martes, 31 de diciembre de 2024

María Guivernau

 



Querido diario:

perdona que no rellene
de tinta
cada una de tus páginas
en blanco.
Estoy viviendo...





Georgina Castillo García

 



De todos los poemas que he escrito
Me quedo con
este
Que no pretende nada
Que no explica nada
Que podría no existir





Javier Sánchez Durán




 No sé que esperáis de mí.

Hace tiempo que me despojé de la corteza de mis versos,
y hoy la brisa se levantó y arrancó de mi piel
las últimas metáforas.
Aquí estoy desnudo sin recato,

os muestro mi cuerpo exento de aspavientos y artificios.
Aguardo vuestras miradas sin decoro ni pudor
que evite mi desabrigo voluntario.
Soy yo mismo sin disimulo ni disfraz.
Con los años y el buen uso
se me suavizó la piel que me envuelve
y es agradable al tacto y a los roces.
Ahora espero de vosotros los mismos actos,
el mismo comportamiento,
dejad que el viento se lleve los oropeles,
que el agua lave vuestra piel y se muestre limpia de artefactos.
No pongáis fronteras al sol, ni al aire, ya sea huracán o brisa,
y dejad que la lluvia humedezca vuestros ojos,
y resbale por vosotros sin ningún impedimento,
que el viento sacuda vuestro pelo
y lanzaros sin miedo sobre la hierba húmeda
que el sol se encargará de escurriros con mimo y sin reparo.
No hay fronteras tampoco para los besos y caricias,
para las ternuras expresadas con nuestros dedos o con nuestros labios,
ni tampoco para el amor o el sexo necesario.
Es preciso el abrazo porque no tiene precio,
y hoy se necesita y urge aquello que escasea
y no compran los comerciantes
porque no ha sido tasado
ni se puede medir en cantidades concisas y concretas.
Es hora de dejar los mercados
y acudir a las donaciones o dádivas profundas
sin que medie ningún regateo o trato.
Es la vida que nos llama y nos exige
cumplir nuestros actos
y asumir el papel primigenio y originario
anterior a los precios y anterior al comercio
de lo que no tiene tasa.




domingo, 29 de diciembre de 2024

Berna Wang



Sólo ir a lugares donde vive un amigo
que me dé la bienvenida.
Viajar a un lugar soñado sólo
con quien es capaz de compartir mi sueño.
Y a ciertas ciudades, como París,
no ir nunca si no es con quien amo.
Berna Wang
Pequeños accidentes caseros

sábado, 21 de diciembre de 2024

Silvia Cuevas-Morales



Bajo la lluvia un hombre
interpreta el Ave María con su violín.
Te pienso con los ojos secos.
Evoco nuestro último beso
hace treinta y cuatro años.
El último abrazo,
la última mirada.
La habitación estéril,
la tenue luz de un sol
que no se atrevía a brillar.
Tu cuerpo vencido,
tu sonrisa triste,
tus hermosas manos
entre las mías,
y me duele tener tu edad.
En la calle,
sigue lloviendo sin cesar.

viernes, 20 de diciembre de 2024

Federico García Lorca

 





Deseo



Sólo tu corazón caliente,
Y nada más.

Mi paraíso, un campo
Sin ruiseñor
Ni liras,
Con un río discreto
Y una fuentecilla.

Sin la espuela del viento
Sobre la fronda,
Ni la estrella que quiere
Ser hoja.

Una enorme luz
Que fuera
Luciérnaga
De otra,
En un campo de
Miradas rotas.

Un reposo claro
Y allí nuestros besos,
Lunares sonoros
Del eco,
Se abrirían muy lejos.

Y tu corazón caliente,
Nada más.

miércoles, 11 de diciembre de 2024

Bahaa Iaali

 



Bahaa Iaali
Es un poeta y traductor libanés, nacido en Bebnine, Akkar, en 1995. Es licenciado en Historia y Mitología por la Facultad de Letras y Ciencias Humanas de la Universidad Libanesa. Fue profesor en prácticas en la Universidad libanesa, antes de dedicarse al periodismo y la traducción, donde escribió y tradujo en numerosos periódicos y plataformas culturales como: «Al-Faisal», «Al-Jadeed», «Al-Araby al-Jadeed», «Ultra Sawt» y «Romman Magazine». También trabajó como editor literario en la editorial Dar Al-Rafidain entre 2019 y 2020. Trabajó como traductor independiente y tradujo al árabe muchos libros de escritores, entre los que destacan Jean Cocteau, Emmanuel Bove y René Bazin. Ha publicado – La luz es el último pájaro del cielo (الضوء آخر عصفورٍ في السماء) – Nueva editorial Dalmoun, Damasco 2017.- Canciones de un pueblo envuelto en la niebla – Poema largo (أغنياتٌ لقريةٍ مضبّبة – قصيدة مطوّلة) – Revista Al-Jadeed, Londres 2021


Nada es certero respecto a lo que los absurdos dijeron sobre el cierre de la carretera entre Tracia y los Balcanes. Nada sugiere el miedo en la voz de Jacques Brel mientras toma su último aliento. Polvo, escombros, aire contaminado es lo que sé que me espera allí, o en el camino de la voz de Jacques. Sin embargo, soy plenamente consciente de que el músico no se cansa de los pesos de lava que caen sobre y alrededor de su cabeza.

Mi voz llegó, y mi cuerpo todavía está esperando

con el sabor de las manzanas, se anhela un sueño tierno que camine tan dulce como el andar de una virgen en mi cabeza.

Nada de lo que preocuparse

Nada puede hablar con el camino para que se abra,

Nada puede permanecer en silencio mientras camino manchado de polvo.


 Traducción al español: Mariela Cordero.


MILO DE ANGELIS

 


Milo De Angelis
nació en 1951 en Milán, donde enseña en una cárcel. Ha publicado diversos libros de poesía: Somiglianze (Guanda, 1976), Millimetri (Einaudi, 1983), Terra del viso (Mondadori, 1985), Distante un padre (Mondadori, 1989), Biografia sommaria (Mondadori, 1999), Tema dell’addio (Mondadori, 2005) y Quell’andarsene nel buio dei cortili (Mondadori, 2010). En 2001 salió en la editorial Donzelli de Roma una antología de sus poemas, titulada Dove eravamo già stati. Ha escrito un cuento (La corsa dei mantelli, Guanda 1979) y un volumen de ensayos (Poesia e destino, Cappelli, 1982). Ha traducido del francés a Baudelaire, Blanchot, Drieu La Rochelle. Y de las lenguas clásicas a Virgilio, Lucrecio, Antología Palatina. En 2008 aparece Colloqui sulla poesia, donde se incluyen sus principales entrevistas, al cuidado de Isabella Vincentini. 


Todo estaba ya en marcha. Desde entonces hasta aquí. Todo
el tiempo, luminoso, rozaba los labios. Todas
las respiraciones se reunían en el collar. Las sombras
de Lambrate cerraron la puerta. Toda la habitación,
absorta, se hizo el primer latido. El negro
de tus cabellos contra el amarillo del último rayo.
Desde entonces hasta aquí. Era el primer día del verano.
El silencio nos llenaba la frente. Todo estaba
ya en marcha, desde entonces, todo estaba aquí, único
y perdido, nuestro y remoto. Todo pedía
que se le esperase, que volviese a su nombre verdadero.


martes, 10 de diciembre de 2024

Chus Pato





 Y el paraíso

igual que la abuela, que la cabra, la capilla, el prado
asciende
y las potras, ya yeguas de resplandor de luz, blancas
se acogen
se acogen en las aguas
y beben estas aguas
las mismas que tú pronuncias
y se embriagan con las aguas que hay, que no hay
en el junco

que trenzas
que viene
ahí, viene, allí viene
mayo
la gran rima interna
de flores cubierta

que destrenzas

hacia lo más difícil, que te sostiene, que incubas, que
no
la dicha

en el junco
salvaje.

Yeşim Ağaoğlu

 

He muerto en ti

Subí las escaleras paso a paso

lentamente, como dijo el poeta

a veces subí en ascensores de rascacielos

otras veces me convertí en el hombre araña

y me desplacé usando mis fuertes y poderosas ventosas

o me transformé en un cuervo y volé sobre los tejados

me precipité de todos y cada uno de los pisos

pero nunca morí tanto

como cuando morí en ti.

miércoles, 4 de diciembre de 2024

Gioconda Belli



"Quiero decir que vivo quiero decir que quiero
que sufro que me río
que soy un amasijo de mujer al filo de la noche y el desvelo
Mujer de pájaros de estaciones de blanco y negro
Poeta mujer ávida de palabras
en un país con un idioma extraño."

***********************

Anna Ayanoglou

 






Nuevos los unos a los otros,

mis estudiantes: sirios, iraquíes.

 
Y la lengua extranjera, ese camino
del principio, como una segunda infancia,
excepto que no quiero ser ni seré
su madre ni su padre.

 
La mayor, ahí está, más bien la mayor.

 
Y el salón de clases será la casa libre
que nos han dejado nuestros padres.


********************************************

lunes, 2 de diciembre de 2024

Vicente Aleixandre,



JUVENTUD


Estancia soleada:
¿Adónde vas, mirada?
A estas paredes blancas,
clausura de esperanza.
Paredes, techo, suelo:
gajo prieto de tiempo.
Cerrado en él, mi cuerpo.
Mi cuerpo, vida, esbelto.
Se le caerán un día
límites. ¡Qué divina
desnudez! Peregrina
luz. ¡Alegría, alegría!
Pero estarán cerrados
los ojos. Derribados
paredones. Al raso,
luceros clausurados.