Desangraste la savia
de mis latidos, gota a gota,
pero el árbol fuerte
supera la gangrena y
sus hojas danzan tibias
a pesar del invierno.
Me observas en los espejos
de otras miradas, otras risas,
y nunca mi retorno a tus ramas,
como tampoco la libertad
de mi cabello entre tus dedos.
Eres ahora soledad y silencio,
en una primavera engendrada
que no agota sus días,
como maldición y arañazos
sobre un corazón seco.
Mis segundos transcurren bebiendo a sorbos, amor en carne viva...
-Muy a tu pesar -
de otras miradas, otras risas,
y nunca mi retorno a tus ramas,
como tampoco la libertad
de mi cabello entre tus dedos.
Eres ahora soledad y silencio,
en una primavera engendrada
que no agota sus días,
como maldición y arañazos
sobre un corazón seco.
Mis segundos transcurren bebiendo a sorbos, amor en carne viva...
-Muy a tu pesar -
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