sábado, 27 de mayo de 2017

Noelia Aramar





No me acostumbro
al sonido del silencio.
Mis labios huérfanos
mueren cada día
después de pronunciar
tu nombre.
Vuelo por el cielo del pasado
y la niebla me impide verte.
El invierno se cuela sigiloso
para oscurecer mas
esta nostalgia
y los días claros y encendidos
duermen en un blanco baúl.
Era tan sencillo ver al hombre
y tan difícil que se haga recuerdo.
En mi vientre guardare tu ausencia
y cerraré mi alma a otros cuerpos.
Al regreso de la primavera
daré sosiego a mis ojos
y sacaré al aire mis heridas.

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