Yo fuí una vez una muchacha risueña
que andaba con su risa
por toda una ciudad que le pertenecía.
Yo fuí una vez una mujer poeta
que salía con un poema nuevo,
como quien sale con un hijo,
a enseñarlo,
a gozarlo.
Yo fuí una vez la madre de dos niñas preciosas
y andaba segura de mi felicidad,
desafiando al viento y a las cosas,
Ahora,
yo soy una mujer que no conoce la tierra donde vive,
sin amor,
sin risa,
sin Nicaragua,
soy una poeta
que escribe a escondidas
soy una muchacha que llora
debajo de un paraguas
cuando la muerde el recuerdo,
soy una madre que añora la alegria de sus hijas.
Ahora,
soy un canto de lluvia y de nostalgia,
soy de ausencia.
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