lunes, 28 de mayo de 2018

Teresa Antares




Hoy no soy enjambre viviendo en la boca del aire.
Hoy por mi columna vertebral no rugen los caballos,
ni salen hormigas de mi mano.
Hoy no sé de puentes entre ciudades.
Me he trenzado el pelo y sin voz, con las manos llenas de ceniza,
he anudado mis zapatos.
Morir en la tristeza, pero asegurar que no me tragará el abismo a cada paso.
Día impar, dónde reconocer que descendí como un animal en el bosque
buscando cobijo y sin consciencia, se enterró de la luz.
Ahora, calles sin esquinas llenas de Sol me van abriendo los párpados,
quizá por eso me lagrimean los ojos, por esta claridad después de los años.
Terminar sin signos que emigren tras una oración de rodillas frente a tus piernas.
Extender la lengua solo para sellar las puertas del mar,
y en su silencio… comprar un billete con viaje a la ausencia.





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