Búscame
Búscame en el aire transparente de la primavera.
Vago con alas etéreas, más ligero
que un sonido, que un soplo, que un rayo de sol en el suelo;
más ligero que el rayo – está ahí: yo me he ido.
Pero seremos siempre amigos, ¡inseparables!
Escucha: estoy aquí. Tus manos pueden sentir la manera
de acariciarme con su tacto vital, extendidas
temblando sobre la inquieta llama del día.
Cierra los párpados, mientras te relajas...
Hazme un último favor, haz posible que
las neuronas de cada uno de tus trémulos dedos
sean los pinceles del fuego secreto que yo enciendo.
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