jueves, 15 de febrero de 2018

Javier Sánchez Durán



GRITOS...
No hay texto alternativo automático disponible.Gritar en un desierto
de oídos que no existen
es mi oficio,
es mi trabajo ahora,

no remunerado con dinero.
Necesito sólo sonrisas, ojos cómplices,
bocas y labios displicentes,
y brazos airados que se batan en el aire.
Grito, grito y grito
contra los dioses de la clemencia y la sumisión,
contra los cánones preestablecidos de la corrección,
contra los trajes de pasarela y los maletines de cuero,
contra la putrefacción de los salones y las alcobas,
contra las pantallas móviles, grandes y pequeñas,
y también contra las fijas, a modo de estercoleros,
contra los incendiarios de corazón plastificado,
contra la prensa sumisa y entregada,
contra los gobiernos y los oligarcas,
contra la polisemia de los bancos,
solo necesito sentarme de vez en cuando
para aclarar mi garganta.
Contra todo, grito….
porque el grito se hace necesario
junto a los hombres y las mujeres
que luchan diariamente por sobrevivir
bajo los puentes del hambre,
en las sombras de la lucidez…
Grito y espero
que nazcan las peonías entre los castaños
y salga el poema a la luz,
lleno de improperios.

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