sábado, 4 de agosto de 2018

Marta Pumarega Rubio





Madrid en julio
tiene esa cualidad de isla desierta
con un libro,
las piernas desnudas y tú.
Tiene ese toque
a soledad buscada,
a abrazo sin ternura,
a autobuses con retraso de domingo.
Madrid en julio,
con agua dulce y sin sal,
de asfalto levantado,
de sudor sin sábanas.
Tiene ese toque a desierto,
de aire sin fortuna,
de oasis en cada terraza,
de extraño silencio.
Madrid en julio
tiene esa cualidad de ciudad dormida
pero sin noche,
de ducha fría
pero sin locura,
de playa del sur
pero sin orillas.

Antónimo de cobijo
Cuadro de Antonio López

La imagen puede contener: cielo y exterior

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