• Rosario Troncoso González •
Cien musas diminutasA lápiz crecían versos orgánicos,sin otro ritmo que el de los latidos.Dueñas absolutas de cada poemacien musas diminutas,bellas hadas púberes, invitadasa la hora del café,ensayaban bailes en servilletas.Aún hay restos de azúcar,entre sílaba y sílaba.
(De El Eje Imaginario, Ediciones en Huida, 2012).
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