lunes, 28 de noviembre de 2016

Walt Whitman








Un niño me preguntó: “¿qué es la hierba?”, mostrándomela a manos llenas.
¿Cómo podía responderle yo, si tampoco lo se?

Quizás sea la bandera de mi temperamento, tejida con la sustancia verde de la esperanza.
Acaso sea el pañuelo de Dios,
Un regalo perfumado que se pierde a sabiendas,
En alguno de sus extremos lleva un nombre bordado para que al verlo preguntemos: “¿de quién?”.

O quizás es la hierba ella misma un niño, tierno retoño de la vegetación.
Es tal vez un jeroglífico uniforme cuyo significado es brotar por igual en tierras anchas y estrechas,
Crecer entre negros y blancos,
Canadiense, piel roja, senador, inmigrante, a todos os acoge y se os da por igual.

Y ahora se me antoja que es el largo cabello de las tumbas.
Te usaré tiernamente, dulce hierba rizada.
Podría ser que brotaras del pecho de los jóvenes;
A los que habría amado de haberlos conocido.
Podrías ser que nacieras de los ancianos o de los niños arrebatados tempranamente al regazo de sus madres
Y ahora eres tú el regazo de esas madres.

Pero esta hierba es demasiado oscura para proceder de las blancas cabezas de las madres ancianas.
Es más oscura que las descoloridas barbas de los ancianos,
Demasiado oscura para brotar de tiernos paladares rosados.

Percibo también tantas lenguas que hablan,
Y comprendo que no surgen en vano sus desarticuladas voces.

Quisiera poder traducir lo que cuentan de los jóvenes, hombres y mujeres que han muerto,
De los viejos y de las madres, de los niños que quedaron demasiado pronto sin protección.

¿Qué crees que ha sido de los jóvenes y de los viejos?
¿Qué crees que ha sido de las mujeres y de los niños?

Todos están vivos y sanos, y en algún lugar nos esperan,
La más pequeña hoja de hierba nos enseña que la muerte no existe
Y si alguna vez existió, dejó paso a la vida, no está aguardando al final del camino para detener su marcha.
Dejó de existir en el momento en que surgió la vida.

Todo avanza y se extiende, nada, pues, se 
destruye,
Y la muerte no es como la suponemos sino más feliz.

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