo inclemente­ por las calles anhela
Cazar remordimientos bajo la fiesta en vela,
Tú, dolor, ven a mí. Dame la mano al ver
Que es posible escaparse de los ya muertos años
Con sus antiguos trajes en el balcón celeste.
Ya brotan, como salen del mar, los desengaños,
Cuando el sol, bajo un arco, se muere en lontananza.
Ahora, tal un sudario que desciende del este.
Observa, mi dolor: la inmensa noche avanza.

Andrés Neuman

 




Aquellos dedos tuyos...
Aquellos dedos tuyos,
dormidos como en lana,
urdían la caricia y sus efectos.
¡Tocar era tan fácil
y tanto me abrigaba
desnudar esos dedos
para tejer muñecos temporales!
Ahora tejo tu sombra,
que no es poco tejer cuando se ha amado.

Julio Cortázar

 




Qué vanidad imaginar
que puedo darte todo, el amor y la dicha,
itinerarios, música, juguetes.
Es cierto que es así:
todo lo mío te lo doy, es cierto,
pero todo lo mío no te basta
como a mí no me basta que me des
todo lo tuyo.
Por eso no seremos nunca
la pareja perfecta, la tarjeta postal,
si no somos capaces de aceptar
que sólo en la aritmética
el dos nace del uno más el uno.
Por ahí un papelito
que solamente dice:
Siempre fuiste mi espejo,
quiero decir que para verme tenía que mirarte

Ernestina de Champourcín

 








Laxitud

La tarde gris y triste me agobia,
tengo sueño;
estiro lentamente
mis dos brazos abiertos
que se prenden al aire;
quieren cazar el tiempo,
aprisionarlo pronto,
robarle su secreto,
deshacer bruscamente sus límites estrechos.
Quiero llorar: no sé;
quiero reír: no puedo.
Los deseos
se estrellan contra la inexorable inercia
del silencio;
sobre mi corazón rueda grávido al peso
de la existencia toda.
Al fin me desperezo.
Logro romper el cerco
del malsano sopor,
pero apenas lo venzo
ya me torna a invadir
quedamente su tedio.
Luego...
Ya no sé más;
suspiro,
me paseo,
exprimo el tormentoso
lagar de mi cerebro,
destilo el elixir de su inquietud
en mi pecho...
Sujeto en mi memoria
repite el pensamiento;
la tarde gris y triste me agobia,
¡tengo sueño!...

Patricia Benito

 




Cuestión de práctica
Noches de esas en las que entiendes
que la teoría sin la práctica no sirve de nada
y en las que, durante un par de cervezas
y un poquito de jazz, te pides perdón
por no saberte cuidar lo suficiente,
mientras lo llenas todo de propósitos
defectuosos que volverás a no cumplir.
Lo de siempre:
falta de práctica
queriendo hacia dentro.

martes, 28 de septiembre de 2021

Nuria González Carrillo



A DENTELLADAS---Grito número 1---

Días como martillos pasándonos por encima,
alma mía, quedo pendiente de ti.
En cada recoveco encuentro tu esencia,
pasas entre el aire, oscilas entre la luz,
permaneces como algo inherente a mí.
En cada tramo de mi ceguera tú eres mi alma,mía,
a trozos y en dentelladas sigo viva.
A veces, soy capaz de morder, de solver, de masticar tu recuerdo y entonces,
entonces me convierto en mota de luz capaz de tocarte,
te veo entre las sombras de mi vida.
A penas ha pasado el tiempo y resulta ser veinte años.
Fue ayer cuando tus jóvenes ojos me escrutaban aguardando un sí,
es el tiempo que nos marca, como juguetes en manos de la tormenta.
¿Fue ayer el primer beso?
No, hace más de veinte años alma mía.
Mi grito se pierde entre la nada sin pregunta ni respuesta,
mientras continuo viva.
Dchos. registrados.

Lu Sesma




Y mi carne caerá sobre esta tierra
y la lluvia me lavará la cara,
porque aquí están los sentimientos,
las emociones, la vida y la muerte.
Porque los recuerdos
dormirán aquí, contigo,
en la tierra fértil, morada de raíces,
cimientos de nueva vida.
Nueva vida que crecerá contigo,
tu nueva vida que crecerá conmigo,
otras nuevas primaveras te verán
y nuevas lunas iluminarán tu alma.
Tus ramas me darán la sombra,
el sosiego que mi cuerpo necesita,
y el viento me traerá aromas, caricias
y colores..., de otra vida.
Hasta siempre...

miércoles, 22 de septiembre de 2021

Gema Cepeda

 


Me siento frágil,
cuando me duele el corazón.
La muerte parte de un mar,
desemboca en el pan
reseco de la mesa.
Y allí, nace la primavera.
Relámpagos de sentimientos,
flotan en las olas.
El sudor del alba,
quema en los huesos
de mi carne.
¿Cómo me gusta amar?
Con truculencia.
¿Cómo me gusta hacer el amor?
En el hielo de una mirada.
Una grieta en la tierra,
el miedo corre hacia mí.
El frío se vuelve polvo,
cegando las farolas.
No se ve,
ni de noche,
ni de día.
Me hundo en el lenguaje
mudo del amor.
Cepeda.


Pedro Javier Martín Pedrós.





 Hay mañanas que se antojan

a sueños rotos,
a tristezas equivocadas de camino,
a mundos estremecidos,
a nacimientos difíciles de celebrar.
Verás:
Si encuentras versos arrugados
en la mesilla de noche,
no te extrañes,
se escaparon de la
caja de mis dudas
y fueron a tu encuentro
para aliviar cicatrices.

De: Poemas para la vida

Pablo Neruda



POEMA 20


Puedo escribir los versos más tristes esta noche.
Escribir, por ejemplo: «La noche está estrellada,
y tiritan, azules, los astros, a lo lejos.»
El viento de la noche gira en el cielo y canta.
Puedo escribir los versos más tristes esta noche.
Yo la quise, y a veces ella también me quiso.
En las noches como ésta la tuve entre mis brazos.
La besé tantas veces bajo el cielo infinito.
Ella me quiso, a veces yo también la quería.
Cómo no haber amado sus grandes ojos fijos.
Puedo escribir los versos más tristes esta noche.
Pensar que no la tengo. Sentir que la he perdido.
Oír la noche inmensa, más inmensa sin ella.
Y el verso cae al alma como al pasto el rocío.
Qué importa que mi amor no pudiera guardarla.
La noche está estrellada y ella no está conmigo.
Eso es todo. A lo lejos alguien canta. A lo lejos.
Mi alma no se contenta con haberla perdido.
Como para acercarla mi mirada la busca.
Mi corazón la busca, y ella no está conmigo.
La misma noche que hace blanquear los mismos árboles.
Nosotros, los de entonces, ya no somos los mismos.
Ya no la quiero, es cierto, pero cuánto la quise.
Mi voz buscaba el viento para tocar su oído.
De otro. Será de otro. Como antes de mis besos.
Su voz, su cuerpo claro. Sus ojos infinitos.
Ya no la quiero, es cierto, pero tal vez la quiero.
Es tan corto el amor, y es tan largo el olvido.
Porque en noches como ésta la tuve entre mis brazos,
Mi alma no se contenta con haberla perdido.
Aunque éste sea el último dolor que ella me causa,
y éstos sean los últimos versos que yo le escribo.

- Luis García Montero -



( ... ) Tú me llamas, amor, yo cojo un taxi,
cruzo la desmedida realidad
de febrero por verte,
el mundo transitorio que me ofrece
un asiento de atrás,
su refugiada bóveda de sueños,
luces intermitentes como conversaciones,
letreros encendidos en la brisa,
que no son el destino,
pero que están escritos encima de nosotros.

martes, 21 de septiembre de 2021

Patricia Hanna





Tengo cuatro flores azules sangrantes en todo mi centro.

Mi medio cuerpo partido de espinas
colmado de almendros.
Mi tronco es de tallo
más verde que el viento.
Recorre un paisaje y me adentro en su cueva.
Las bóvedas recrean las vidas de los vientres huecos.
Path~°

Mar Blanco



Qué pedir hoy…
Un castillo
con mi arena
-cálida-
y sus manos.
La vida
-como yo-
tan caprichosa.

lunes, 20 de septiembre de 2021

Victor Jara


 

Silvia Cuevas-Morales

 




A Víctor Jara

Creyeron que al romperte los dedos acallarían tu canto,
que el miedo vencería sobre el recuerdo.
Que borrarían tu rastro a golpe de culata,
que las piedras de un río innombrable
harían desaparecer la sangre de tu gente,
y la dignidad y fuerza de tus versos.
Pero lo que sus malvados
e insignificantes cerebros jamás supieron,
fue que tu canto, compañero,
florecería para vivir eternamente
en la garganta y en las guitarras del pueblo.
Cuarenta y cuatro disparos a bocajarro.
Cuarenta y cuatro palomas
que emprendieron el vuelo.
Cuarenta y cuatro estrellas
que aún brillan en el firmamento.

Aída Acosta.





 "Y el hombre aprieta el paso

y al tiempo justo de llegar a tiempo
doblan la esquina, puntuales, Dios y el tranvía"
De Octavio Paz





Dónde estás que no te veo
no escucho tu caminar de pétalos
ni dibujo tu vuelo en los pájaros
cómo garabato de azucenas líquidas.
Dónde estás.
Me derrumbé en tu brazo
roca dura, tacto evaporado,
un olor a musgo y olvido atormentó mi paso
dónde estás
cielo, nube
mano de barro, la del mendigo
que se deshizo en la última lluvia
por el acantilado de la pobreza,
la cuna vacía de la madre,
el rastro perdido de las niñas,
los niños de viento y arena.
Dónde estás
que alzó tu nombre
y un eco voraz regresa contra mi
me empuja, me derriba
me oprime el mar por los costados
vierto ríos.
Dónde estás
que este vértigo del tiempo
es un azul de campanas
y un olor ácido de crisantemos
embalsama las horas.
Dónde estás que no te veo.
Iníciame en la oscuridad
tarde de faroles apagados
camino de hormiga
amontóname
en tu lecho de estrellas,
dime que existes.

Marcos Ana.

 




Mi cariño y respeto hacia un hombre bueno.


Decidme como es un árbol,
contadme el canto de un río
cuando se cubre de pájaros,
habladme del mar,
habladme del olor ancho del campo
de las estrellas, del aire
recítame un horizonte
sin cerraduray sin llave
como la choza de un pobre
decidme como es el beso de una mujer
dadme el nombre del amor
no lo recuerdo
Aún las noches se perfuman de enamorados
que tiemblan de pasión bajo la luna
o solo queda esta fosa?
la luz de una cerradura
y la canción de mi rosa
22 años, ya olvido
la dimensión de las cosas
su olor, su aroma
escribo a tientas el mar,
el campo, el bosque,
digo bosque
y he perdido la geometría del árbol.
Hablo por hablar asuntos
que los años me olvidaron,
no puedo seguir
escucho los pasos del funcionario.

Mónica Galindo

 





Se extrañaba la soledad solipista
como una naranja desprovista de su piel.
Entre un millón de cuerpos abrigados y con prisa
tengo la certeza de contar conmigo misma
como si entre esas figuras solo estuviera mi silueta.
No puedo temer a los daños ni a las caídas
porque me sostengo con la fuerza de mis carnes y mis huesos.
No puedo asustarme ante el desconocimiento y las pérdidas
porque esta ciudad ya me conoce
de antes de que lo hiciera nadie. 


María Diaz .

 





El viento envidia la
belleza del paisaje.
Deshoja con furia
aquello que encuentra
a su paso.
Destruye el brillo
penetrante de los
astros.
Pero nunca podrá destruir
las cosechas donde la luna
se aposenta.



Derechos de autor.

Aurelio González Ovies

 


  




Soy el desesperado, la palabra sin ecos,
el que lo perdió todo y el que todo lo tuvo.
PABLO NERUDA

Mi voz es el paisaje
que va echando de menos
las cosas que he perdido.
He nacido en un pueblo
y en el anonimato.
Mi vida se resume en aquel calendario
de números granates
donde mi madre iba
apuntando los partos de las vacas
y visitas al médico.
Fui más feliz que pobre
porque quien no conoce la abundancia
valora las minucias y los pájaros.
Desde niño la hora de las gaviotas
viene siendo mi reino
y el mar un no sé qué
-eternidad dios alma-
donde muero un momento cada día.
Así me veo ahora
cuando ya las gaviotas no conocen mi nombre
y la higuera envejece sobre la sed del pozo.
Mi casa, mis amigos, los míos, los de nadie.
¡Qué pronto somos soledad!


(La hora de las gaviotas)

Alfonsina Storni

 





Voy a dormir

Dientes de flores, cofia de rocío,
manos de hierbas, tú, nodriza fina,
tenme prestas las sábanas terrosas
y el edredón de musgos escardados.
Voy a dormir, nodriza mía, acuéstame.
Ponme una lámpara a la cabecera;
una constelación, la que te guste;
todas son buenas: bájala un poquito.
Déjame sola: oyes romper los brotes…
te acuna un pie celeste desde arriba
y un pájaro te traza unos compases
para que olvides… Gracias. Ah, un encargo:
si él llama nuevamente por teléfono
le dices que no insista, que he salido…

sábado, 18 de septiembre de 2021

Miguel Hernández



Menos tu vientre

Menos tu vientre
Todo es confuso.
Menos tu vientre
Todo es futuro
Fugaz, pasado
Baldío, turbio.
Menos tu vientre
Todo es oculto,
Menos tu vientre
Todo inseguro,
Todo es postrero
Polvo del mundo.
Menos tu vientre
Todo es oscuro,
Menos tu vientre
Claro y profundo.

viernes, 17 de septiembre de 2021

MALIKA EL BOUZIDI CHERKI

                     


    


CANTÓ A LA LUNA

Se fue la niña cantando a la luna
se fue la niña llorando sola
con sus ojos tristes mirando a la luna.
Se fue la niña con el amor de su madre
observando las estrellas
que brillan constantes,
con su corazón que palpita fuerte
esa niña perdió a su madre;
y en la luna ve su imagen siempre.
La luz de la luna bajo su pie
andando sola con su voz semejante.
Se fue la niña tocando las palmas
su eco se oye en el fondo del mar
las olas se relajan y el mar se calma
cuando la niña cantaba a la luna.
Se fue la niña con su canto hondo
sus ojos de miel y su pelo negro
buscando en la orilla
las huellas de su madre.
Se fue la niña andando sola
mirando al cielo
cantando a la luna
entre el silencio perdió la voz de su madre.
Se fue la niña se fue sola.




Antonio Gala



Bagdad



Tenía tanta necesidad de que me amaras,
que nada más llegar te declaré mi amor.
Te quité luces, puentes y autopistas,
ropas artificiales.
Y te dejé desnuda, inexistente casi,
bajo la luna y mía.
A las princesas sumerias,
cuando fueron quemadas con joyas rutilantes,
les brillaban aún sus dientes jóvenes;
se quebraron sus cráneos antes que sus collares;
se fundieron sus ojos antes que sus preseas....
Bajo la luna aún brillaban sus dientes,
mientras te poseí desnuda y mía.

Nicanor Parra

 




Cambios de nombre

A los amantes de las bellas letras
Hago llegar mis mejores deseos
Voy a cambiar de nombre a algunas cosas.

Mi posición es ésta:
El poeta no cumple su palabra
Si no cambia los nombres de las cosas.

¿Con qué razón el sol
Ha de seguir llamándose sol?
¡Pido que se llame Micifuz
El de las botas de cuarenta leguas!

¿Mis zapatos parecen ataúdes?
Sepan que desde hoy en adelante
Los zapatos se llaman ataúdes.
Comuníquese, anótese y publíquese
Que los zapatos han cambiado de nombre:
Desde ahora se llaman ataúdes.

Bueno, la noche es larga

Todo poeta que se estime a sí mismo
Debe tener su propio diccionario
Y antes que se me olvide
Al propio dios hay que cambiarle nombre
Que cada cual lo llame como quiera:
Ese es un problema personal.

jueves, 16 de septiembre de 2021

Toni García Arias




 Ha comenzado a llover,

calladamente,
como si diciembre amenazase con perdurar por siempre
entre nosotros.
Las calles se han salpicado de nombres propios,
de recuerdos que discurren, como el agua,
recuerdo abajo.
Tal vez por eso,
hoy he rememorado mi infancia,
las páginas repetidas del pasado,
una noche frente al fogón,
calado de ingenuidad hasta los huesos,
escuchando sobre el tejado de pizarra
este mismo sonido monótono de la lluvia
golpeándolo todo,
regresándolo todo,
reprochándolo todo.

miércoles, 15 de septiembre de 2021

MIGUEL ÁNGEL YUSTA

 







Esta noche.

Te quería decir en esta noche
cuando ya nadie habita en la distancia
y dormidos los pájaros
es el silencio dueño de las vidas.
Te quería decir, y te lo digo,
aunque a veces me corte las palabras
el saber que tu oído las escucha
y tus ojos las miran,
que esta tarde cuando volvía a casa,
tan silencioso y solo,
mientras sobrevolaba el pensamiento
utópicos lugares,
de pronto, te me has aparecido
con tus ojos profundos
y tus manos repletas de caricias,
abierta la sonrisa,
piernas de adolescente, apresuradas
por llegar a mis brazos
y rodearme fuerte con los tuyos.
Tu cabello jugando con el viento,
extendidas las manos en el aire,
presentidas caricias.
Venías, llegabas y te quedabas...
Entonces he sentido que la tarde
se llenaba de luces
y que toda la gente sonreía.
Que aún era hermoso el mundo
y los taxis, las casas, los semáforos.
Que las tiendas, las calles , las aceras
se llenaban de luces de repente
e íbamos del brazo, felices como niños.
Pero esta tarde no has aparecido.

Por eso te lo digo,
que te he echado de menos en las horas
que otro día mataban poco a poco.
Y aunque al subir a casa
ha sonado el teléfono y me has dicho te quiero
por un momento, amor, por un momento,
las luces se apagaron en mi alma...
Por eso te repito,
pero tal vez callarme debería,
que cada tarde, amor, que cada tarde,
me dejes que la acabe entre tus brazos.

(De Amar y callar)

José Agustín Goytisolo

 




PALABRAS PARA JULIA


Tú no puedes volver atrás
porque la vida ya te empuja
como un aullido interminable.
Hija mía es mejor vivir
con la alegría de los hombres
que llorar ante el muro ciego.
Te sentirás acorralada
te sentirás perdida o sola
tal vez querrás no haber nacido.
Yo sé muy bien que te dirán
que la vida no tiene objeto
que es un asunto desgraciado.
Entonces siempre acuérdate
de lo que un día yo escribí
pensando en ti como ahora pienso.
La vida es bella, ya verás
como a pesar de los pesares
tendrás amigos, tendrás amor.
Un hombre solo, una mujer
así tomados, de uno en uno
son como polvo, no son nada.
Pero yo cuando te hablo a ti
cuando te escribo estas palabras
pienso también en otra gente.
Tu destino está en los demás
tu futuro es tu propia vida
tu dignidad es la de todos.
Otros esperan que resistas
que les ayude tu alegría
tu canción entre sus canciones.
Entonces siempre acuérdate
de lo que un día yo escribí
pensando en ti
como ahora pienso.
Nunca te entregues ni te apartes
junto al camino, nunca digas
no puedo más y aquí me quedo.
La vida es bella, tú verás
como a pesar de los pesares
tendrás amor, tendrás amigos.
Por lo demás no hay elección
y este mundo tal como es
será todo tu patrimonio.
Perdóname no sé decirte
nada más pero tú comprende
que yo aún estoy en el camino.
Y siempre siempre acuérdate
de lo que un día yo escribí
pensando en ti como ahora pienso.