Hoy no es un día cualquiera,
te amaré palmo a palmo hasta el atardecer,
ahorraré sentimientos
para amueblar de nuevo mis sueños
y decirte que me gusta hacerme viejo
entre tus manos.
Voy a guardar este olor a primavera para el
invierno y los días grises,
aunque pienso que ahora
no es tiempo para la tristeza.
Mi fortuna y forma de mirar,
tiene relación con la fragilidad de mis palabras.
Ahora, cuando el sonido del piano recorre
todas mis entretelas,
no sé explicarme y seguir.
Me vienen recuerdos de mi infancia y ahí,
no caben más nostalgias.
De Abriendo ventanas
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