lunes, 7 de noviembre de 2016

YOLANDA SAÉNZ DE TEJADA.






Cuando paseo contigo por la calle


y tú me coges de la vida por la mano,

yo sonrío atolondrada


como niña de colegio en su recreo.


Cuando me llevas a un hermoso restaurante,


y yo siento mi silla en tu cara,


no te dejo que mires a otro sitio;


sólo mi cara de adolescente enamorada


Cuando me regalas la tarde


y bajas el sol hasta mis nalgas


(antes de que el fuego queme mis rodillas),


yo duermo la siesta de adulto entre tus ojos.


Después, cuando la noche aprieta mi ombligo


y tú me compras un regalo;


yo me tumbo en la esquina de tu boca


para morir de vieja entre tus besos…

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