El mar y el envés de mi sexo
¿Es el sonido de las olas
o es la voz de mi alma
soñando con tu boca?
Siento en mi piel
la agonía de la distancia química.
Aparta esa galaxia y abrázame,
que tengo miedo de la vida.
Si tus manos destensan
mis enredaderas rígidas
y me haces libre,
seré galgo sobre ti
en pausada carrera
y el cielo de agua,
un puente que nos cubra.
No quiero aire,
yo unto el sol
en tu cuerpo
con los labios,
rotación y arritmia
de la intrínseca levedad húmeda.
Somos luz
en la danza.
El rojo mar
sube a nuestras bocas.
Te muestro los besos guardados.
Te muestro los besos guardados.
Tu horizonte crece
dentro de mí
como un crepúsculo sediento.
Viene la profundidad
con todas sus algas
buscando el envés de mi sexo.
dentro de mí
como un crepúsculo sediento.
Viene la profundidad
con todas sus algas
buscando el envés de mi sexo.
Y me llevo, victoriosa,
tu herencia blanca
tu herencia blanca
prendida en el aliento.
Suspiro
contigo al lado.
Miramos juntos
caer la tarde y llegar
el irremediable invierno.
el irremediable invierno.
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