No me soportan
ni las nubes
este deseo
de agua condensada
que se rebela
contra todo orden establecido
cuando pienso en ti
y tu boca se convierte
en una prueba más
de mi existencia.
Cierro los ojos
para que los demás
no vean
el rubor de mi alma
ni la luz intermitente
de mis sueños
que atrae la noche
más lejana.
Apago mis dedos,
me someto a la condena
sin caricia.
Si no te tengo
empieza a sobrarme
la vida.
Arte: John Poppleton
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