miércoles, 23 de mayo de 2018

Laura Gutiérrez Cortés





El silencio plano y sin curvas,
aparece lentamente,
en la deidad que se rinde,
culto a la oscuridad de tus ojos.

De rodillas venera la tierra al cielo,
a ese vientre que te aguardó,
producto de un milagro preconcebido,
para que diez lustros después,
tu piel y la mía se fundieran
entre amaneceres de albahaca,
entre polvo de trigo y canela en rama.

-Bendigo al ruiseñor y al cuervo,
testigo de mis cantos de sirena-


Imagen de la red.

La imagen puede contener: árbol, planta, cielo, exterior, naturaleza y agua

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