Tengo ojos que hablan por sí solos
un tacto sensible a las palabras,
una boca que escucha
para luego hablar y probar,
un oído que se deja tentar
de los suspiros y
un olfato que se guía por los instintos,
sentidos que me exponen a la vida
y me regalan sonrisas.
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Fotografía Carmen Moreno
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